El Gobierno griego decide prorrogar el corralito bancario
El Gobierno griego prepara un nuevo decreto para extender por unos días más el corralito bancario en el país, según informa la agencia Reuters citando fuentes bancarias. La medida, anunciada el pasado 28 de junio por el primer ministro Alexis Tsipras, se implantó hace una semana para frenar la salida masiva de capitales de los bancos y evitar que estos entraran en quiebra, tras la convocatoria del referéndum del pasado domingo, en la que una mayoría absoluta de griegos ha rechazado las medidas de la troika.
La prórroga del corralito llega con la banca griega en una delicadísima situación, en vísperas de que Grecia presente mañana una nueva propuesta en la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de países del euro que se celebrará en Bruselas, y a la espera de que el Banco Central Europeo (BCE) decida esta tarde si mantiene, cancela o amplía la liquidez extraordinaria a la banca helena de las líneas de crédito extraordinarias, conocidas como ELA. La banca griega no tiene acceso a los mercados ni a la financiación estándar del BCE y debe compensar el dinero que sacan sus clientes, temerosos de una ruptura del euro, con esa lílnea de emergencia.
Actualmente, esta línea está fijada en 89.000 millones de euros, pero este nivel de oxígeno financiero ya no es suficiente para mantener a salvo la banca y mucho menos para reabrir las entidades el martes, como había prometido el ya dimitido ministro de Finanzas griego, Yanis Varufakis, que esta mañana ha anunciado que abandona el cargo para “para facilitar un acuerdo” con los acreedores de Grecia.
La patronal bancaria de Grecia avisó la semana pasada de que con los 1.000 millones de euros de colchón que le quedaban el pasado viernes podría, como mucho, sobrevivir a duras penas hasta este lunes. El presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz, avisó anoche de que la idea de reabrir los bancos esta semana que había anticipado Varufakis era “peligrosa”.
El control de capitales impuesto desde hace una semana en Grecia conlleva el cierre de los bancos y la clausura de la bolsa. Los griegos sólo pueden sacar 60 euros diarios en los cajeros automáticos, que funcionan un máximo de 12 horas al día, aunque el viernes pasado ya se produjo escasez de billetes de 20 euros. La medida, que no afecta a los turistas (que pueden utilizar las tarjetas de crédito o débito emitidas en sus países de origen), tampoco se aplica a los pagos con tarjeta en el interior del país ni a las transacciones internas a través de los servicios bancarios de las páginas web.