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INVESTIGACIÓN

Las primeras 70 páginas de la tesis de Daniel Lacalle están copiadas de otros autores

Daniel Lacalle.

Diego Larrouy

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“El arte de teorizar con éxito consiste en simplificar tanto las asunciones de tal manera que el resultado final no sea 'muy sensible', es importante que las asunciones 'cruciales' sean razonablemente realistas; en este sentido, si la suposición es dudosa, los resultados son sospechosos”. 

Con este párrafo arranca la tesis doctoral de Daniel Lacalle, defendida a finales de 2016 en la Universidad Católica de Valencia San Vicente Mártir. En esa página no hay cita alguna, tampoco entrecomillado, ni se atribuye el texto a su verdadero autor. Pero las palabras son las mismas que aparecen en la introducción de un texto del premio Nobel de economía Robert M. Solow titulado ‘A contribution to the theory of growth’. Este artículo académico fue publicado en 1956, justo 60 años antes de que Lacalle defendiera el trabajo con el que obtuvo un sobresaliente cum laude. Lacalle copia hasta las comillas sobre la palabra “cruciales”.

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La tesis doctoral de Daniel Lacalle está estructurada en tres capítulos. El primero de ellos, que se titula “Marco teórico”, va desde la página 13 –tras la introducción y los agradecimientos– hasta la 83. La casi totalidad de esas 70 páginas son copiadas de siete artículos académicos ampliamente conocidos. Muchos de los párrafos son copias literales. En otros, hay leves modificaciones, o se resume el texto original. 

Lacalle también copia los gráficos, ecuaciones y tablas de estos artículos. Casi todas las notas al pie de página de este primer capítulo están igualmente copiadas de los textos originales.

El ‘copia y pega’ del artículo de Robert M. Solow no se limita al párrafo inicial, sino que se extiende a lo largo de 18 páginas más, hasta la página 32, en las que se reproducen, sin atribución, textos, gráficos y ecuaciones. El mismo patrón se repite después con otros seis autores muy reconocidos: el también premio Nobel Simon Kuznets, Robert Barro, Anne Krueger, que fuera presidenta del Banco Mundial, Pranab Bardhan, Michael Jensen y William Meckling. 

Estos autores apenas aparecen referenciados en la introducción de la tesis y en la bibliografía. En esa introducción (se puede leer aquí), Lacalle explica lo siguiente: “Nos haremos servir, en un primer capítulo, de una serie escogida de textos, que nos servirá de literatura base en materia de crecimiento económico y productividad”, y después detalla el nombre de esos siete autores y los artículos académicos que más tarde copia. Es en esa introducción, y en la bibliografía final, cuando se cita a estos siete autores: no cuando se usan a lo largo de la tesis sus propias palabras, ecuaciones o tablas. 

En esta introducción llama la atención la existencia de varias erratas en la transcripción de los propios títulos de los textos que va a exponer en las páginas siguientes, como se aprecia en la imagen anterior. Por ejemplo, hace referencia a “owner slip structure” (que podría traducirse como “estructura de deslizamiento del propietario”) en vez de “ownership structure” (que significa “estructura de propiedad”) o separa de manera errónea “in come in equality”.

Tras esa introducción, no hay apenas citas a los autores originales de los artículos en el cuerpo central de la tesis. Tampoco se explica dónde empieza y acaba esa “serie escogida de textos”: qué aportaciones de ese primer capítulo son de Lacalle ni a qué autor de estos siete corresponde cada gráfico, cada ecuación, cada tabla o cada párrafo copiados.

Un análisis de estas primeras 70 páginas, apoyado por expertos en la materia, revela que todos los gráficos que se han incluido en el primer capítulo son copiados de los autores originales. Son 15 gráficos en total, y ni uno solo es obra de Lacalle. Únicamente se sustituyen los textos en inglés que aparecen en los gráficos por su traducción al castellano. Ninguno de ellos está debidamente citado.

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Lo mismo ocurre con las tablas. Durante este primer bloque de la “serie escogida de textos”, Lacalle expone diez tablas. De ellas, nueve están copiadas de los textos originales en los que se basa para desarrollar el primer capítulo del texto, como la imagen siguiente extraída de un texto de Krueger. De nuevo, el único cambio es la traducción del inglés al español, sin citar al autor original. 

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Lo mismo ocurre con las fórmulas y ecuaciones utilizadas por Lacalle en el primer capítulo de su tesis: todas son copiadas. Y además lo hace con graves errores de transcripción que dejan estas fórmulas sin significado, tal y como han constatado varios expertos que han analizado esta primera parte de la tesis. 

Por ejemplo, en las ecuaciones del artículo original de Solow un punto encima de una variable sirve para expresar una tasa de variación. En muchas ocasiones en la tesis de Lacalle ese punto desaparece, dejando como resultado una ecuación errónea. En otros casos se sustituye un ‘=’ por un ‘-’ o se alteran numeradores y denominadores. De este modo, gran parte de las ecuaciones copiadas por Lacalle quedan sin significado o con uno incorrecto.

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Lacalle comete errores con la transcripción y también con la traducción desde el inglés de algunas expresiones de los artículos originales. Por ejemplo, cuando copia un texto de Simon Kuznets, en la página 39 de la tesis, Lacalle hace referencia a ‘porcentajes de acciones’, a pesar de que en el texto de Kuznets en ningún momento se habla de acciones. El artículo original se refería a ‘percentage shares’, cuya traducción real debería ser ‘cuotas porcentuales’.

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No es el único error de este tipo. Hay otro muy llamativo para alguien con formación financiera. En la página 75 de su tesis, Lacalle traduce ‘equity’ como ‘equidad’. Teniendo en cuenta que el artículo original que refrita en esta parte de la tesis –de Jensen y Meckling– no habla de equidad sino de estructura de propiedad de empresas, la traducción correcta al castellano hubiera sido “recursos propios” o “patrimonio” o incluso “equity” en inglés, sin traducir. Por si fuera poco, traduce ‘inside equity’ como ‘equidad de la deuda interior’ y ‘outside equity’ como ‘equidad de la deuda exterior’ a pesar de que estos términos financieros nada tienen que ver ni con la equidad ni con la deuda.

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Más allá de los errores en la traducción de los textos o en la traslación de ecuaciones, la lectura comparada del primer capítulo de la tesis de Daniel Lacalle y de los textos originales a los que se alude en la introducción muestra numerosos pasajes copiados de manera prácticamente literal.

Por ejemplo, en la página 32 de su tesis, Lacalle afirma: “He sido deliberadamente todo lo neoclásico que se puede ser en mi análisis, pero una parte de éste se difumina con la política”. La frase está copiada del texto de 1956 del Nobel de economía Robert M. Solow, al que no cita más que en la introducción y la bibliografía.

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Al copiar textos escritos hace décadas, algunos de los párrafos de la tesis de Lacalle también quedan completamente desfasados. Por ejemplo, en la página 42 Lacalle asegura que se dispone “a analizar la relación entre inflación y crecimiento económico en algunos países durante los últimos 30 años”. Sin embargo, estos “últimos treinta años” son, en realidad, tres décadas del siglo pasado, de 1960 a 1990: las que analizó el economista Robert Barro en un artículo publicado en 1995. El economista español no atribuye la fuente original más que en la introducción y hace suya la metodología del artículo de Robert Barro, copiándola como una nota al pie de página.

Hay muchos errores más provocados por el desfase entre la fecha de publicación de los textos originales y el refrito de la tesis de Lacalle. Un ejemplo: otro de los artículos copiados es del economista Pranab Barhan, que publicó en 1997 un texto en el que analiza las consecuencias económicas de la corrupción. En ese artículo original, que Lacalle repite, se muestra una tabla de un informe de Transparencia Internacional publicado en 1996. Lacalle copia esa misma tabla del siglo pasado, pese a que cuando se encuentra elaborando su tesis doctoral se han emitido al menos una quincena de actualizaciones anuales de los datos por parte de este organismo. 

Según varios catedráticos consultados, de distintas universidades españolas, la manera correcta de haber incorporado las referencias a todas estas publicaciones sería la del entrecomillado cuando se trata de textos literales, atribuyendo seguidamente al autor y la obra. Además, se debe diferenciar con claridad lo que corresponde a otros investigadores y lo que escribe el autor de la tesis. Nada de esto ocurre en la tesis de Lacalle, que solo cita buena parte de los artículos copiados en la introducción y en la bibliografía.

Un artículo académico del catedrático en Derecho Constitucional Ignacio Fernández Sarasola, publicado en 2017, explica muy bien cuales son las prácticas aceptables para las citas en el ámbito de la investigación. Según explica ese artículo –titulado ‘Plagio científico y vulneración de derechos fundamentales’–, una cita no es legítima “cuando, aún citándose al autor y la fuente, resulte imposible una identificación clara de los fragmentos que están reproducidos de forma literal”. 

“Faltando esa identificación, resulta evidente que el texto citado conduce al error de parecer concebido por el autor del trabajo en el que se incluye la cita deficiente”, detalla Fernandez Sarasola en ese mismo artículo. El mismo catedrático también considera como cita ilegítima cuando “se introduzcan leves variaciones en el texto original citado que, sin alterar su esencia y contenido, tengan por único objeto evitar el uso de comillas u otros elementos identificadores”.

elDiario.es preguntó a Daniel Lacalle cómo explicaba el uso de estos estudios previos sin cumplir con las adecuadas normas de citado. Justificó este hecho asegurando que se trataba de una “tesis de divulgación” y no de una de “investigación”. “No es una tesis en la que se investigue un problema, se busque una formulación y se concluyan unas soluciones basadas en esa investigación”, añadió. “Es una tesis de divulgación donde informo de los resultados de la investigación de otras personas y las estoy referenciando”, zanjó.

Tal tipo de “tesis de divulgación” no existe en la legislación española. Según el Real Decreto 90/2011 que regula las enseñanzas oficiales de doctorado (artículo 13), “la tesis doctoral consistirá en un trabajo original de investigación elaborado por el candidato”.

BIBLIOGRAFIA: Los artículos que copia Lacalle en su tesis

Las imágenes que acompañan este artículo, donde se comparan algunos fragmentos de la tesis doctoral con los textos originales, son solo algunos ejemplos. Hay muchísimo más. Desde elDiario.es, ponemos a disposición de los investigadores académicos un índice con los artículos originales que Daniel Lacalle refrita en la primera parte de su tesis doctoral. Son los siguientes:

Robert M. Solow: A Contribution to the Theory of Economic Growh (1956). Páginas 13 a la 33 de la tesis de Daniel Lacalle.

Simon Kuznets: Economic Growth and Income Inequality (1955). Páginas de la 33 a la 42

Robert Barro: Inflation and economic growth (1995). Páginas de la 42 a la 47.

Anne O. Krueger: The political economy of rent-seeking society (1974). Páginas de la 47 a la 55. 

Pranab Bardhan: Corruption and Development: A Review of Issues (1997). Páginas de la 55 a la 64.

Anne O. Krueger: ‘Why Trade Liberalisation is Good for Growth’ (1998).Páginas de la 64 a la 70.

Michael Jensen y William H. Meckling:‘Theory of the firm: managerial behavior, agency costs and ownership structure’ (1976). Paginas de la 70 a la 79.

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