Rajoy vuelve a apostar para Europa por perfiles neoliberales y afines a la troika con la candidatura de Guindos para el BCE
Si hay un plan B para Europa, ese no está en el GPS de Moncloa. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha lanzado este miércoles a la carrera por la vicepresidencia del Banco Central Europeo a su ministro de Economía, Luis de Guindos. Es decir, a quien encarna las políticas de recortes en España, el relato de una recuperación económica a base de empleos precarios, el rescate a la banca y lo peor de la crisis financiera que estalló en 2008: De Guindos dirigió en España y Portugal el quebrado banco de inversión Lehman Brothers.
Pocos aliados encontró el BCE, el FMI y la Alemania de Angela Merkel como Rajoy y De Guindos en su pugna con la Grecia de Alexis Tsipras; y en lo que había en juego en aquel verano de 2015: un modelo de construcción política, institucional y económica diferente al actual presidido por las políticas de austeridad y la llamada estabilidad financiera. Tsipras se rindió; la troika le torció el brazo, y entre los que empujaban estaba Luis de Guindos.
De Guindos, como hizo su mentor político, Rodrigo Rato en 2004 con el Fondo Monetario Internacional, pretende desembarcar en el Banco Central Europeo con la mejor de las etiquetas.
Si Rato personificaba el “milagro español” de los gobiernos de José María Aznar antes de ser condenado a cuatro años de cárcel por un delito continuado de apropiación por las tarjetas black; Guindos se presenta como el artífice de que el rescate en España se limitara a los bancos, si bien el Estado sólo ha recuperado 3.837 millones de euros de los 62.295 destinados a ayudas a la banca, y de seguir fielmente las directrices de la troika para abordar la crisis: los recortes.
“España demostrará la calidad de las políticas puestas en práctica en la eurozona. Ha sido duro para la población, pero hemos aplicado medidas fiscales difíciles y recortes de gasto. Hemos puesto en práctica algunas reformas que no eran populares. Ahora esperamos recoger los frutos de estas políticas. Y comenzamos a ver la luz al final del túnel”, explicaba el ministro en una entrevista al Financial Times en 2013.
Este miércoles, para evitar semejanzas con Rodrigo Rato, De Guindos insistió en la presentación de su candidatura al BCE en diferenciar la situación económica en España de los ciclos expansivos que protagonizó el vicepresidente económico en el Gobierno de José María Aznar y su paso como titular de la misma cartera en las legislaturas de Rajoy: “Se ha dado un desapalancamiento muy intenso de la economía española y a diferencia del anterior ciclo expansivo de la economía, la construcción no es el elemento principal, sino las exportaciones”.
Aunque De Guindos quiso establecer una diferencia con el ciclo económico expansivo del Ejecutivo de Aznar, la realidad es que tuvo responsabilidades políticas en las posiciones de director general de Política Económica y Defensa de la Competencia y secretario de Estado de Economía durante las legislaturas en las que Rodrigo Rato tuvo la responsabilidad de la cartera económica.
Pero además, De Guindos es el coordinador de un libro de la Fundación FAES, el think tank presidido por Aznar, que resume el ideario político que definió la política de la era aznarita y que sirvió de base para la definición de las líneas estratégicas de la política económica del Gobierno de Rajoy.
Austeridad en el gasto público y libre mercado
“La austeridad en el gasto público y la transparencia en la gestión de las cuentas públicas; la consolidación de un modelo social basado en la creación de más y mejor empleo; y una apuesta firme por el libre mercado, por la competencia, por la innovación y por el dinamismo empresarial” son las líneas maestras de una política económica que “aportaron a España una prosperidad desconocida”, según Guindos.
El libro concluye con la frase: “las claves para lograr la prosperidad económica en España están en la disciplina fiscal y en las reformas encaminadas a lograr un comportamiento más flexible de los mercados”.
Para entender mejor la visión política del Ejecutivo del Partido Popular, el hoy presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, presentó el libro de De Guindos de esta manera: “Lo que se nos describe en este libro no es pura política económica. Nos habla de genuina política social, de la mejor política social que hemos conocido en España. Sin aspavientos, sin proclamas, sin ditirambos, pero con soluciones y con resultados incontestables”.
Hay más razones que han empujado a Rajoy a apostar por la candidatura de De Guindos a la vicepresidencia del BCE. Por un lado, se abre una crisis de Gobierno que permitirá al presidente del Gobierno responder a las criticas internas de los barones del partido que piden un consejo de ministros más político ante el ascenso de Ciudadanos tras las elecciones autonómicas catalanas.
Fuentes del PP admiten las dificultades para desembarazarse del bucle catalán con un Ejecutivo centrado en temas técnicos. Rajoy pidió a la vuelta de vacaciones de Navidad que tanto el partido como el Gobierno se pusieran a trabajar. Mientras el partido ha dado pasos con convenciones y actos para tratar de conectar con los ciudadanos, el Ejecutivo ha tardado más en reaccionar. Este miércoles, la Comisión General de Secretarios de Estado y Subsecretarios anunciaba que llevaban cinco Anteproyectos de Ley con temas que van desde la Prisión Permanente Revisable a la prevención del blanqueo de capitales y de la financiación del terrorismo.
Por otro lado, Rajoy siempre ha demostrado que cumple con su gente hasta que es inevitable su salida. De Guindos ya anunció al terminar la primera legislatura que prefería buscar otros retos una vez que daba por finalizado su trabajo como ministro de Economía con el rescate financiero y la recuperación económica.
No es la primera vez que Rajoy busca salidas airosas para sus colaboradores más cercanos. De poco sirvió que el exministro de Educación José Ignacio Wert fuera el peor valorado de su gabinete y tuviera en contra a toda la comunidad educativa, lo colocó como embajador de la OCDE en París. A pesar del fiasco de la operación Diálogo en Catalunya que encabezaron su jefe de gabinete, Jorge Moragas, la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, y el delegado del Gobierno en Catalunya, Enric Millo, a Moragas lo ha enviado a Nueva York como embajador de España en la ONU. Rajoy falló en su intento de buscar una salida airosa a José Manuel Soria, dimitido ministro de Industria por el escándalo de sus cuentas en paraísos fiscales, al que intentó meter en el Banco Mundial, un nombramiento que frustró la bronca mediática.