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Riders proautónomos: “Siendo inmigrante, es el mejor trabajo que puedo tener”

Riders proautónomos: "Siendo inmigrante, es el mejor trabajo que puedo tener"
Madrid —

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Madrid, 27 may (EFE).- Daniel tiene 29 años, es cubano y participa en una manifestación contra la “Ley Rider” frente al Congreso de los Diputados para defender seguir siendo trabajador autónomo: “Este es mi cuarto trabajo en España. Para un inmigrante como yo, que vine prácticamente sin nada, es el mejor trabajo que puedo tener”.

Él es solo uno más de los cerca de 150 repartidores que se han reunido este jueves en Madrid para protestar contra una normativa que obliga a las plataformas a dejar de usar autónomos para estas labores y exige a las empresas que pasen a ser asalariados.

A priori la legislación -consensuada por el Ministerio de Trabajo con patronal y sindicatos- pretende evitar la precariedad del colectivo, aunque una parte de ellos lleva meses alzando la voz porque considera que en la práctica este cambio no va mejorar sus condiciones, sino más bien todo lo contrario.

De hecho, aseguran que algunas de las plataformas digitales de reparto que utilizaban el modelo de autónomos (Deliveroo, Glovo, Stuart y Ubereats son las principales) ya están empezando a ofrecer contratos temporales de 20 horas semanales a través de empresas terceras, con sueldos mensuales de 500-600 euros, para cumplir con la ley.

Apoyado en la acera con su bicicleta, Daniel -que prefiere no facilitar el apellido- pone el dedo en la llaga y alude a la gran cantidad de extranjeros sin permiso de trabajo que se emplean como “riders” actualmente gracias a que otros compatriotas con documentación en regla les alquilan sus cuentas.

“Más de la mitad de los repartidores no tienen papeles y se van a joder. Este es un trabajo en el que hay gente que sí hace bastante dinero porque trabaja muchas horas... Yo si tuviera una moto podría hacer más pedidos y cubrir distancias más largas”, razona.

La situación la conoce bien porque la vive en primera persona: todavía no tiene renovado su permiso de trabajo, que caducó, por lo que no podría optar a ser asalariado, ni siquiera por una subcontrata.

La protesta de hoy prometía ser multitudinaria al estar convocados repartidores de toda España; sin embargo, los organizadores apuntan a que muchos cancelaron el viaje tras conocer ayer que el Congreso no iba a debatir la “Ley Rider” como estaba previsto debido a la ausencia de la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, por una indisposición.

Entre los participantes hay una clara mayoría de extranjeros -aunque también hay españoles- y perfiles de muy diferentes edades. Entre las mayores se encuentra la venezolana Samira Ron, quien a sus 63 años trabaja como repartidora para Glovo en Oviedo.

“Fui una de las que comenzó a operar cuando Glovo entró en la ciudad. Estamos contentos, ganamos bien de la forma en que trabajamos y lo que va a ocurrir es que con esta nueva ley nos harán contratos precarios de 20 horas por semana a 6 euros la hora, frente a los 9-10 que cobramos ahora”, argumenta.

Samira, que llegó a España en 2015, sí cuenta con todos los papeles para trabajar de forma legal, pero califica de “inviable” que las plataformas contraten a los cerca de 30.000 repartidores que se calcula que hay por todo el país.

“A mi edad ya sabemos que ya no me va a contratar nadie, porque en España con mis años no consigues empleo”, se lamenta.

En esa misma línea se expresa su compatriota Isidro Díaz, de 54 años, llegado desde Salamanca con su moto para participar en la protesta.

“Dicen que en ciudades pequeñas se corre el riesgo de que muchas plataformas dejen de operar. Yo trabajo para Glovo desde hace dos años y allí tienen buen mercado, no creo que ocurra. Pero con esta ley nos cortan lo que teníamos ganado siendo autónomos, la flexibilidad, la libertad para escoger a qué horas trabajar...”, enumera.

Isidro, como sus compañeros, reclama a los diputados que no validen la “Ley Rider” y que obliguen al Gobierno a escuchar su postura en una mesa de negociación, y subraya que la mayoría aquellos “riders” que pedían dejar de ser autónomos cuando el envío de comida a domicilio empezó a despegar (2016-2018) ya ha abandonado este colectivo.

“Las cosas han cambiado mucho desde 2016”, coincide el portavoz de la Asociación Profesional de Repartidores Autónomos (APRA), Jordi Mateo, quien opina que las plataformas nada más aterrizar en España “hicieron mal las cosas” y por ello el Supremo ha sentado jurisprudencia considerando que en realidad trabajaban como “falsos autónomos”.

No obstante, recuerda que las empresas fueron cambiando sobre la marcha las condiciones -vistos precisamente esos problemas legales- y que las sentencias se remiten a las condiciones antiguas y no a las actuales; en su opinión, hay mucho margen para mejorar pero siempre dentro del régimen de autónomos.

En la manifestación había carteles acusando a la ministra Yolanda Díaz de “mentirosa” y se han lanzado algunas consignas contra Podemos; además, los participantes han roto contratos temporales similares a los que temen recibir en un futuro próximo como símbolo de su protesta.

Óscar Tomasi

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