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Estrabismo, algo más que una simple anomalía estética que hay que corregir pronto

Revisión ocular

Mercè Palau

Una serie de músculos se unen a cada ojo para controlar sus movimientos, con la ayuda del cerebro, donde está el principal centro de coordinación. Estos músculos reciben señales del cerebro. En condiciones normales, los ojos trabajan en equipo y “apuntan” al mismo lugar, se mueven de manera coordinada de manera que el objeto que se mira está centrado en cada ojo. 

Pero cuando hay problemas para controlar el movimiento ocular, este equilibrio desaparece. Hablamos entonces de estrabismo, un problema del sistema visual en el que los dos ojos no miran hacia el mismo punto: uno lo hace al frente mientras que el otro puede estar desviado hacia afuera —exotropía—, arriba —hipertropía—, abajo —hipotropía— o adentro —endotropía—. 

Podemos ser conscientes de este problema porque los ojos aparecen desalineados, no se mueven juntos, el parpadeo es frecuente —sobre todo a la luz del sol brillante—, se produce una inclinación de la cabeza para mirar las cosas o la percepción de la profundidad es defectuosa. 

Aunque este problema suele asociarse a la infancia, también puede aparecer en la edad adulta. Y tratarlo a tiempo es fundamental en todos los casos porque evitará problemas como visión doble y permitirá tener una buena percepción de la profundidad.  

Por qué aparece el estrabismo

El estrabismo es una patología compleja resultante de una alteración del sistema de control cerebral de la posición de los ojos, porque el control del alineamiento ocular se produce en el cerebro, de ahí que posibles alteraciones en este nivel también puedan desencadenar estrabismo. Puede ocurrir todo el tiempo o ser intermitente y manifestarse solo en determinados momentos, como cuando la persona está cansada. 

Según la Sociedad Española de Oftalmología, la mayoría de los estrabismos aparecen en los tres primeros años de vida, aunque algunos lo hacen más tarde, incluso en la edad adulta. Las causas son variadas y en ellas intervienen factores hereditarios —las personas con padres o hermanos que tienen estrabismo tienen más probabilidad de desarrollarlo— u oftalmológicos —cataratas congénitas, defectos de refracción, etc.—.

Otras causas son problemas con los músculos oculares, es decir, en los nervios que transmiten información a los músculos.  

Estrabismo en niños, más común que en adultos

La desviación suele producirse en el ojo que no está mirando el objeto que mira. Por tanto, si mira con el ojo derecho, tuerce el izquierdo y al revés, aclara la Sociedad Española de Estrabología y Oftalmología Pediátrica. Puede ocurrir también que exista una dominancia y que siempre mire con el ojo derecho y desvíe el izquierdo o que haya alternancia ocular.

El estrabismo convergente en niños que se manifiesta con el crecimiento, cuando se asocia a defectos de graduación como la hipermetropía, suele responder bien al uso de gafas correctoras, reconoce el Doctor Francisco Javier González García, especialista del Servicio de Oftalmología del Hospital Universitario Rey Juan Carlos y autor del blog En un abrir y cerrar de ojos

En ocasiones, el estrabismo puede ir acompañado de ojo vago o ambliopía, que ocurre cuando el problema ha empezado a una edad muy temprana y el cerebro ha estado suprimiendo de manera continua la imagen del ojo desviado. Así, la parte de la corteza visual que interpreta las imágenes de ese ojo no recibe la estimulación necesaria para desarrollarse con normalidad.

Para saber si un niño tiene estrabismo se pueden comprobar los reflejos que emite una luz sobre las pupilas: si ambos reflejos caen en el mismo punto de la pupila, los ojos están rectos y esto oriente a que no haya estrabismo. Si, en cambio, un reflejo está en la pupila y el otro aparece desviado hacia el iris o la parte blanca del ojo, puede ser señal de que sí podría padecer esta patología.  

En palabras del doctor González, otra sencilla técnica para detectarlo en niños preescolares consiste en  tapar de forma alternativa un ojo y otro y comprobar si,con uno de los dos ojos tapados, el niño no protesta. “En este caso, con ese ojo podría no ver como debería, y es el otro el director”.  

La solución dependerá del grado de complejidad. En los menos graves, puede corregirse con gafas, si se asocia a un defecto refractivo importante; en otros casos, la terapia visual puede solucionar estrabismos divergentes. Pero en los más graves puede ser necesaria la cirugía para alinear los dos ojos, aunque no en todos los casos se consigue que ambos ojos funcionen de forma coordinada aunque estén rectos. 

El estrabismo también es cosa de adultos 

El estrabismo también afecta a los adultos. Se calcula que la prevalencia es del 2-5% en la población general. En estos casos suele manifestarse como visión doble diplopía— porque el cerebro no puede suprimir o ignorar la imagen que obtiene el ojo desviado —algo que en los niños no suele ocurrir—. 

El estrabismo en adultos suele estar provocado por varias causas. Cuando aparece de forma tardía hablamos de estrabismos adquiridos, de origen desconocido. También puede ocurrir como consecuencia de enfermedades sistémicas como la diabetes, enfermedad tiroidea, miastenia gravis y otras patologías neurológicas como tumores cerebrales o accidente cerebrovascular; por traumatismos; y, por último, por daños en los músculos extraoculares durante alguna cirugía ocular. 

En las denominadas parálisis oculomotoras, que aparecen de repente y que es cuando el “cable” que activa el músculo ocular deja de transmitirle el mensaje nervioso, la persona suele inclinar la cabeza para evitar la posición de desviación máxima —o tortícolis de causa ocular—. En este caso es típica la visión doble, que desaparece al tapar un ojo. 

El origen de este tipo de estrabismo puede ser vascular, de ahí que, ante la mínima sospecha es importante realizar una exploración neurológica completa. También puede aparecer estrabismo en el adulto por descompensaciones de estrabismos latentes que debutan en la edad adulta.

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