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De Extremadura, al cielo

Observatorio de Monfrague

Pilar Armero

Todos vivimos bajo un mismo cielo pero el trozo que le corresponde a Extremadura es especialmente generoso cuando se trata de contemplar estrellas. Un régimen de escasa nubosidad y lluvias, reducida humedad ambiental, el elevado porcentaje de noches despejadas y una temperatura media agradable todo el año son regalos que le ha concedido la naturaleza y que colocan por méritos propios a la región en la pista de salida para convertirse en destino privilegiado del astroturismo.

Cuenta, además, con otras ventajas añadidas como la cantidad de kilómetros cuadrados de la comunidad autónoma y la dispersión de la población entre los mismos. A efectos de cielo fetén eso se traduce en que la distancia entre localidades es grande por lo que la contaminación lumínica es pequeña. Vamos, que es raro que las luces de un pueblo se solapen con las de otro, de manera que hay amplios espacios oscuros, no contaminados, que son los perfectos para la contemplación.

Los expertos indican que Extremadura, Canarias y Aragón son los tres escenarios más completos para la observación astrológica, una disciplina que está rebasando el ámbito científico para ponerse del lado del turismo. Asociaciones, administraciones y empresarios se han fijado en esta circunstancia como un nicho de mercado que presenta nuevas oportunidades de desarrollo en la región. Así a las primeras iniciativas puestas en marcha hace algunos años por universidades populares, grupos de aficionados y diputaciones que organizan encuentros divulgativos y salidas con telescopio se van sumando otras de mayor envergadura, como ha sido la puesta en marcha de un observatorio en el Parque Nacional de Monfragüe.

Anoche vimos Marte

“Anoche vimos Marte”, asegura Miguel José González, alcalde de Torrejón El Rubio en referencia al lunes pasado, 8 de diciembre del puente festivo que se aprovechó para inaugurar este servicio. Se ha habilitado en un edificio en desuso al que se accede desde la EX - 208, a escasos 200 metros de Torrejón. La reconversión ha consistido en dotarle de una cúpula de cuatro metros de diámetro con un telescopio de tipo medio con el que observar distintos fenómenos astronómicos.

La iniciativa se dirige a grupos de un máximo de 12 personas que se van formando en función de las llamadas de interesados que se reciban en la Oficina de Turismo del Ayuntamiento, que es desde donde se canalizan las visitas. El estreno no ha estado nada mal porque entre el viernes 5 y el lunes 8 pasaron siete grupos.

“Tenemos un cielo estupendo y la idea es completar el observatorio con un centro de interpretación. Queremos crear economía”, indica el alcalde.

Mientras se consigue ese segundo reto, los técnicos de la Asociación para el Desarrollo de Monfragüe y su Entorno (Ademe) están realizando un estudio de la calidad del cielo. Además, han formado a 20 vecinos de la zona como guías de esta iniciativa. En cartera está, además, la concesión para Monfragüe del título de Reserva Starlight por parte de la Unesco y la Organización Mundial del Turismo, que se solicitó en 2010.

Una granja de telescopios en la dehesa

En la otra punta del mapa extremeño están Cristina Fabo y José Luis Quiñones, dos enamorados de la astronomía que han montado en Fregenal de La Sierra un centro de vanguardia para la observación del cielo, ‘Entre Encinas y Estrellas’. Es un proyecto pionero no sólo en la región sino a nivel nacional porque aúnan en un mismo espacio una granja de telescopios que se alquilan para conectarse remotamente desde cualquier lugar del mundo a través de internet y gracias a un sistema de robotización; además, disponen de modernas casas para quien quiera vivir in situ la experiencia, un aulario para impartir cursos y si el cliente lo desea, ellos mismos se desplazan con sus equipos para brindar una observación a la carta.

“No hace falta ser un loco de la astronomía para disfrutar una noche de estrellas. Le gusta a gente de todas las edades, por lo que es una experiencia única para disfrutar en familia o entre amigos”, señala Fabo.

Viajes por el universo, aprender a orientarse en el cielo, descubrir constelaciones de invierno y de verano, nebulosas, Saturno, Júpiter… son algunas de las posibilidades que se ofrecen en este entorno celestial.

Amantes de todo ese mundo que nos sobrevuela hay muchos y muchos de ellos no dudan en hacer kilómetros para disfrutarlo con garantías de éxito. Quienes saben de primera mano lo que puede dar de sí el cielo extremeño abogan porque el Gobierno regional dicte su propia ley de protección del cielo, una norma que de momento solamente tienen Andalucía y Canarias.

“El cielo es un patrimonio a proteger y esa ley supondría esencialmente iluminar mejor, hacia el suelo y sin tirar kilowatios innecesariamente”, apunta Cristina Fabo.

Dicho queda, con el ánimo de que se coja el testigo.

 

 

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