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Llagas en la boca, ¿por qué aparecen?

Foto: Metju12

Marta Chavarrías

Las llagas o aftas bucales, cuya prevalencia oscila entre el 5% y el 20% entre la población general, según un estudio publicado en el Centro Nacional de Información Biotecnológica (NCBI), acostumbran a tener un tamaño pequeño y suelen ser poco profundas. Son fácilmente identificables por su apariencia: forma redondeada u ovalada; color blanco, amarillo o gris; inflamación alrededor del borde de un color más rojo. Además, la mayoría aparecen en el interior de los labios, de las mejillas o la superficie inferior de la lengua, es decir, en las zonas blandas de la boca. Raramente aparecen en el paladar.

Pero no por ser pequeñas significa que sean menos molestas. Las úlceras bucales (como también se denominan) pueden producir malestar general, fiebre y dolor (en los casos más graves). Hasta el punto de que, en algunos casos, hacen que el simple hecho de comer o hablar se convierta en una auténtica tortura.

En la mayoría de los casos, suelen aparecer entre tres o cuatro veces al año y acostumbran a durar una semana. Si bien pueden formar pequeños grupos, en la mayoría de los casos lo hacen de una en una y desaparecen de la misma manera que salen. Las úlceras bucales son benignas y no contagiosas. A diferencia del herpes labial, que aparece en el exterior de los labios (no en el interior de la boca), las llagas no son contagiosas porque no están causadas por una infección.

¿Por qué aparecen las llagas?

La creencia popular lleva años relacionando las llagas bucales con un “estómago sucio” y con “las defensas bajas”. Aunque se calcula que el 90% de las llagas no tiene causa específica, los expertos creen que pueden deberse a un mal funcionamiento del sistema inmunitario, que hace que los glóbulos blancos ataquen las células de la mucosa de la boca. Si bien establecer las causas concretas y específicas es complicado, sí existen factores de riesgo como:

  • El estrés: las llagas suelen aparecer en momentos estresantes como las épocas de exámenes o de trabajo excesivo. Si bien el estrés en sí no causa directamente las úlceras, sí aumenta las posibilidades de desarrollarlas y puede afectar a su proceso de curación.
  • Una infección vírica: lleva al debilitamiento del sistema inmunológico. Cualquier afección que ataque el sistema inmunológico del cuerpo (la defensa natural contra las infecciones y las enfermedades) puede ayudar a desarrollar úlceras bucales).
  • La alergia a determinados alimentos: especialmente la sensibilidad al gluten y las alergias al trigo.
  • Deficiencias nutricionales: en concreto de vitaminas y minerales como la vitamina B12 (ayuda a producir glóbulos rojos), el zinc, el hierro (con una carencia de hierro, los glóbulos rojos no pueden transportar tanto oxígeno) o el ácido fólico.
  • Heridas en la boca: provocadas por el roce con una superficie dental afilada o un aparato de ortodoncia.
  • Cambios hormonales: los períodos menstruales o la menopausia pueden aumentar las probabilidades de tener llagas.
  • Antecedentes familiares: hay una cierta predisposición genética a sufrir llagas bucales.
  • Dejar de fumar: es posible que, tras dejar de fumar, aparezcan más úlceras de lo normal. Es una reacción normal ya que el cuerpo está lidiando con el cambio en los químicos en su cuerpo.
  • Alimentos: como el chocolate, el café, algunos frutos secos como cacahuetes, el queso, las fresas o los tomates.
  • Quimioterapia o radioterapia: en el tratamiento del cáncer.

Cómo curar las llagas

No hay un tratamiento específico para eliminar las llagas ni para prevenir su recurrencia porque suelen desaparecer solas al cabo de una o dos semanas. Sí hay algunas formas de aliviar el malestar durante los tres o cuatro días en los que las llagas son más dolorosas. El objetivo del tratamiento se orienta en tres direcciones: disminuir el dolor, acelerar la cicatrización y prevenir la recurrencia.

Por ejemplo, los analgésicos tópicos sin receta como el paracetamol o el ibuprofeno y los enjuagues bucales pueden ofrecer un alivio temporal. También hay productos específicos de venta libre como geles o colutorios, siempre que no contengan lauril sulfato de sodio (LSS) o alcohol. El LSS es un ingrediente que le da a la pasta de dientes una sensación espumosa pero está fuertemente vinculado con las llagas bucales ya que es un surfactante que elimina la fina capa de la mucosa oral del interior de la boca.

Otra de las formas para evitar que las llagan irriten y duelan es evitar los alimentos picantes, especiados, ácidos o con una textura dura porque lo que hacen es aumentar el dolor cuando rozan con la llaga. Como norma general, cualquier llaga que tarde más de 14 días a curarse debe analizarla un dentista o un médico, advierte la Academia Americana de Medicina Oral (AAOM). Si es necesario, el especialista puede prescribir medicamentos como corticoesteroides o colutorios con gluconato de clorhexidina, un potente antiséptico.

¿Se pueden prevenir las llagas?

La aparición de llagas es bastante imprevisible. De la misma manera que no hay un tratamiento concreto y específico para tratarlas, tampoco hay ningún método para evitar que aparezcan. Por tanto, es muy difícil prevenirlas completamente. Pero se puede minimizar su prevalencia de distintas maneras:

  • No comer alimentos crujientes, ácidos o picantes que puedan irritar la boca.
  • Mantener una dieta equilibrada y saludable.
  • Tener una higiene bucal saludable mediante el cepillado de los dientes con un cepillo de cerdas suaves después de cada comida.
  • Evitar el uso de pasta de dientes y enjuagues bucales con lauril sulfato de sodio (LSS).

¿Funcionan los remedios caseros?

Hay algunos remedios caseros que suelen aliviar, de forma momentánea, las molestias provocadas por las llagas, pero sin abusar. Uno de ellos el enjuague con agua y sal. La sal es un remedio efectivo contra las llagas por sus propiedades antisépticas, antibacterianas y por su capacidad para disminuir el dolor. También ayudará a acelerar la cicatrización.

Otros enjuagues efectivos son con bicarbonato de sodio, con propiedades antisépticas, y de romero, laurel o albahaca, con propiedades analgésicas y desinfectantes. El uso de frío también ayudará a aliviar el dolor. El hielo actúa como una especie de sedante y reduce la inflamación. El consumo de yogur sin azúcar ayuda también a tratar las llagas porque contiene cultivos activos que restauran el equilibrio de un pH saludable y el crecimiento de bacterias buenas en la boca.

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