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Espacio para la reflexión y el análisis a cargo de parlamentarios europeos españoles.

La Gran Coalición llega al primer pleno del Parlamento Europeo

Ernest Urtasun

Esta semana se desarrolla el primer pleno del Parlamento Europeo en Estrasburgo tras las elecciones del pasado 25 de mayo. Unas elecciones que mostraron un gran descontento de la ciudadanía europea con el desarrollo del proyecto comunitario, por su asfixiante cerrazón con una política económica que lleva al continente al abismo, y por un distanciamiento cada vez mayor entre la dinámica institucional y las necesidades y los anhelos de la gran mayoría de la población.

Este primer pleno tiene tres puntos principales en agenda: la elección de la presidencia y las vicepresidencias del Parlamento, la presentación de las Conclusiones del Consejo Europeo de la semana pasada y la presentación del programa de la presidencia Italiana del Consejo por parte del Primer Ministro Renzi.

El Parlamento Europeo es un parlamento hoy más fragmentado, con el bipartidismo en retirada, un auge preocupante del euroescepticismo y la extrema derecha y una izquierda alternativa y ecologista que a pesar de algunos éxitos notables el pasado día 25 no logra aún hacer emerger una alternativa real para el cambio.

Con todo y a pesar de la entrada en crisis del sistema del bipartito europeo, no parece que la dinámica institucional europea vaya a sufrir mayores cambios en los próximos cinco años. PSE y PPE han decidido reeditar su acuerdo de Gran Coalición, al que la semana pasada se incorporaron lo liberales de ALDE. Un acuerdo que a pesar de lo anunciado por Schulz no varía en nada sustancial el llamado 'Consenso de Bruselas' centrado en las reformas de devaluación interior en la periferia, la consolidación fiscal a un ritmo suicida, la negativa a medidas de estímulo fiscal a escala continental o a un tratamiento distinto de la deuda, o la negativa a reformar el sistema de gobernanza de la Eurozona.

Sólo hay que echar una ojeada a la últimas conclusiones del Consejo Europeo celebrado el 27 de junio para darse cuenta que, más allá de las apelaciones genéricas al crecimiento y el empleo, queda plasmada una inquebrantable continuidad con lo hecho hasta ahora. Prueba de ello es la referencia a una posible flexibilización de la consolidación fiscal para apoyar el crecimiento, que queda siempre sujeta a 'las posibilidades que ya ofrece el marco fiscal actual de la UE' (apartado número 15 de las conclusiones del Consejo Europeo). Es decir, sujeta al Fiscal Compact y demás reglas. Nada nuevo bajo el sol.

Por lo demás, apenas se percibe en dichas conclusiones autocrítica alguna por la abstención, ni voluntad de avanzar hacia una reforma democrática de la UE.

La Gran Coalición se reformula por lo tanto sin cambiar en nada lo fundamental, un poco a imagen y semejanza de la Gran Coalición en Alemania donde el SPD introdujo algún retoque cosmético aceptando las líneas maestras de la política económica y europea de Merkel.

Por lo que a cargos se refiere, este acuerdo contiene un primer intercambio de cromos: Schulz irá a la presidencia del Parlamento, Juncker a la presidencia de la Comisión. Este acuerdo se pone a prueba esta misma semana en Estrasburgo, donde el Parlamento elige a su presidente. Una vez cerrado el acuerdo, los conservadores no presentan candidato.

Más allá de que Schulz dejó al final de su anterior mandato como presidente del Parlamento Europeo un regusto amargo por lo poco que se avanzó en medidas de transparencia y ahorro, y por la muy criticada utilización del cargo para la campaña electoral como jefe de filas de los socialdemócratas, su candidatura esta semana debe ser rechazada porque representa la primera pata de la Gran Coalición. No apoyarle no es sólo un gesto de rechazo hacia su gestión como presidente, es sobre todo una expresión política de rechazo al acuerdo entre el PPE y el PSE.

Los Grupos de la GUE y de Los Verdes/ALE hemos rechazado por lo tanto el intercambio de cromos y el programa político que le acompaña. Por ello hemos presentado candidatos alternativos: Pablo Iglesias la GUE y Ulrike Lunacek Los Verdes/Ale. En mi opinión hubiera sido preferible que ambos grupos se unieran tras un solo candidato para dar más visibilidad a la alternativa, pero en cualquier caso ambos harán emerger esta semana la voz de los que rechazamos el statu quo, los pactos en el pasillo, los que representan los anhelos de la Europa quiere cambiar y que entiende que el rumbo actual es un suicidio para la mayoría de la ciudadanía.

¡Suerte a ambos!

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