La economía vasca crecerá un 5,3% este año y un 4,5% en 2023, según BBVA Research

La economía vasca crecerá un 5,3% este año 2022 y un 4,5% en 2023. Estas son las previsiones que maneja BBVA Research en su último informe ‘Situación País Vasco’. Esta recuperación se sustenta en cuatro pilares: el dinamismo de las exportaciones, la actividad industrial, el turismo y el consumo.

De cumplirse estas previsiones, la economía vasca crearía, en promedio del año, unos 56.000 nuevos empleos entre 2020 y 2023, lo que permitiría reducir la tasa de paro hasta el 8,3%. Así se constata en el informe presentado hoy por Rafael Doménech, responsable de Análisis Económico de BBVA Research, y Carlos Gorria, director de la Territorial Norte de BBVA.

El control de la pandemia, la utilización del ahorro embalsado por las familias vascas, el impulso en la ejecución de los fondos europeos Next Generation EU (NGEU) y una elevada capacidad productiva sin utilizar favorecerán la recuperación, según las previsiones de BBVA.

Eso sí, el escenario de recuperación previsto para los próximos trimestres podría verse afectado por el retraso en la ejecución de los Fondos NGEU, así como de las inversiones asociadas. El reparto    de los fondos europeos en buenos proyectos transformadores y su uso son esenciales para alcanzar una recuperación inclusiva.

Riesgos por el coste de la energía

Por otro lado, el aumento del coste de la energía limita en mayor medida la recuperación de las zonas industriales y supone un reto para su competitividad. En el País Vasco los precios de exportación de bienes se aceleran algo más que en el conjunto de España. Esto podría condicionar la recuperación.

Asimismo, el aumento de la inflación general y subyacente supone un riesgo, principalmente para comunidades muy expuestas a la competitividad exterior. En particular, en Euskadi la aceleración de la inflación subyacente podría incrementar el riesgo que ya se anticipa por la pérdida de competitividad precio hacia el exterior.

En todo caso, a corto plazo el sesgo en las previsiones puede ser al alza si se confirma un menor impacto de la pandemia en la actividad. A medio plazo, el sesgo dependerá de las reformas que se adopten en los próximos meses.

En el inicio de 2022, la actividad en el País Vasco y España se habría desacelerado por diversos factores. Por un lado, el deterioro de los indicadores sanitarios por la variante Ómicron habría frenado el avance del consumo debido a las nuevas restricciones. Por otro lado, los cuellos de botella y la interrupción de las cadenas de suministro condicionan la actividad industrial.