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“De Miguel era un padrino y en este país, sin uno de ellos, no tienes un contrato”

El fiscal, Josu Izaguirre, en la entrada de la Audiencia de Álava

Iker Rioja Andueza

El fiscal Josu Izaguirre ha completado este martes su alegato final en el 'caso De Miguel' que él mismo inició en 2009 cuando la empresaria Ainhoa Alberdi le alertó que el que fuera 'número dos' del PNV alavés, Alfredo de Miguel, le había extorsionado porque no le quería pagar una comisión de 100.000 euros a cambio de un contrato en el parque tecnológico de Miñano. Y lo ha hecho con rotundidad, insistiendo en la existencia de una trama “organizada” -jurídicamente una “asociación ilícita”- pilotada por un político con muchos tentáculos e influencia conocido por todos con Txitxo. “De Miguel se dedicaba a ser un padrino porque si no tienes padrino parece que en este país no vas a tener un contrato. Y que no se te ocurra denunciarlo, porque no vuelves a recibir otro en tu vida”, ha solemnizado Izaguirre, que ha comparado las prácticas de esta trama con la mafia de Sicilia -“con todos los respeto para ellos”, ha ironizado- y con casos como la Gürtel, Pretoria o Palau, que han marcado la agenda en Madrid, Valencia, Baleares o Cataluña en los últimos años a diferencia de lo ocurrido en Euskadi con esta macrocausa.

Izaguirre se ha detenido en detallar la actividad de la mercantil Kataia Consulting, creada por De Miguel con otros dos compañeros de la dirección alavesa del PNV, Koldo Ochandiano y Aitor Tellería, pero “sospechosamente” puesta a nombre de sus esposas, Ainhoa Bilbao, Iratxe Gaztelu-Urrutia y Araceli Bajo. De hecho, 'Kataia' deriva de las iniciales de los seis (Koldo, Aitor, Txitxo, Ainhoa, Iratxe y Araceli). La Fiscalía sostiene, apoyándose también en la confesión de Josu Arruti, que la sociedad se constituyó 'ad hoc' para canalizar y camuflar las primeras comisiones ya pactadas, en este caso por impulsar la recalificación urbanística de Zambrana, al sur de Álava. “Se creó para la comisión de Zambrana y para las que vendría en el futuro”, ha indicado Izaguirre, que ha reseñado que ningún ingreso (o casi) de esta empresa no está bajo sospecha de tener un origen ilícito, incluidos los contratos con el Gobierno vasco.

Izaguirre y su compañero, Manuel Pedreira, han aportado algunas pruebas de que así fue, de que las fechas del acuerdo entre Arruti -el intermediario que Txitxo colocó para captar inversores en Zambrana- y la empresa catalana Construcciones Riera para desarrollar un polígono industrial en ese pueblo (por valor de 65 millones) coinciden con la activación de los trámites para dar de alta lo que supuestamente era una auditoría energética y que nunca se dedicó a ello. No han citado que existe un Excel elaborado por Ochandiano, contable de profesión y “cerebro económico de la trama”, con fecha de creación de 11 de julio de 2005 en el que se preveía obtener ingresos de Zambrana, que supuestamente se acordaron en septiembre de ese año.

“A Ochandiano le ha pasado como a Al Capone”

Ochandiano también almacenaba cuando fue detenido por corrupción en 2010 varios cuadernos manuscritos con referencias a todos los negocios bajo sospecha, así como a dinero negro y comisiones. Por activa y por pasiva, y aunque nieguen que haya pruebas de corrupción, las defensas de los imputados han tratado de declarar nula esta prueba que, como ellos mismos admiten en privado, es muy esclarecedora. “En la Gürtel había un 'pendrive'. Aquí no tenemos un 'pendrive', pero tenemos dos cuadernos. Siempre hay un contable que escribe más de la cuenta. Le pasó a Al Capone y en este caso le ha pasado a Ochandiano. Se ha intentado arremeter contra estas evidencias. ¿Por qué? Porque es la pistola humeante de un plan preconcebido”, se ha desquitado Izaguirre.

Como ha venido publicado este periódico, tras cobrar la primera de las comisiones de Zambrana, 130.000 euros a finales de septiembre de 2005, los gastos que siguieron a ese ingreso no se corresponden para nada con los supuestos trabajos de asesoría con los que se camufló el pago. El fiscal ha citado el coche marca Saab con 30.000 euros tomados como préstamo de las cuentas, los gastos de hasta 6.000 euros en joyería o “una Visa que funcionaba mucho” aunque “por lo menos era en Eroski y se quedaba en el territorio”, ha ironizado Izaguirre, que ve inconcebible que todavía haya quien no vea lucro de los políticos encausados. No ha mencionado viajes a Extremadura o Benidorm, pero sí alguna estancia en balnearios.

El alegato se ha detenido igualmente en ellas. Eran una licenciada en químicas (Bilbao), una corredora de seguros (Bajo) y una doctora (Gaztelu-Urrutia), no “mujeres del siglo XIX”. “Han intentado aparecer como tontas y no lo son. Eran conscientes de lo que hacían y para qué lo hacían”, ha asegurado. Ha dicho que no es creíble que imitaran a la infanta Cristina con sus “no sé”, “no recuerdo” y “no me consta”, especialmente en el caso de la esposa de De Miguel.

“Manejaban dinero negro”

Ha citado como ejemplo los movimientos económicos en metálico (y con billetes de 500 euros) que constan en el sumario y de lo que la Fiscalía hace corresponsables tanto a los maridos como a las mujeres. “Estas personas manejaban dinero negro. El dinero negro que obtenían era de actividades ilícitas fuera de su trabajo. Estoy convencido de que hay alguna otra operación que no hemos detectado”, ha llegado a manifestar el fiscal. 

El ministerio fiscal destaca también que otras mercantiles formaban parte del entramado dirigido por De Miguel, con el nexo de que la contable de todas ellas era su hermana Aintzane, quien a última hora renunció a un acuerdo que había alcanzado con la Fiscalía para reconocer determinadas irregularidades. Las presiones para no incriminar a su hermano surtieron efecto. Según Izaguirre, todas se crearon cuando tenían asegurado un ingreso y, además, ilícito. De Ortzi Muga, por ejemplo, ha ironizado que era “la nada” ya que Kataia Consulting “al menos tenía a la suegra de Txitxo” en plantilla. Sobre otra de ellas, Errexal, ha indicado que no sólo canalizó pagos irregulares -consta también que hacía operaciones en B- sino que era un “colocadero” que daba “un empleo a compañeros de partido” como Roberto González Muro o Leire Orueta. Otras mercantiles creadas fueron Eskalmelo, Marratik o Diru Kapital.

La Fiscalía ha afeado que De Miguel en su día y Ochandiano y su esposa en el juicio aseguraran que los movimientos opacos se justificaban porque Txitxo estaba amenazado por ETA, extremo que desmintió la Policía Nacional en un informe. En general, ha echado en falta “convicción” y “relatos alternativos” en las defensas de los acusados para justificar los movimientos de la trama, “cosas que sólo hay que hacer en callejones oscuros”. “De un sitio u otro, pues tenemos que sacar lo que nos corresponda. Es así, porque si no lo tenemos jodido”, ha recordado Izaguirre, citando una frase de Tellería que se escucha en una de las grabaciones con las que, hace ya 9 años, Alberdi originó todo.

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