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La cara oculta del paraíso: explotación sexual y desigualdad frente al turismo de sol y playa de República Dominicana

Personas disfrutan de la playa, en Boca Chica (República Dominicana), en una fotografía de archivo.

Maialen Ferreira

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República Dominicana es el destino más visitado del Caribe. Cuenta con 1.600 kilómetros de costa y 400 kilómetros de playas, además de montañas, ríos, lagunas y un lago. Según los últimos datos aportados por el Gobierno del país, en junio visitaron el país un total de 644.861 turistas, la cifra más alta de visitantes en ese mes en toda la historia. En el primer trimestre del año, la isla recibió a casi 4 millones de turistas, que ingresaron a la economía alrededor de 4.000 millones de dólares. Rosa Elcarte, representante de Unicef en República Dominicana, es consciente de los beneficios que puede traer el turismo en materia de economía y empleo a la isla, sin embargo, es más consciente aún de sus posibles efectos negativos. “El turismo tiene una parte muy beneficiosa. Lógicamente, genera trabajo a muchísimas personas, pero no todo es piña colada y playas; dentro de ese turismo, hay una gran parte que viene a buscar chicas para tener sexo con ellas a cambio de dinero, y especialmente, buscan a chicas menores de edad”, critica Elcarte, quien se dedica a labores de concienciación y sensibilización sobre los derechos de las niñas y niños del territorio.

Además de un lugar idóneo para el turismo, República Dominicana es un escenario perfecto para rodajes de películas, series y reality shows. Allí se rodaron películas reconocidas mundialmente como 'El Padrino', 'Jurassic Park' o 'Piratas del Caribe' y también tienen lugar programas de televisión españoles como 'La isla de las tentaciones'. Entre las razones por las que los productores y cineastas escogen la isla como escenario de sus producciones, además de sus paisajes paradisíacos, están los incentivos fiscales que ofrece la Ley de Cine aprobada por el Gobierno en 2010. Los rodajes extranjeros que se realizaron a lo largo de 2021 tuvieron un impacto económico de 230 millones de dólares y para este 2022, según ha anunciado el presidente del país, Luis Abinader, se espera que dicha cifra se iguale.

“La isla, por sus características climatológicas y por su belleza, atrae muchísimo a la industria del cine. Hay un mercado de trabajo importante alrededor de los rodajes. Somos conscientes de que este tipo de rodajes pueden traer consigo un tipo de turismo abusivo. Hemos ayudado a Fiscalía a detener a personas que llegaban y trataban de grabar a mujeres y niñas para películas pornográficas. Puede llegar a ser una fracción pequeña del total, pero al ser un turismo tan masivo, son números importantes. Por eso tratamos de concienciar a las personas que viven en comunidades cercanas a las playas sobre estos temas”, sostiene Elcarte.

El turismo tiene una parte muy beneficiosa. Lógicamente, genera trabajo a muchísimas personas, pero no todo es piña colada y playas

Las investigaciones realizadas por Unicef concluyen que el 29% de las víctimas de delitos sexuales reportados en el país son menores de edad y un 45% de los adolescentes asegura conocer a menores de edad que mantienen relaciones sexuales con extranjeros a cambio de dinero. Otra de las cuestiones que preocupan a los organismos internacionales es el alto porcentaje de matrimonio infantil: cuatro de cada diez niñas de República Dominicana se casan antes de cumplir la mayoría de edad y un 10% de estas lo hace antes de los 15 años. En las zonas más empobrecidas estas cifras se duplican.

Esto ocurre, debido a la normalización de la violencia y de los matrimonios o las uniones de niñas con hombres mayores que hay incluso entre las propias familias dominicanas. “La mayoría de las familias pobres esperan que sus hijas se casen con un hombre mayor que les atienda económicamente. Las propias niñas, al cumplir los 15 años son conscientes de ello, y por culpa de la presión social, sufren un cambio de chip que les hace tener la ilusión de que casándose podrán llegar a cambiar de vida. La desigualdad de género está muy marcada y también la sensación de que el cuerpo de la mujer es una mercancía por la que poder llegar a obtener dinero”, explica la representante de Unicef.

Con el objetivo de mejorar esta situación, los programas de Unicef que Rosa Elcarte coordina, apuestan por el fortalecimiento de las capacidades nacionales y locales de los sistemas de protección de la infancia, tratan de promover reformas e iniciativas legislativas que resulten necesarias para la vigencia de un sistema de protección integral y eficaz, y crean campañas de comunicación, sensibilización y educación para generar cambios en las prácticas culturales que favorecen el machismo y la violencia. También trabajan con las comunidades y el sector privado vinculado al turismo y e impulsan el trabajo intersectorial con las instituciones.

Cuatro de cada diez niñas de República Dominicana se casan antes de cumplir la mayoría de edad y un 10% de estas lo hace antes de los 15 años

Debido a que el suyo es un trabajo de cambios de pautas de comportamiento de una sociedad entera, Elcarte siente que el mayor problema que tienen a la hora de desarrollar su labor es el hecho de que los programas que dirigen “no son lo suficientemente largos”. “Pueden durar un máximo de cuatro años y luego perdemos la financiación. Nuestro trabajo es importante porque tratamos de fortalecer las instituciones públicas, pero el trabajo que realizamos con las comunidades es una carrera de fondo y a los cuatro años puedes conseguir algunas mejoras, pero se les debe dar una continuidad. Necesitamos que los proyectos sean más largos o, que al menos, una vez terminen, se les pueda dar una continuidad para que haya un cambio real en la sociedad de República Dominicana”, concluye.

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