El Consejo de Gobierno de la Junta de Extremadura ha aprobado este martes la licitación de las obras para transformar en regadío 1.200 hectáreas de olivar tradicional en Monterrubio de la Serena por más de 17,7 millones de euros.
La portavoz del Ejecutivo regional, Isabel Gil Rosiña, ha comparecido en rueda de prensa para dar cuenta de los asuntos abordados por el Gobierno extremeño en su reunión semanal de todos los martes, acompañada por la consejera de Agricultura, Desarrollo Rural, Población y Territorio, Begoña García Bernal, quien ha informado del proceso de licitación de los regadíos de Monterrubio.
Estos regadíos son tramitados como públicos, por lo que la Junta de Extremadura aporta 13 millones y la Comunidad de Regantes, cuatro millones.
El plazo de ejecución de las obras, para instalar el riego por goteo en el cultivo de olivar tradicional, es de 18 meses y afectan a 717 parcelas de 311 agricultores.
La consejera ha destacado que se hará realidad así “el sueño de una comarca entera”, tras años de parálisis del proyecto, que permitirá hacer más rentable el olivar de Monterrubio de la Serena, lo que generará desarrollo y empleo en “una clara apuesta por el mundo rural”.
Según Begoña García, una hectárea de regadío produce seis veces más que una de secano y genera una renta cuatro veces superior, con un potencial de creación de empleo tres veces más elevado.
A demanda
El funcionamiento previsto es a demanda previa del regante y con el fin de optimizar el sistema hidráulico se dispondrá de un sistema de control y telemando de las infraestructuras, que se centralizará en unas instalaciones que se van a construir en el polígono industrial de Monterrubio, ha explicado la consejera.
Se trata así de “aprovechar al máximo los recursos locales en arroyos de cabecera con el apoyo en inviernos secos del bombeo de una toma en el río Zújar mediante la acumulación invernal en balsas”, para lo que se construirán dos, una de más de 20 hectáreas y otra de seis.
Se busca que “cada gota de agua se aproveche y sea productiva”, ante el reto del cambio climático, mientras que se lucha también contra la despoblación en La Serena.
A su juicio, “no hay otra medida que incida en la vida económica, en la fijación de la población al territorio y en la creación de empleo, como la que supone la puesta en riego de una comarca”.
Estas obras conllevan la transformación de toda esta zona gracias “a un proyecto viable desde todos los puntos de vista social, económico, medioambiental y agrario”.
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