La contratación de tabaco ha bajado en Extremadura un diez por ciento -hasta 29.800 toneladas- respecto al 2014, un año considerado normal, mientras que los precios, aunque que han subido un punto, siguen por debajo de los costes de producción, según UPA-UCE.
El secretario general de esta organización agraria, Ignacio Huertas, ha explicado este viernes los datos de esta campaña, todavía provisionales, que se cerró el pasado 31 de marzo.
Se han contratado 28.000 toneladas de tabaco rubio Virginia, 1.800 de negro (Burley y Habana), según Huertas, que ha denunciado que la empresa pública Cetarsa ha incumplido su compromiso de contratar más que el año anterior.
Según los datos de UPA-UCE, Cetarsa se ha hecho con 22.000 toneladas de tabaco rubio y la totalidad del negro que se ha comprado en Extremadura.
Huertas ha explicado que se ha contratado un tres por ciento menos que el año pasado y un diez por ciento que en 2014, lo que supone cuatro millones menos de kilos que hace dos ejercicios.
El 2015 fue un año “extraordinario”, ha precisado, porque hubo que cumplir con los requisitos de la ayudas agroambientales, lo que supuso un descenso de la contratación del siete por ciento respecto a la campaña precedente.
A pesar del aumento de los precios de un uno por ciento, los ha calificado de “ruinosos”, ya que están por debajo de los costes de producción.
La media es de 2,25 euros por kilo de Virginia, mientras que los italianos, por la misma calidad, reciben 2,70 y los franceses tres, de ahí que UPA-UCE haya demandado una equiparación a ellos en tres o cuatro años.
El primero a un precio de 2,50 euros, que es el coste de producir un kilo de Virginia, según Huertas, que ha considerado que no se debería dejar que Cetarsa comprara a pérdidas.
6,5 millones menos
Los cultivadores de Virginia van a perder 6,5 millones de euros de las ayudas que reciben para, sumado al precio, cubrir el coste de producción, ha estimado.
Por ello, el responsable de UPA-UCE ha reclamado que los precios deben subir esta campaña en un diez por ciento.
Huertas ha denunciado que Cetarsa haya contratado cerca de la mitad de lo que hacía en años anteriores de tabaco negro, por lo que se va “a expulsar” a 300 de los 800 productores de estas variedades, que no han podido reconvertirse al rubio.
Este tabaco ha dejado de ir a la planta de Altadis en La Rioja, con lo que su cierre sí ha tenido un efecto en Extremadura, según Huertas, al contrario de lo que se decía.
A la vista del “panorama desolador” del sector, que además ha sido el “más perjudicado” en la última reforma de la Política Agraria Común (PAC), ha anunciado un “otoño caliente” para evitar que el cultivo de tabaco desaparezca.
Huertas ha aclarado que los cultivadores se ven obligados a producir por debajo de los costes de producción para amortizar las inversiones que han hecho los últimos años.
Tras las crisis derivada de la planta de La Rioja, el sector y las administraciones acordaron una serie de acciones que prácticamente no se han cumplido.
En este sentido, ha indicado que al no haberse traspasado la directiva comunitaria sobre el envasado, las multinacionales se niegan a hacer contratos plurianuales, que es lo que reclama el sector para tener estabilidad.
Tampoco se ha hecho nada en materia de fiscalidad, según Huertas, que perjudica ahora a las marcas de más calidad, a las que va el tabaco extremeño, para que haya un reequilibrio de los tributos y sean más competitivas respecto a las más baratas.