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La cacicada de Montoro: El embargo a Extremadura

Montoro, seguro de que las CCAA cumplirán las exigencias de Hacienda, aunque le critiquen

Socialistas Independientes de Extremadura, SIEx

Usar la razón de la fuerza contra los débiles fue siempre la moneda de los caciques, ese sórdido personaje histórico, tan recurrente en la política española, reflejado en la conducta de unos gobernantes que podían decidir la vida, la hacienda y hasta el honor y la fama de tantos y tantas.

Nombres que están en la memoria, trasladados a los textos literarios más referentes. Es nuestro marco ancestral de los despropósitos políticos, para vergüenza colectiva, por los escarnios infringidos a tanta gente humilde y sojuzgada.

Parece que vuelven aquellas groseras prácticas, ahora, de la mano de un ministro, fiel exponente de esta derecha cainita, que afrenta la dignidad de un territorio pobre, aunque con tanto peso histórico que debiera abrumarle una actitud que, visto lo visto, pretende convertir en práctica consuetudinaria. ¿Es ese su talante, su capacidad negociadora? Desde SIEx, creemos que más bien refleja el sentido de propiedad sobre la cosa píblica, que caracteriza cada vez más al Partido que le sostiene.

Y muy especialmente a su líder, alguien que se cree su papel de hombre/providencia, el bálsamo contra todos los males que el mismo ha provocado, desde la peor dimensión redistribuidora de los recursos en todo el trayecto democrático, hasta el más terrible endeudamiento de nuestra historia como nación. Como descolocarnos, por su incapacidad e intransigencia, de los estándares referenciales de España en el mundo. Todo un desastre de dimensiones sísmicas.

Rajoy, que se inviste como elegido para salvar España, que sostiene a este ministro que humilla a Extremadura, jugando a experimentos de avisos a navegantes, de palo y zanahoria, es el mismo gobernante que permitió a Monago toda las maniobras y mentiras presupuestarias que le dio la real gana para su menestral propaganda de corral.

Es así como Rajoy, permisivo con la corrupción de los suyos, insultador de los contrarios, permite en su juego cainita que un ministro, demasiado poderoso para sus cortos méritos, pisotee a un territorio histórico y leal, para ejemplarizar su política de amenazas, miedos y chantajes, para alcanzar un mezquino beneficio sectario. Es el mismo Rajoy que nunca se consideró aludido por los papeles de Bárcenas y que siguió en el poder perjudicando el sistema que instituyó la Transición.

Toda la situación actual arranca de su apalancamiento al sillón. Si hubiera aceptado su responsabilidad política hoy no estaríamos en esta complicada encrucijada de deterioro progresivo. Ha tenido que evidenciarse, otra vez, la responsabilidad, la ejemplaridad consecuente con los errores de un gobernante, en un marco reducido, en Islandia, desde la resultante de los ‘Papeles de Panamá’, para visualizar la pedagogía política de lo que debió hacer Rajoy: dimitir. Que es lo que debiera hacer Montoro por utilizar el miedo, el estacazo, su gendarmería administrativa, contra gente leal, aunque pobre, algo parecido a lo de los primitivos caciques.

Para SIEx toda esta maraña de despropósitos tienen muchas lecturas: La primera es que Extremadura busca un sitio bajo el sol, porque tiene derecho a ello. Y exige, en esa intención, cordialidad y respeto. Y toda la confianza, por ser la parte más débil de un largo trayecto en el que aportó grandes servicios a la causa común. Como otras comunidades afectadas.

La segunda es que la responsabilidad de toda esta situación económica/presupuestaria de la región, la tiene Monago y su Gobierno, ya que prestidigitó las cuentas en su beneficio, lo que obliga al actual a un ejercicio de racionalidad - y respuesta social a un tiempo - que criminaliza Montoro.

La tercera afecta a quienes quieren tensar la cuerda de la insolidaridad de territorios ricos, con esnobismos de autodeterminación, que realmente no son más que el viejo esquema del egoísmo y el rechazo a los territorios pobres – como Extremadura – los mismos que antes les surtieron de mano de obra barata y ahora, según ellos, les roban.

Nos referimos a Podemos y sus múltiples discursos, según convenga, olvidando el viejo concepto, la reflexiva pasión que heredamos y que dimos en llamar por su nombre intencionado e instrumental de “Internacionalismo de clase”. Igual que al refuerzo del papel del Estado, pieza primordial de la izquierda y garante de tantos derechos para la inmensa mayoría. Cuántos olvidos.

La cuarta es que hemos de exigirnos contestar y demandar, , toda la movilización contra estos atropellos intolerables, para evidenciar que sigue vivo el espíritu progresista que significó el diálogo y la concertación en pro de la Sociedad del Bienestar, como empeño universal y de unión de los pueblos, por encima de banderías, credos y explotaciones.

La quinta, en opinión de SIEx, es constatar que resulta imperativo un nuevo Gobierno para España que restituya la confianza y se articule sobre objetivos de progreso y fórmulas de tolerancia. Un Gobierno de corte regeneracionista que, rechazando pasajes tan vidriosos como este, devuelva la ilusión y la confianza suficiente para asentar, reconstruir, una sociedad democrática, fuerte y próspera, para todos.

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