Calamonte, donde el acuerdo municipal de la izquierda resulta imposible
- Estos próximos cuatro años volvería a gobernar PP, tras anunciar IU su abstención
Cuarenta años de ayuntamientos democráticos en Calamonte, diez legislaturas completadas, cuatro décadas de mayoría absoluta de la izquierda, y sin embargo solo tres veces hubo entendimiento al menos inicial y la elección de alcalde atrajo los votos de dos partidos de ese color político.
La historia municipal reciente en esa localidad de 6.241 habitantes muy cercana a Mérida, está llena de reproches, enfrentamientos, denuncias, acusaciones, e incluso algún agarre físico además de verbales, entre Partido Socialista e Izquierda Unida-Partido Comunista, como si el destino fuera inevitable, estuviera marcado en los genes, el carácter y lo atávico, y solo la desaparición de los protagonistas, familias y sucesores políticos diera esperanzas de algún acercamiento y relajación para el futuro.
Este sábado volverá a repetirse la falta de sintonía y pese a sumar la izquierda siete concejales, 6 PSOE y uno Izquierda Unida, la alcaldía será para la candidata del PP también con seis concejales pero fuerza más votada, al haber decidido la asamblea local de IU que se abstendrá en la votación con lo que los populares, ganadores por primera vez de estos comicios, volverán a la alcaldía al ser la candidatura con más apoyo en las urnas.
El 3 de abril de 1979 se celebraron en España las primeras elecciones municipales democráticas tras la desaparición del franquismo, y fue una de las dos veces que un alcalde de izquierda ha sido elegido en Calamonte por votación de los dos partidos hegemónicos con esa ideología, IU (desde 1987, antes la candidatura era Partido Comunista de España, PCE) y PSOE; Eugenio Álvarez, candidato socialista, obtuvo además de los cinco votos de su partido los de los tres concejales del PCE liderados por Rufino García Macías, 'Rufo', mientras que los de UCD votaron a su propio candidato.
Aquello no funcionó cómo debía, entendieron y expresaron en el PCE, pero no obstante a la siguiente, 1983, volvieron a confiar en Álvarez, que ya había sacado sin embargo mayoría absoluta a diferencia de la vez anterior, pero que además consiguió la unanimidad de los 13 concejales (por aumento de población, dos más), entre ellos dos de AP y dos de PCE. Fue la segunda y última vez que socialistas y comunistas, tan cercanos y distanciados a la vez, votaron juntos.
Eugenio Álvarez marchó de consejero a la Junta y su sucesor, Gonzalo Carvajal, renovó mayorías absolutas en 1987 y 1991, y ya vio cómo en los plenos de constitución del Ayuntamiento el candidato, ahora de IU, Rufino García se votaba a sí mismo, legislaturas ambas en las que se repitió resultado: 7 PSOE, 4 IU y 2 PP.
Algo haría bien en esa última García, y mal el alcalde socialista Carvajal, o eran también los vientos políticos nacionales favorables a IU, que en 1995 empataron a concejales, cinco cada partido aunque ganó el PSOE en votos, por 3 el PP, y se dio en el pleno de constitución del ayuntamiento el 17 de junio una de las votaciones más extrañas que se registran. Por falta de acuerdo, el alcalde socialista saliente Carvajal, y el candidato de IU Rufino García, optaron a la alcaldía, y el árbitro, el PP, se decantó por este último pese a la lejanía ideológica teórica.
Pero no del todo. Mientras Carvajal no conseguía con sus cinco votos la reelección, García fue designado alcalde por siete (los suyos más dos del PP, entre ellos los de la probable alcaldesa a partir del sábado Magdalena Carmona). Lo más insólito de aquella sesión, según recoge el acta, es que el cabeza de lista del PP, Pedro Macías Collado, no se votó a sí mismo sino que lo hizo a IU, mientras que un compañero, Salvador Pérez, sí le votó y fue su único apoyo.
Algo que se repitió cuatro años después, en 1999, aunque no forma tan estrambótica: siete votos para el candidato de IU (cinco suyos más dos del PP) y seis para la de PSOE, Mariluz Hernández.
Fueron ocho años en Calamonte con alcalde IU de votado por PP, de 1995 a 2003, que luego se repetiría pero al revés. Una racha de Rufino García que fue cortada en ese último año por una nueva mayoría absoluta del PSOE, siete concejales frente a 3 de IU y otros tantos del PP, pero poco les duró la alegría ya que en 2007 la perdieron, 6 ediles frente a 5 del PP y 2 de IU.
Estamos en 2007 y se repite en el pleno de constitución y elección de alcalde lo mismo que 12 años antes pero al revés, esta vez IU apoyando a PP, por lo que por este último partido Salvador Pérez se convertía en alcalde con siete votos, dos de ellos izquierdistas, en un pleno, un 16 de junio, en el que la ofuscación de los socialistas les llevó a intentar una maniobra fallida: renunciaron a presentar candidata y ofrecieron darle sus seis votos a Rufino García y hacerle asi alcalde, pero este se negó y aunque así lo hicieron, fueron declarados nulos.
El resultado del escrutinio popular casi se repitió en 2011, comicios en los que volvió a ganar el PSOE con seis concejales pero no se entendieron con el único de IU (recordemos que esta fuerza había llegado a contar una década antes con cinco), de manera que Pérez (PP) repitió de alcalde con siete votos (seis suyos más el del edil izquierdista), frente a seis a la candidata socialista. Así se cerraron, en 2015, dos legislaturas, ocho años, de alcaldía popular apoyada desde la izquierda.
Lo siguiente es más reciente, aunque no le falta algo de tortuoso. En 2015 volvió de candidato por el PSOE el histórico Eugenio Álvarez, que ganó pero tampoco sacó mayoría absoluta, obtuvo 6 concejales por 5 del PP, 1 de IU y 1 de Calamonte Avanza (‘franquicia’ de Podemos); esta vez IU sí se abstuvo y Calamonte Avanza votó a Álvarez, que de esa manera fue proclamado alcalde en primera vuelta.
La siempre complicada historia política local de Calamonte trajo después la expulsión del concejal de IU por parte de esa formación, y también la desvinculación total de Podemos de lo que hiciera Calamonte Avanza, en ambos casos acusados de ‘colaboracionismo’ con el PSOE.
Por fin el pasado 26 de mayo, tras las urnas, el PP ganó por primera vez, por 40 votos de diferencia, y obtuvo 6 concejales, lo mismo que PSOE, por uno de IU. Los libros de actas municipales probablemente volverán a recoger la elección de un alcalde de derechas en una localidad con mayoría absoluta de izquierda.