El grupo andaluz Dcoop ultima la absorción de Acorex con una línea de financiación de muy bajo interés
El grupo andaluz Dcoop, la antigua Hojiblanca y en la actualidad el mayor grupo cooperativista andaluz está a punto de obtener los recursos financieros pertinentes para afrontar la fase final de su proyecto de absorción de Acorex.
Según fuentes consultadas por eldiarioex, la operación que está tratando de cerrar el grupo Dcoop con una entidad bancaria andaluza persigue obtener una línea de financiación muy económica, con un interés por debajo del 2%; esas condiciones bancarias son las que Dcoop pondría ante Acorex como vía directa para solucionar los problemas de financiación que encuentra la cooperativa extremeña a la hora de planificar las próximas campañas, comenzando por la inminente campaña del tomate.
Problemas de financiación y muchas dudas sobre el futuro son las grandes losas que pesan sobre la cooperativa que ha sido el buque insignia del cooperativismo regional durante las últimas décadas y la empresa con mayor volumen de facturación anual.
Adelgazar estructuras
Los andaluces están a punto de resolver el complicado asunto de financiación. Pero hay otro asunto que tienen entre ceja y ceja, y que tampoco pasa desapercibido a las pequeñas cooperativas extremeñas integradas en Acorex. La necesidad de adelgazar la pesada maquinaria administrativa que ha ido engordando Acorex a lo largo de los años y que ha llegado a formar casi un remedo de otra consejería.
Responsables de Dcoop ya han mantenido diversas reuniones con los rectores de Acorex; incluso han explicado sus planes ante un numeroso grupo de cooperativistas en Mérida el pasado mes de diciembre, aunque a ese encuentro no asistieron tres de las grandes cooperativas integradas en Acorex (San Isidro, Amalia de Sajonia y Campiña Sur). Esas cooperativas que suponen casi el 40% de la facturación de Acorex tienen serias diferencias con los órganos gestores, van por libre y se están planteando su salida del grupo.
Las fuertes discrepancias internas en el seno de Acorex es uno de los problemas claves a la hora de abordar este proceso de integración, aunque no el único.
Falta de información
Durante casi tres décadas Acorex ha sido un estandarte de la agricultura regional y ha mantenido una estrecha relación con los gobiernos de turno. A lo largo de esta legislatura el Gobierno del PP y un sector de IU han mantenido muy estrechos lazos con Acorex y han participado activamente en los nombramientos de los cargos dirigentes. Políticamente no hay el menor interés en que Acorex pase a integrarse en otra empresa fuera de la región, y ese factor también está jugando un papel destacado en estos días.
A finales de este mes hay una asamblea de Acorex que puede resultar decisiva para su futuro; en febrero hay que preparar la campaña del tomate y los agricultores necesitan saber qué pueden sembrar y a quién vender.
Y mientras encajan las piezas, en medio de esos serios problemas de gestión y de futuro, en mitad de declaraciones más o menos vacuas de partidos políticos y organizaciones agrarias, son muchos los cooperativistas de Acorex que están que trinan con sus dirigentes por la total y absoluta falta de información ante lo que está ocurriendo en la entidad. Quieren información. Y quieren una empresa viable de futuro. Esas son sus prioridades. Y son muchas miles de familias pendientes de que algo así sea posible. Y pronto