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Crónica teatral

Enredos, amoríos y una “aparición” llevan la diversión al Festival de Mérida

La comedia con el sello extremeño llega al Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida con 'La aparición'.

Efe / Fátima Alonso Pérez

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Una gran hornacina, el velo de una diosa y una historia de amor han desencadenado esta noche un ajetreado juego de enredos, equívocos y encuentros furtivos en el Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida que, con la comedia 'La aparición', ha recordado a los mortales que el destino está “en sus manos”.

“Son ellos quienes tienen que luchar contra la adversidad”, ha clamado la diosa Hebe en la puesta en escena de la obra del dramaturgo griego Menandro que, por primera vez, se ha representado en el certamen emeritense.

Solo 152 versos se conservan de la obra original -de título 'Phasma'- que, bajo la dirección de Paco Carrillo y en versión de Florián Recio, han llevado la risa al teatro romano y conseguido lo que su productora -la extremeña Verbo Producciones junto al Festival- se propuso, hacer pasar un buen rato al público.

En el elenco, actores de la escena extremeña, que también lo fueron de 'Los gemelos', uno de los grandes éxitos de este festival, que se han enfrentado esta noche a un montaje muy diferente a aquél -aunque en el recuerdo del espectador- para seguir ofreciendo diversión.

La esencia de Menandro se ha palpado porque, como hizo el dramaturgo, considerado el máximo representante de la denominada comedia nueva, la cotidianeidad ha invadido el escenario con tipos como la vieja rica que busca heredero, el empresario venido a menos, el necio enamorado o la joven inteligente al que éste no acaba de cuadrarle. 

Ella es Esperanza, interpretada por Esmeralda Suárez, autora del agujero en la pared de su dormitorio para pasar a la hornacina -materializada a modo de altar omnipresente en el escenario- de la diosa Hebe (Esteban García Ballesteros), en cuyo manto se camufla para tener encuentros secretos con su enamorado, el joven y despistado Cándido (José Francisco Ramos), que aspira a tener seis hijos con ella.

“¿Estás loco?”, le ha llegado a reprochar su amada para preguntar cómo se puede traer hijos a un mundo de “esclavitud, injusticia, enfermedad y miseria por todas partes”, tras criticar que el ingenio solo esté permitido al hombre blanco, griego, libre y rico.

“Qué desperdicio de inteligencia... como si fuera algo que nos sobrara”, ha espetado el personaje más rebelde de la historia.

Su contrapunto, la esclava Rústica (Carmen Moya), más pasional que racional y enamorada también de Cándido quien, tras descubrir el engaño de la hornacina, decide pasar a la acción, entrar en ésta, ataviarse también con la indumentaria de la diosa Hebe y hacerse pasar por Esperanza.

A partir de ahí, se han sucedido situaciones disparatadas, con Estrabón (Fernando Ramos), padre de Cándido -al que considera adicto a una nuevo vicio, la “rezopatía”-, empeñado en casar a su hijo con la señora Vetusta (Paca Velardiez), que busca heredero y solo acepta “género de calidad contrastada”, y con Severa (Irene Hernández), la madre de Esperanza y ex mujer de Estrabón, que no aprueba la relación de su hija con el joven.

Y todo ello con “aparición” de la diosa incluida, en realidad no de Hebe, sino de Rústica, quien en ese momento ocupaba su lugar en la hornacina. 

Son los ingredientes de un juego escénico aderezado con equívocos, gags, chispa y gracejo en los que Hebe -“dios o diosa según me convenga porque en el Olimpo somos de género muy fluido”, ha dicho- y Corista (Pedro Moreno), encargada de sugerir, no sin exceso, la traslación de las diferentes escenas a la tragedia clásica, han guiado al público por la trama con grandes dosis de histrionismo.

Junto a ellos, el coro compuesto por los hermanos Abraham, Nerea y Aurora Samino y Alain Damas que, caracterizados como columnas, han insinuado temas por todos conocidos, desde el 'Gracias por venir' de Lina Morgan al 'Bandido' de Azúcar Moreno.

Un vestuario colorista, firma de Maite Álvarez, exagerado y sorprendente, con toques drag en el caso de Hebe y Corista, han deslumbrado en un montaje con una sencilla escenografía -la hornacina escoltada por columnas inclinadas- y con textos de una gran comicidad y, como dijo Paco Carrillo, a los que se ha dado “caña”.

Y como en toda comedia, un final feliz y una lección: los mortales deben trazar su destino por sí mismos, pues los dioses no pueden intervenir en él. “No nos está permitido”, ha reconocido Hebe, poniendo un punto y final en el que nada resultó lo que en un principio pareció.

Tras su estreno este miércoles, 'La aparición' se mantendrá en cartel hasta el 7 de julio para dar paso, la próxima semana, a 'Iconos o la exploración del destino', de Rafael Álvarez 'El Brujo'. EFE

fap/plv

(foto)

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