El empresario forestal Francisco Castañares, bloqueado por Facebook, protagonista de un roce entre la red social y El País
Francisco Castañares, ex director general de Medio Ambiente, ex diputado autonómico del PSOE y en la actualidad empresario del sector forestal, ha estado cuatro días bloqueado por la red social Facebook, por haber compartido una noticia de El País sobre la costumbre en algunos países africanos de disminuir el atractivo de los pechos femeninos desde adolescentes, para no “provocar” a los hombres.
Castañares compartió el pasado miércoles 24 esa noticia en su muro de Facebook, con un enlace que incluía la foto de unos pechos juveniles siendo aplanados y deformados con un bastón.
Al día siguiente la red social le comunicó que retiraba la publicación y además le sancionaba como usuario por 24 horas, debido a que la noticia compartida incumplía las normas de Facebook en sus imágenes: “Nos tomamos muy en serio la desnudez en los niños y el abuso a menores”.
El empresario extremeño explicó en Twitter la censura de que estaba siendo objeto, y El País se hizo eco hablando con él y publicando una información explicando el comportamiento de Facebook.
Otros amigos se solidarizaron y compartieron la noticia, sufriendo el mismo tipo de bloqueos, y al día siguiente Castañares compartió esta vez la noticia del diario madrileño sobre lo que estaba ocurriendo, publicación que le costó otros tres días más de bloqueo en Facebook por reincidente.
Páginas y perfiles eróticos
Según explica a este diario, protestó ante los servicios de la red social y les dijo que abundan en la misma páginas y perfiles eróticos e invitaciones de amistades sospechosas, “que considero mucho más nocivas, pero todavía estoy esperando que me contesten”.
Finalmente este lunes acabaron los últimos tres días de bloqueo, y Francisco Castañares ha publicado en Facebook una nota en la que habla de “ayatolás” de la moral ajena y añade que a esa horrible costumbre para evitar miradas lascivas de los hombres “contribuye Facebook eliminando cualquier imagen, información o denuncia que sus usuarios se atrevan a hacer. Y lo hacen con métodos expeditivos, suspendiendo y expulsando a todo aquel que se atreve a enfrentarse a ellos.
No me criaron mis padres en libertad para que unos fulanos vengan ahora a decirme a mí, en mi país, qué es lo que puedo o no puedo publicar. Suya es la red social, desde luego, pero solo nuestra participación en ella la hace rentable“.
“Abro”, continúa Francisco Castañares, “un periodo de reflexión en el que no publicaré nada, salvo alguna emergencia que pudiera ocurrir, mientras decido si merece la pena contribuir con mi participación a alimentar un monstruo fascista que no merece el menor de los respetos”.