Las bandas profesionales del robo en el campo mueven al Parlamento regional a reclamar un plan de seguridad
El incremento de robos en la agricultura, que ha alcanzado en las últimas semanas cifras importantes debido al buen precio de la aceituna, ha llevado a la Asamblea de Extremadura a tomar cartas en el problema, con una iniciativa parlamentaria que persigue la realización de un Plan de Seguridad en el Medio Rural, que movilice no sólo a las fuerzas policiales sino a vecinos, organizaciones agrarias y ayuntamientos.
Todos unidos contra la acción de “verdaderos grupos profesionales del robo” según describe la propuesta, redes compuestas por gran número de personas, que realizan hurtos a gran escala de miles de kilos, con gran impunidad y movilizando medios de recogida y transporte que acaban con el fruto vendiéndolos a gran distancia, en otra comunidad.
Se tramita ya en la Asamblea una propuesta de pronunciamiento, impulsada por el grupo parlamentario PSOE-Siex, que está siendo presentada a organizaciones agrarias, y será debatida a la vuelta de las vacaciones de Navidad.
Cuadrillas de agricultores
Plantea la situación actual en varios puntos: la impotencia de la Guardia Civil y otros cuerpos policiales para cubrir tanto territorio y hacer frente a la delincuencia organizada; la inconveniencia de que ante esa inseguridad tengan que ser los agricultores los que formen grupos de vigilancia; el peligro y el descrédito para el turismo rural y el agroturismo, y el hecho de que los seguros agrarios no cubran los robos.
De ahí una propuesta al Gobierno central, que tiene las competencias de seguridad e interior, para que elabore un Plan de Seguridad en el Medio Rural, de cuya marcha se informe periódicamente al Parlamento extremeño.
Habría que incrementar los medios de la Guardia Civil (equipos Roca) y Policía, y organizar toda una red de colaboración, información, inspección y vigilancia entre ellos y la generalidad de la sociedad rural, pasando por ayuntamientos, vecinos, organizaciones agrarias, guardería rural, agentes forestales y de medio ambiente, o policías locales, para desmontar estas nuevas estructuras de delincuencia.
Se propone también reforzar la inspección sobre establecimientos dedicados a los objetos usados, industrias agrarias y almazaras, y empresas de gestión de residuos.
Finalmente incluir en el sistema de seguros agrarios el robo como una modalidad de proteger la renta agraria.
Aceituna muy cotizada
En las últimas semanas abundaron los robos de aceituna. Este año la de molino para aceite alcanzó un precio de 51 céntimos de euro el kilo, y la de verdeo más, 72 céntimos, aunque en el campo para la aceituna y muchos otros productos se sigue hablando en pesetas: 85 y 120 pesetas el kilo respectivamente.
Cati García, de UPA-Almendralejo, explica que el daño económico del robo es grande, pero no hay que olvidar “el destrozo que hacen en las plantas, árboles y en las instalaciones de riego por ejemplo. El olivo te lo destrozan también para la campaña siguiente”.
Controlar la venta de mercancía robada “es clave”. En los puestos de compra “todo el mundo sabe quién es agricultor y quién no, y si el puesto está abierto a deshora…”. La mayor parte de los robos se producen al anochecer según esta dirigente agraria.
El seguro agrario no cubre el robo, pero tampoco el destrozo en vegetales e instalaciones, que es “muy caro y complicado, no te lo quieren hacer”.