El refugio de Cabeza la Vaca, hogar de 400 animales maltratados, en peligro tras secarse el pozo
En el Santuario de animales ‘La Candela’ sobreviven literalmente sin agua en un refugio que acoge a más de 400 animales, la mayoría abandonados. También vienen del matadero, donde iban a ser sacrificados porque ya no eran productivos para sus dueños. Otros de las facultades de Veterinaria.
Sus impulsores compraron la finca de Cabeza la Vaca hace tres años y el problema se ha agravado justo ahora cuando más aprieta el calor. A golpe de grandes esfuerzos sacan no más de 500 litros de agua diarios del pozo que se seca, cuando requieren 4.000 diarios para funcionar y atender de manera adecuada las necesidades de los animales. Los sondeos apuntan a que no tendrán más agua abriendo otro pozo.
Un remanso para animales maltratados
Se trata de un remanso para animales maltratados que funciona de manera autogestionada y que sobrevive gracias a las donaciones de particulares, personas voluntarias y padrinos, así como de donantes extranjeros.
Su filosofía es la de dar la “vida que merecen”, rescatándolos sin discriminarlos por su especie. “Todos los días recibimos avisos de animales en situaciones horribles. Antes de empezar con los problemas del agua hemos respondido a todos los avisos que nos ha sido posible; rescatado, operado o buscado familia a muchísimos animales necesitados”, según apuntan los voluntarios que llevan adelante el proyecto de ‘La Candela’.
Hoy viven en el refugio gallinas ponedoras que dejaron de poner huevos y ya no son ‘útiles’, caballos que iban a acabar en una sala de despiece porque sus dueños no podían mantenerlos. Incluso una oveja paralítica o una yegua preñada que dará a luz en breve.
Muchos de ellos han sido salvados de “horribles destinos” especialmente este último año, cuando los rescates se han multiplicado con la llegada de animales como la burrita Ceniza y su bebé Hade, la oveja Mónica, el toro Fermín o la vaca Tormenta, detallan sus promotores.
También burritos, cerdos vietnamitas o conejos, animales que comenzaron a ser un estorbo para sus dueños. Quien se dé una vuelta por el santuario también se puede encontrar 70 perros en adopción y 12 gatos, así como cobayas o ninfas.
Mientras el pozo que los abastece se sigue secando, la ausencia de humedad los ahoga, lo que hace que no haya pasto y que haya que acudir a otras alternativas para alimentar a un altísimo número de animales, explica Lucía Martínez, una de las promotoras del santuario 'La Candela’. A ello se unen los complicados accesos a la finca, que imposibilitan la entrada de camiones cisterna.
La única solución, mudarse
De momento están sacando adelante a los animales con un sobreesfuerzo por el que las tres personas voluntarias que actualmente están en Cabeza de la Vaca acuden a diario al pueblo con garrafas de agua tanto para asegurar el agua que necesitan los animales como para la limpieza.
“Hemos dejado aparte el resto de aspectos de nuestras vidas para centrarnos en esta causa minoritaria que requiere de tanto esfuerzo hasta normalizarse aun; todavía seguimos justificando nuestras decisiones ante familiares o amigos que no entienden el grado de implicación y necesidad que envuelve el mundo de la explotación animal”, explican.
Ante la falta de pasto están gastando mucho dinero en la alimentación de los animales, y ya parece que la única solución viable es la de abandonar la finca de Cabeza la Vaca.
Han logrado que les cedan una finca cerca de Sevilla, donde el propietario les dejaría permanecer gratis los dos primeros años a cambio del mantenimiento, aunque una vez pasado ese periodo tendrían que comenzar a pagar y les quedan varios años de hipoteca por la compra de la finca de Badajoz.
Pese al ‘embrollo’, en la actualidad valoran cuándo sería el mejor momento para trasladarse a Sevilla, en busca de un nuevo refugio y una vida mejor para estos animales.
