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Un selfie con el Jarramplas

Fachada de Piornal pintada con la seña del pueblo, el Jarramplas / AMALIANOS.BLOGSPOT

Pilar Armero

Piornal es la localidad más alta de Extremadura. Sus 1.200 metros sobre el nivel del mar le conceden esa categoría a este pueblo del Valle del Jerte en el que todos los años nieva. De hecho, ha llegado a teñirse de blanco a las puertas de más de una primavera y en las noches de verano es mejor tener a mano una chaquetina.

Ese frío es lo que fue creando entre los vecinos la costumbre de forrar las fachadas de las casas con placas de uralita que, la verdad sea dicha, les resguardarán del clima pero no quedan precisamente estéticas. Por eso hace tres años el Ayuntamiento se planteó un lavado de cara para la cuna del Jarramplas y la manera de hacerlo que se les ocurrió al alcalde y a los técnicos municipales fue pintarlas, pero no de cualquier forma sino con manos expertas y conocimiento de causa.

Bellas artes

Bucearon entre las facultades de Bellas Artes más próximas y se encontraron con que en la de Sevilla tenían un piornalego, Saturio Ramos, que además de profesor había sido vicerrector en la misma. Expusieron su proyecto y acabaron firmando un convenio que establecía que de 2012 a 2015 sus alumnos más brillantes serían los encargados de decorar una veintena de viviendas bajo la batuta de María José García del Moral, profesora de pintura.

Desde entonces han sido nueve los murales que han cambiado la fisonomía del pueblo. El más popular es sin duda es que representa a Jarramplas, el personaje que acaba de conseguir un título más de Fiesta de Interés Turístico Nacional para Extremadura, el bandido que cada enero por San Sebastián se expone a una lluvia de nabos mientras se tambalea al son del tambor que él mismo toca. Los otros son paisajes en su mayoría, bautizados como La Toñá, que es como llaman en Piornal a su preciosa otoñada; La Flor del Cerezo, que ha internacionalizado al Valle del Jerte al que pertenece; Las Hortensias, una flor que casi todos los piornalegos lucen en balcones y ventanas; la Sierra de Tormantos que les flanquea; La Cascada del Agua; El Paso del Tiempo, que intenta reflejar el halo idílico de la zona y uno de los últimos pintados, este pasado verano, que todavía no tiene nombre pero que sintetiza la orografía de valle. Hay, además, uno más atrevido, Ámbito 5, en el que se muestran las distintas civilizaciones que fueron imprimiendo carácter a la península ibérica.

Paneles en el recorrido

Más allá de pintar un pueblo más bonito, la idea de dibujar en las uralitas respondía también al deseo de que se convirtieran en un reclamo turístico. Por eso las fachadas se eligieron con un cierto orden, más o menos seguidas para que formasen un itinerario que se va a señalizar con paneles y se va a recoger en folletos de papel y en formato digital. Fue uno de los criterios de selección, además de que tuvieran un tamaño cómodo para que los dibujantes trabajaran agusto, su orientación y que los inquilinos estuvieran a favor del proyecto, porque había algunos que al principio no lo tenían demasiado claro. El éxito que ha ido alcanzando la iniciativa ha llevado incluso a alguno de aquellos escépticos a ofrecer su casa como lienzo.

El Gobierno de Extremadura se ha implicado incluso en el proyecto, lo que supone una aportación más de dinero que va a venir estupendamente para continuar con el plan y poder alargarlo más allá de 2015, que era la fecha que se acordó entre el consistorio y la Universidad de Sevilla.

Quedan aún la mitad de la veintena de fachadas elegidas por pintar. En 2012 se pintaron dos, en 2013 tres y en 2014 cuatro. Se trata de un trabajo delicado que exige precisión y que solamente se desarrolla durante el mes de julio, cuando los alumnos tienen vacaciones y se puede disfrutar de más horas de luz para estar sobre el andamio. Durante el curso se dedican a planificar los nuevos dibujos sobre el papel.

“En todo este tiempo vecinos y visitantes se han tomado millones de fotos en las viviendas, sobre todo con Jarramplas”, indica el alcalde de Piornal, Ernesto Agudiez.

Sin duda uno de los selfies de moda que se triplicará a finales del próximo mes de enero, cuando Piornal celebre por todo lo alto su recién estrenado título de Interés Nacional para su fiesta más popular.

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