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Inspección de Trabajo fuerza a Inditex a transformar en indefinidos 38 contratos eventuales de personal de Zara en Galicia

Protesta contra Inditex en el centro comercial Marineda de A Coruña

Miguel Pardo

Alargar y encadenar durante años contrataciones temporales, evitar así los beneficios laborales de acumular antigüedad, pagando menos salarios y superando los períodos máximos permitidos. Es una práctica habitual en muchas empresas con su personal, especialmente el femenino. También en Zara, buque insignia del grupo textil Inditex, a quien Inspección de Trabajo ha obligado a transformar 38 contratos eventuales en indefinidos y quien ha reconocido de facto las irregularidades al aceptar el despido improcedente y la indemnización como si fuesen fijas de varias trabajadoras a las que prefirió echar antes que volver a contratarlas. Así continúa con el modelo, el de la temporalidad y la precariedad.

Es lo que denuncia la Federación de Servicios de UGT en Galicia sobre las tiendas de Zara en la provincia de A Coruña, una protesta que se ha hecho visible este jueves en el centro comercial coruñés de Marineda y que se trasladará este viernes a Santiago de Compostela. El sindicato advierte del “fraude en la contratación temporal” y de los “despidos” que está llevando a cabo Inditex en los últimos meses después de que se arrojase luz sobre una situación ya antigua.

Fue a finales de 2016 cuando los servicios jurídicos de UGT empezaron a revisar con detalle los contratos al comprobar que había mujeres con “contrataciones eventuales eternas”, desde 2012 e incluso en algún caso desde 2009, cuando esos contratos deberían haber pasado ya a fijas. Detectaron el “fraude” y pusieron las irregularidades en conocimiento de la Inspección de Trabajo, que instó al grupo Inditex a transformar, como así hizo, 38 contratos en indefinidos tras certificar la denuncia del sindicato.

La empresa Zara, a través de esta modalidad de contratos fraudulentos, mantiene a estas trabajadoras sin calendarios laborales estables y diferentes a los del personal fijo, sin vacaciones y, como denuncia UGT, “sin exigir sus derechos por miedo a no ser renovadas”. Además, el salario es menor al no acumular antigüedad, que supone en este caso un plus de permanencia de más de 260 euros al año cada cuatrienio. Unos 18 euros al mes por 15 mensualidades cada cuatro años.

Además, tal y como denunciaba la central ante la Inspección, estos contratos eventuales suelen ser también de pocas horas, menos de las habituales y con un menor salario a pesar de los acuerdos alcanzados por los sindicatos para que se incrementen las jornadas. “No estamos hablando de grandes sueldos, ni mucho menos, sino de un sector con salarios bajos en el que, por si fuera poco, no se llegan a las 40 horas”, insisten desde el sindicato.

La transformación de esos 38 contratos eventuales en indefinidos supuso “un éxito” para UGT, sindicato mayoritario, que no obstante sabía de la existencia de más personal con ese tipo de contratación, que se generó incluso durante toda la investigación llevada a cabo por la Inspección de Trabajo. Unas 60 trabajadoras en total estarían afectadas en toda la provincia.

Según denuncia la central, Inditex, advertida por el requerimiento de la Administración, comenzó a “finalizar contratos fraudulentos para evitar transformarlos en indefinidos”. “Lo hicieron de forma rastrera”, dice Álvaro Cajigal, responsable de la Federación de Comercio de UGT en A Coruña, que recuerda que Inspección no puede actuar si no hay una relación laboral vigente y activa.

Por tanto, el sindicato animó a las trabajadoras afectadas a acudir a los juzgados, aunque muchas de ellas no lo hicieron por miedo a no volver a ser contratadas. “Si reclamas, igual no vuelven a ser llamadas y tienen ese temor a no volver a encontrar empleo”, dice Cajigal. Sí lo hicieron algunas, a las que Inditex reconoció en el acto de conciliación previo al juicio el despido improcedente, ofreciéndoles la indemnización que corresponde a un contrato indefinido. “La empresa reconoce que son personas válidas, pero prefiere despedirlas y seguir con contratos precarios”, insiste quien advierte de una práctica muy común, “que también se da en la empresa más grande y en el grupo que debería dar ejemplo al resto”.

Además, recuerda también que el 99% de las afectadas en estos casos “son mujeres”. “Cuando por fin parece que el debate público sobre la igualdad real está en la calle, en grandes empresas con plantillas mayoritariamente femeninas y donde se debería dar ejemplo, se permiten este tipo de prácticas de precariedad y de eventualidad”, insiste Cajigal. “Claro que te pueden decir que pagan igual a los hombres que a las mujeres porque es así, pero si eres una gran empresa, con un altísimo porcentaje de mujeres entre el personal, y fomentas esta precariedad y temporalidad en un sector tan feminizado, no estás colaborando en la igualdad, siendo además la mayor multinacional y debiendo ser ejemplar”, insiste en conversación con este diario. “No tengo las pruebas de que las prácticas son semejantes en todo el Estado, pero sí la certeza y la opinión de que así es”, añade.

Por todo esto, UGT reclama la “readmisión de las trabajadoras, la regulación de la contratación temporal y el fin del fraude en los contratos”. Así lo manifestaron en la concentración llevada a cabo este jueves en el centro comercial Marineda City y que se repetirá este viernes delante de la tienda que Zara tiene en la plaza de Galicia de Santiago.

Este diario ha contactado con el grupo Inditex y está a la espera de conocer su postura respecto de la denuncia del sindicato y del requerimiento que le hizo la Inspección de Trabajo.

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