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La esperanza de vida de la población gallega mayor de 65 se acerca a los 25 años

Obra de teatro protagonizada por mayores, en la Cidade da Cultura

David Lombao

Vivir un cuarto de siglo después de la -actual- edad de jubilación. Es el escenario que Galicia afronta de manera inminente. Los datos de esperanza de vida más recientes, aportados por la Consellería de Sanidade y procesados por el Instituto Galego de Estatística, acreditan no sólo el conocidísimo envejecimiento de la población gallega, sino también la necesidad de diseñar un país en el que atravesar la frontera de los 65 años implica ya tener, de media, más de dos décadas de vida por delante

La esperanza media de vida a los 65 estaba a comienzos de siglo un poco por encima de los 19 años. Con ligeras variaciones y ritmos, este indicador medio ha ido aumentando hasta superar los 20 años hace una década y acercarse a los 22 en 2014, año en el que están datados los datos más recientes. Como es habitual, el dato es dispar entre la población femenina y la masculina: mientras los hombres todavía no llegan a los 20 años de expectativa vital al llegar a los 65, las mujeres gallegas tienen, de media, una esperanza de vida superior a los 23 años a partir de esa edad.

La longevidad de la población de Galicia hace que no solo se incremente la esperanza a partir de los 65, sino también más allá de los 80. Los hombres que llegan a esa edad ya tienen, de media, una expectativa de vivir 8,97 años más. Mientras, las mujeres gallegas que en 2014 tenían 80 años tenían, estadísticamente, muchas posibilidades de pasar de los 90.

Tres años más desde 2000

El incremento de la esperanza de vida a partir de los 65 es semejante al de este indicador al nacer. En el año 2000 una persona nacida en Galicia tenía, de media, una expectativa vital de 79,54 años. En las mujeres este indicador estaba por encima de los 83 años y en los hombres, algo por debajo de los 76.

Década y media después la esperanza de vida ha aumentado algo más de 3 años hasta acercarse a los 83 para el conjunto de los habitantes. La población masculina de Galicia tenía ya en 2014 una esperanza de vida próxima a los 80 años, mientras que las mujeres gallegas ya tienen, al nacer, la posibilidad media de vivir más de 86 años. Este incremento de la esperanza de vida, unido a la baja natalidad y a la marcha de la población inmigrante a otros territorios, es lo que da lugar a que en territorio gallego ya vivan por primera vez más personas mayores de 85 años que infancia de 5 o menos años.

Una de las circunstancias derivadas de esta situación es el incremento de la población en situación de dependencia. Según los datos más recientes del IMSERSO, a finales del pasado enero había ya más de 65.000 personas que tenían reconocido el derecho a recibir alguna prestación del sistema de atención a la dependencia. De ellas, 41.839 estaban recibiendo servicios o ayudas en esa fecha.

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