Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
La portada de mañana
Acceder
La guerra entre PSOE y PP bloquea el acuerdo entre el Gobierno y las comunidades
Un año en derrocar a Al Asad: el líder del asalto militar sirio detalla la operación
Opinión - Un tercio de los españoles no entienden lo que leen. Por Rosa María Artal

Mangouras censura con dureza las decisiones del Gobierno con el Prestige en las primeras horas de la catástrofe

Sala de prensa del juicio del Prestige durante la declaración de Mangouras

Miguel Pardo

El capitán del Prestige, Apostolos Mangouras, ha admitido la existencia de daños en los tanques de lastre del petrolero, concretamente “corrosión”, dos meses antes de la catástrofe y justo cuando él asumió el relevo en el barco del capitán Kostazos, en septiembre de 2002. No obstante, descartó que hubiera “rotura” y aclaró que él no está capacitado para determinar el nivel de daño de los susodichos taques, por lo que asumió que no conocía el estado exacto en la que se encontraba la embarcación. “Cuando tomé el relevo inspeccioné los depósitos de lastre y no observé rotura alguna; vi corrosión, pero no soy técnico y no sé interpretarlo”, aclaró.

Además, Mangouras, que se enfrenta a una petición de 12 años de cárcel por daños contra el medio ambiente y desobediencia, cargó con dureza contra las decisiones tomadas por las autoridades españolas en los primeros momentos de la catástrofe durante un interrogatorio que tuvo que ser suspendido un tiempo ante las lágrimas emocionadas del capitán del Prestige al recordar el peligro que corrió la tripulación en las primeras horas del siniestro.

Así, denunció que el rumbo marcado por el Gobierno español al Prestige el día 15 de noviembre de 2002 fue “el peor posible” porque lo llevaba “a ser un ataud flotante y a ahogarnos”. “Creí que nos llevaban a un puerto refugio, pero íbamos hacia fuera en pleno temporal”, aseguró incrédulo respecto de la gestión de la catástrofe en aquellos primeros días, para aclarar después que fue “tratado como un criminal” después de ser detenido y pasar más de 80 días en la cárcel.

“No” al remolcador

En cuanto a la polémica sobre la tardanza a la hora de aceptar el remolque del Ría de Vigo en las primeras horas a la deriva, Mangouras fue claro: “Si las autoridades españolas hubieran dicho que era gratis el remolque claro que lo habría aceptado; nunca me negué”. “Nunca dije que no a ese remolque, pero para que venga el remolcador tiene que estar estable el barco y el tiempo mejor”, dijo Mangouras. “¿Por qué no colabora de manera inmediata cuando se le da orden de remolque? ¿Por qué no informa de la situación del buque?”, preguntó el fiscal. “Porque no teníamos a nadie para que se comunicase con las autoridades españolas; el armador estaba de acuerdo en que se remolcara y no había problema alguno”, aseguró Mangouras. Además, aclaró que él tenía orden del Ría de Vigo pero que pidió un momento para hablar con el armador porque no tenía autorización del armador porque “eso cuesta mucho dinero”. “No me negué a ser remolcado”, insistió.

“El buque no estaba en riesgo inminente y no podía firmar cualquier documento; no me negué a hacerlo porque sabía que era orden de las autoridades españolas”, aclaró Mangouras, mientras el fiscal aseguraba que era una orden y que no tenía que firmar. “No me dijeron que me iban a remolcar sin coste alguno; si me hubieran dicho que me iban a dar remolque gratis, les habría dicho que sí”, insistió. “Yo no habría tenido ningún problema si me hubieran dicho que no había que pagar nada”, volvió a decir, tras aclarar que en cuanto recibió la respuesta afirmativa de los armadores se puso en contacto con Fisterra para aceptar el remolque, aunque aclara que no sabe cuanto tiempo pasó. El fiscal le advirtió que las autoridades estuvieron hora y media intentando contactar con él, pero Mangouras asegura que fue debido a que no había nadie en el puente de mando. “Todo el retraso se debió a que yo estaba intentando averiguar lo que ocurría”, manifestó.

“En aquel momento aquellos contactos eran muy difíciles”, añadió, tras aclarar que la tardanza en aceptar el remolque (no sería hasta las ocho de la tarde) se debía a que las condiciones del buque hacían imposible que se remolcara. “A las ocho de la tarde no había recuperado nada de su escora”, dijo.

“La decisión de permanecer en el barco era nuestra, para ayudar, y no del armador”, aclaró también Mangouras, que negó que él o la tripulación cobrara un porcentaje por flete o carga. “Esa pregunta es ridícula, nosotros no tenemos nada que ver con eso”, añadió, después de asegurar que sí pidió a dos marineros del Ría de Vigo que ayudaran en el buque y que les dijo que se les pagaría si así lo hacían.

Daños en el buque

Mangouras hizo todas estas declaraciones en el reinicio del juicio del Prestige y a preguntas de la Fiscalía, que centró el interrogatorio en las inspecciones realizadas al buque. Además, el capitán, que lo fue en tres ocasiones del petrolero, aseguraba que él no participaba en las revisiones del buque. “No tenía nada que ver conmigo”, aseguró ante el fiscal, que intentó demostrar los importantes daños que sufría el barco, aunque Mangouras insistió en aclarar que nunca fue alertado de daños graves.

Por otra parte, y sobre unas anotaciones en varios informes que alertaban de posibles daños en varios tanques meses antes de la catástrofe, Mangouras aclara que eso no quiere decir “que estuvieran dañados”, sino que eran revisiones habituales y visuales. “Si nosotros veíamos algo no habitual, lo anotábamos y mandábamos a las oficinas para que tomaran medidas”, dijo. También, preguntado por qué en una de las inspecciones el inspector no supervisó los tanques, el capitán indicó que “tenía que verlos”, pero que no le pidieron que los vaciara para poder inspeccionarlos.

Por otra parte, aseguró desconocer que el petrolero había prohibido operar en más de una decena de puertos, entre ellos Estados Unidos, Cuba, Líbano, Finlandia o Dinamarca. “Durante mi servicio en el barco no llegamos la estos países”, aclaró.

Rumbo

En cuanto al rumbo hacia el corredor de Fisterra, Mangouras aseguró que la sensación de “descontrol” que le atribuía el fiscal al buque no era tal. “Seguíamos el rumbo marcado, igual con alguna desviación debido al temporal y con una velocidad lenta”, aseguró Mangouras, que atribuye el rumbo correcto y la velocidad mayor de otros barcos a las condiciones de aquellos y no a posibles problemas en el Prestige.

Sobre el momento de la primera llamada de socorro, Mangouras asegura que hubo un momento en el que “hubo olas gigantes, inusuales que convertían el barco casi en un submarino”, por lo que aclara que bajó “a identificar el problema que provocaba el desastre” y que causó “una escora en el buque de entre 25 y 30 grados”. En aquel momento, según relata, fue el primer oficial el que inició la primera conversación con las autoridades españoles para comunicar el problema.

Además, aclara que la primera orden que da es la evacuación del barco y de su tripulación porque era su “principal preocupación”. Mangouras aclara que en el momento en el que el remolcador Ría de Vigo se puso en contacto con él, aclaró que “antes tenía que comunicar” la situación porque sus “familias estaban viendo por la televisión el barco”. En ese momento del interrogatorio, el capitán del barco ha roto a llorar debido a la emoción, por lo que el juicio fue suspendido durante diez minutos.

El juicio tiene previsto continuar este miércoles 14, también con la declaración de Apostolos Mangouras, aunque el presidente del tribunal reconoce que es probable que no se acabe celebrando por la convocatoria de huelga general.

Etiquetas
stats