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La maquinaria propagandística del PP de Alfonso Rueda para el 18F tropieza con la Junta Electoral

Alfonso Rueda en un desayuno del PP en Pontevedra

Daniel Salgado

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La engrasadísima maquinaria propagandística del PP gallego ha topado con la Junta Electoral. Los apercibimientos se suceden, casi siempre por denuncias del Partido Socialista –al que también le ha afeado algún comportamiento–, y afectan de momento a sus campañas en redes sociales y a las declaraciones de Alfonso Rueda como presidente de la Xunta. La maquinaria, sin embargo, no se detiene. Una de sus líneas estratégicas de cara a las elecciones del 18 de febrero consiste en jugar a la confusión entre los mensajes partidistas y la comunicación institucional del Gobierno gallego. Lo mencionaba en sus demandas el PSdeG. La aceleración de la fusión entre línea informativa de los medios públicos autonómicos y la estrategia electoral del PP o la supuesta conspiración de bots rusos, chinos y filipinos que “atacan ferozmente” en X, antes Twitter, la gestión de Rueda, lo mostraron de forma nítida.

La alerta la había activado la secretaria general de los populares gallegos, Paula Prado. Según explicó en una rueda de prensa, un complot de perfiles con identidades falsas y al servicio de la oposición se habían conjurado para criticar la acción del gabinete de Alfonso Rueda. No aportó ninguna prueba, pero tampoco se cuidó de no exagerar: “Es un ataque frontal a Rueda y los gallegos, un botafumeiro de bulos y mentiras”. En realidad eran 15 pantallazos de cuentas de X, la mayoría de las cuales, según pudo comprobar elDiario.es, manejan usuarios individuales. “Estamos estudiando llevarlo a la Fiscalía”, dijo. No lo hizo. Pero los presuntos bulos ya eran parte central del discurso de Xunta y PP, cada vez más indistinguible. La propia Administración, en respuesta al cuestionamiento social y mediático de su lenta y desordenada gestión en la crisis de los pellets, había contratado anuncios en los principales periódicos gallegos a partir de la misma idea: “Aliméntate de pescados y mariscos gallegos, no de bulos”.

Esa campaña concreta no cayó bajo la lupa de la Junta Electoral. Sí lo hizo otra, esta vez difundida por el PP gallego, que presenta la comunidad como una Illa de Estabilidade [isla de estabilidad] frente a lo que entienden como ruido de la política, la negociación y los acuerdos entre formaciones progresistas. El órgano que vela por el cumplimiento de la ley electoral dio la razón a los socialistas, quienes afeaban el uso del lema y la siglas del PP y de la Xunta de Galicia, conminó a su retirada inmediata debido a “su carácter electoralista”. Como argumento empleó el hecho de que Paula Prado, secretaria general y candidata al Parlamento de Galicia, había contestado a la publicación en redes y asegurado que “Gobierno de la Xunta y PPdeG han cumplido con Galicia”. “Tenemos motivos suficientes para revalidar la mayoría absoluta”, añadía.

“La finalidad del artículo 53 de la ley electoral los gastos electorales hasta el período estricto de la campaña electoral”, dice la resolución, “en el presente caso, se busca la reacción del potencial electorado del partido anunciante, al vincularlos supuestos cumplimientos de la Xunta de Galicia con el Partido Popular”. Los reparos de la Junta Electoral al PP ya venían, sin embargo, de lejos. En su empeño por trasladar la discusión de la política estatal al escenario gallego, los populares habían decorado con alusiones a Carles Puigdemont un meme preelectoral, también expuesto en la vía pública: “Si crees que la carta a los Reyes de los niños es demasiado larga, imagina como será la de Puigdemont. Tengamos Galicia en paz”. Era otra vuelta de tuerca a la idea de estabilidad, central desde la larga etapa de Feijóo como presidente de la comunidad -cuatro mayorías absolutas consecutivas entre 2009 y 2020-, y que la oposición identifica con parálisis y falta de proyecto.

Apercibimientos sin sanción para PSOE y Rueda

Para la Junta Electoral, en cualquier caso, el PP volvía a infringir la ley. En concreto, ese artículo 53 de la Loreg (Ley Orgánica del Régimen Electoral General) según el cual no se puede difundir propaganda electoral ni realizarse acto alguno de campaña electoral durante el período comprendido entre la convocatoria de las elecciones y la iniciación legal de la campaña. Además de a Puigdemont, esa serie de carteles también mencionaban a organizaciones de izquierdas como Sumar, Podemos, BNG, IU, Anova y Partido Socialista. El trasfondo, situar la disyuntiva electoral del 18 de febrero entre el PP o el caos. Fue precisamente al Partido Socialista al que también ha apercibido la Junta Electoral tras estimar parcialmente una denuncia del PP. El motivo, una rueda de prensa del ministro de Transportes, Óscar Puente, y el alcalde de Vigo, Abel Caballero, tras llegar a la ciudad en tren. No hay sanción ni tampoco nada que retirar, ya que se trató de un hecho puntual.

Lo mismo le sucedió a Alfonso Rueda como presidente del Gobierno gallego: un apercibimiento y ninguna sanción. La Junta Electoral lo señaló en esta ocasión por realizar valoraciones partidistas desde el atril de las ruedas de prensa posteriores a la reunión semanal de su gabinete. En respuesta a preguntas de los periodistas sobre el vertido de pellets plásticos, afirmó que “la Xunta está trabajando, el Gobierno de España no hizo nada y la oposición seguirá enredando y levantando bulos” o, en relación al 18F, que su “objetivo como candidato es tener esa mayoría” para seguir gobernando. El órgano electoral considera que “se excedió” y que sus declaraciones, “con un proceso electoral en curso, tienen una connotación electoralista”.

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