El monte gallego ha ardido más en tres meses de 2019 que durante todo el año pasado

El año 2018 fue el segundo mejor para Galicia en términos absolutos de la serie histórica que desde 1976 recopila datos de la superficie quemada en incendios forestales. La información que acaba de ser divulgada por el Ministerio de Agricultura a partir de las cifras suministradas por las comunidades autónomas indica que el pasado año ardieron en los montes gallegos un total de 2.618,09 hectáreas. Son apenas 600 más que en el que hasta ahora era el año con la superficie arrasada más baja de la serie, el 2014. Y, obviamente, muchas menos que las casi 62.000 que ardieron en 2017, unas 50.000 de ellas en la gran ola de incendios de octubre de aquel año que la Xunta atribuyó al “terrorismo”, tesis desmontada por los estudios técnicos y las investigaciones policiales y judiciales.

Pero 2018 parece que se va a quedar por el momento en excepción, como había sucedido con 2014. No en vano, en el primer trimestre de 2019 el monte gallego ya h ardido más que en todo 2018. La cuarentena de incendios que la Consellería de Medio Rural ha accedido a revelar -en virtud de la política informativa vigente desde hace una década la Xunta no informa en tiempo real de todos los focos de fuego- desde el 1 de enero suman hasta el momento 2.863,42 hectáreas. Pero el propio conselleiro, José González, admitía esta semana en el Parlamento que el balance total ya es mayor, unas 3.600 hectáreas en 585 incendios durante el primer trimestre.

Los datos de 2018 sí se corresponden en mayor medida con la tendencia iniciada hace más de una década en cuanto a número de incendios. Galicia registra cada vez menor número de fuegos, aunque algunos de ellos son especialmente virulentos y devastadores.

Así, el total de focos declarados durante el pasado año fueron apenas 1.400, casi 2.000 menos que en 2017. De este modo, el número de incendios disminuyó en términos interanuales un 55% mientras que la superficie arrasada lo hizo en un 95% en lo que semeja un año de paréntesis.

El incendio de Dodro y Rianxo dispara el balance de 2019

Tras ese paréntesis el monte gallego ha terminado el primer trimestre de 2019 regresando a la senda habitual. El balance provisional se disparó definitivamente con el incendio declarado a finales de marzo en los ayuntamientos de Dodro y Rianxo, que con sus 1.162 hectáreas de monte quemado en una zona con abundantes plantaciones de eucaliptos se convirtió en el primer gran incendio forestal del año, calificación que técnicamente sólo tienen los incendios superiores a 500 hectáreas y que durante 2018 no se había registrado en ningún punto de Galicia.

Más allá de este incendio en la comarca de A Barbanza los que afectaron a más superficie entre los revelados de por Medio Rural se situaron hasta ahora en la provincia de Ourense. En Padrenda ardieron a finales de febrero 225 hectáreas, en Chandrexa de Queixa unas 175 el pasado 5 de enero; en A Mezquita se perdieron 161 hectáreas también en los primeros días del año y en O Barco de Valdeorras, 121 hectáreas durante la ola de fuegos de marzo.

Los incendios divulgados por Medio Rural desde el 1 de enero fueron un total de 33 en aplicación de su política de no ofrecer información concreta en tiempo real de los que no superen las 20 hectáreas excepto si afectan a áreas habitadas o espacios protegidos, así como de no divulgar partes diarios sobre el impacto total del fuego durante el período de alto riesgo. No obstante, el conselleiro sí ha resumido los datos hasta finales de marzo en respuesta la a las preguntas formuladas en el Parlamento por En Marea y PSdeG.

Según la información ofrecida a la Cámara por José González, Galicia padeció hasta finales de marzo un total de 585 incendios forestales de los que el 77% no superaron la hectárea de superficie afectada y en total ya suman más de 3.600 hectáreas quemadas, esto es, unas 800 más de las que suman los incendios de los que la Consellería sí informó con detalle durante su extinción. El conselleiro estima que casi el 80% de ellos fueron “provocados”, si bien la hipótesis que la propia Xunta maneja para el de mayor impacto, el de Dodro y Rianxo, es la de una chispa de una torre de alta tensión como primer origen de las llamas.