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¿Cómo se aprende a parir en tiempos de coronavirus?

Una mujer con su bebé.

María Pampín

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“Si no fuese por Internet, estaría perdida”, admite María, que sale de cuentas en septiembre. Con las restricciones de seguridad impuestas por la pandemia, una de las actividades en grupo que se suspendieron fueron las clases de educación maternal que el Servizo Galego de Saúde ofrece a las embazadas que están en el último trimestre. Un momento en que el parto se acerca y las preguntas y las dudas se intensifican. Como para tantos otros campos durante el confinamiento -el teletrabajo, la educación, el contacto social...-, Internet y la autoorganización fueron fundamentales para acceder a la información y conectar, de otra manera, a matronas y gestantes.

“Las embarazadas están acostumbradas a un contacto muy directo, a muchos controles. En este tiempo, muchas se han sentido desatendidas porque se suspendieron casi todas las consultas y actividades presenciales”, explica Begoña Pérez, matrona en el hospital de Verín, “aunque la atención de las matronas continuó por teléfono”. Ella y sus compañeras tiraron de autoorganización cuando detectaron la inquietud de las gestantes al ver que el confinamiento iba para largo. Con sus propios medios, desde sus casas y pagando de su bolsillo una suscripción premium de videoconferencia -ya que el Sergas no les ha cedido su sala de videoconferencias en Verín-, organizaron unas clases maternales online que, en los más de dos meses y medio que llevan funcionando, tienen 150 alumnas.

“La respuesta ha sido impresionante, tanto en el área sanitaria de Ourense como en otras del Sergas e incluso desde fuera de Galicia, de lugares como Toledo o Palencia”, cuenta Begoña. Algunas llegan derivadas por compañeras matronas y otras porque descubrieron las clases en redes sociales. Un éxito “inesperado” que se convierte en un motivo de satisfacción más para unas profesionales que han pasado un año difícil, ya que comenzaron 2020 con la amenaza de cierre de su paritorio por parte de la Xunta de Galicia. Una decisión que solamente consiguió frenar la protesta de las mujeres de la comarca. “Aún no nos habíamos recuperado de todo lo que pasó, pero estamos muy satifechas con la acogida de las gestantes”, dice.

Las clases, que dan una vez a la semana, se corresponden con las mismas sesiones que se dan en la educación maternal pero adaptadas a la videollamada. Explican y resuelven dudas sobre el parto, el plan de parto, los diferentes métodos de alivio del dolor, cómo afrontar el miedo, cuidados para el recién nacido, lactancia materna, yoga para embarazadas o ejercicios para fortalecer la musculatura que ayudará en el alumbramiento, entre muchos otros temas. Las embarazas cuentan, igualmente, con el apoyo de sus matronas a través del teléfono pero como apunta Pérez, el vídeo permite mostrar ejercicios y gestos que no son tan fáciles de explicar con palabras.

La información, defienden las matronas, es fundamental para que la mujer deje de ser un “sujeto pasivo” durante el parto y conozca las posibilidades y las decisiones que puede tomar en ese día y en la crianza de su hijo o hija. “Hace una década que existen los planes de parto y muchas mujeres no los conocen”, apunta Isabel Abel, que es la presidenta de la Asociación Galega de Matronas (AGAM). Tanto Abel como Pérez coinciden en que las mujeres cada vez leen más y buscan más información sobre el embarazo, el parto y la crianza. Es el caso de Cristina, que sale de cuentas a principios de agosto, y que llevaba menos de tres meses embarazada cuando decidió acudir a un espacio educativo privado en A Coruña. “Cuando comenzó el confinamiento me ofrecieron seguir trabajando por videoconferencia para hacer ejercicios, resolver dudas y hacer consultas”, explica Cristina, que también ha mantenido un contacto muy directo con su matrona en estos meses.

En su caso, no se ha sentido desorientada en este tiempo de confinamiento. Le han facilitado vídeos, enlaces con información testada por su matrona y lee bastante. “Trabajaba con información para madres y conocía muchas cosas, pero es cierto que es un tema tabú. No se habla de lo que es un plan de parto, por ejemplo, pero sí de lo doloroso o lo bonito que puede ser y que tienes que estar súperfeliz. Deberíamos tratar este tema con más libertad, hay que romper muchas barreras a nivel de sociedad y de ahí la importancia de que busquemos información”, explica. Tiene claro que “existen herramientas y hay que aprovecharlas” por lo que anima a quien se sienta perdida a “buscar una tribu, porque nunca se parió sola”.

María sintió preocupación cuando se enteró, por el grupo de Embarazadas Galicia de Facebook, que no tendría clases de educación maternal y se lanzó a Internet en busca de vídeos de matronas, no solo sobre el parto, sino sobre la preparación previa. “Yo solo busco información basada en evidencias científicas pero Internet está lleno de comentarios, foros... y necesitas a alguien con criterio, que te resuelva tus dudas”, explica. Y también los miedos. Considera que su generación, sobrepasando la treintena, está “concienciada sobre la violencia obstétrica y, precisamente por eso, tiene más miedos porque es más consciente de lo que puede pasar”.

Su matrona le ha preparado varios emails con enlaces e información pero echa de menos un contacto más directo, compartir vivencias con otras mujeres “que están en la misma etapa del embarazo que tú”. “Te falta esa referencia”, considera.

La Asociación Galega de Matronas también se puso manos a la obra para crear y seleccionar recursos fiables para las gestantes. Subieron vídeos a su canal de Youtube, sobre todo para explicar posturas y ejercicios; compartieron en links útiles en sus redes sociales y dieron publicidad a las clases online de Verín. “En el Sergas hay muy pocos medios electrónicos, como webcams o tablets, para adaptar las clases de educación maternal por lo que la decisión de continuar con las clases quedó en manos de las matronas y de sus propios medios. Si trabajaban desde sus casas, algunas hacían consultas por Skype o crearon grupos de Whatsapp con sus gestantes”, resume Abel. Muchas gestantes acceden también a estos recursos desde grupos como Embarazadas Galicia, que pueden encontrar en las redes sociales.

También Cristina, pero en este caso una futura madre de Santiago, recurrió a Internet para informarse de cara al parto al suspenderse las clases, “algo totalmente comprensible”. En su caso realizó un curso de pago, impartido vía online y en directo por una escuela que está cerca de su casa y que ya conocía, y también visionó las clases de las matronas de Verín. “Nos han remitido vía e-mail documentación relacionada con el embarazo, el parto y el postparto. He de decir que todo eso lo han llevado a cabo fuera de su horario laboral, y, aunque ya habían celebrado alguna charla cuando yo me incorporé a las mismas, ha sido una gran ayuda”, asegura.

Otra vía que han explorado algunas madres es el apoyo de una doula. Lo cuenta, de nuevo, otra Cristina. “Imparte clases de preparación al parto con alivio de dolor natural (movimiento, calor, masajes) y me anoté a falta de la formación del Sergas. Me dió confianza en mi cuerpo y en lo que va a suceder”, explica. Como otras mujeres que han buscado alternativas de formación, Cristina no ha renunciado a la información y al contacto con su matrona. “En la última cita se paró hora y media conmigo para hacerme un resumen de lo que sería la preparación y me enseñó fotografías del hospital, posturas para la dilatación y varios vídeos”.

“Es necesario que las mujeres sepan que tienen que ir a junto de sus matronas, que nos dedicamos a informar, a solucionar dudas, a darles las herramientas para que puedan decidir. Tenemos un papel relevante fuera de la sala de partos. Las mujeres tiene derechos y tiene que exigirlos, pero sin información, pierden eses derechos”, resume Pérez.

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