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Feijóo pierde el control del reloj electoral: el decreto que él mismo firmó supedita las autonómicas al fin del estado de alarma

Feijóo y Sánchez, reunidos en Moncloa. Imagen de archivo.

Gonzalo Cortizo

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Alberto Núñez Feijóo ha perdido la capacidad decidir la fecha de las elecciones gallegas y tendrá que esperar a los movimientos que decida impulsar Pedro Sánchez en la gestión de la pandemia del coronavirus. La vigencia del estado de alarma impide al mandatario gallego hacer uso de sus atribuciones para convocar unos comicios que, inicialmente, estaban fijados para el pasado 5 de abril y que coincidían con la convocatoria en País Vasco. 

Los límites que atan al barón gallego son autoimpuestos y se circunscriben al decreto dictado por la Xunta el pasado 18 de marzo en el que se decidió la suspensión de las elecciones. Ese texto dice lo siguiente: “La convocatoria de elecciones al Parlamento gallego se activará una vez levantada la declaración del estado de alarma”. No sucede lo mismo en el caso del País Vasco, en cuyo decreto de disolución no hay ninguna referencia a que la reactivación electoral dependa de decisiones adoptadas por Moncloa y que debe validar el Congreso de los Diputados. 

El diseño de desescalada anunciado por Sánchez esta semana fija una hoja de ruta que anuncia prórrogas del estado de alarma cada quince días con un escenario de vuelta a “la nueva normalidad” para los últimos días del próximo mes de junio. Con ese calendario, el presidente de la Xunta no podría convocar sus elecciones hasta esa fecha. Entendiendo que la Ley Electoral establece que entre la convocatoria de elecciones y el domingo de votación deben pasar 54 días, al barón gallego se le complica la posibilidad de llevar sus elecciones al mes de julio, como pretende su homólogo vasco, Íñigo Urkullu.  

La pérdida de control sobre la convocatoria de elecciones podría estar detrás de las declaraciones pronunciadas por Feijóo este miércoles en contra de alargar la alarma vinculada al coronavirus: “España no se merece seis semanas más de estado de alarma”, aseguró el presidente gallego. 

Frente a esta situación, País Vasco tiene manos libres para convocar sus elecciones sin que la normativa generada por esta comunidad autónoma suponga freno alguno para hacerlo. El decreto en el que se aplazó la cita con las urnas prevista para el 5 de abril no se hace referencia alguna a que la vigencia del estado de alarma suponga un freno insuperable para la llamada a votar. En este sentido, el portavoz del Gobierno vasco, Josu Erkoreka, aseguró este miércoles que los comicios vascos “podrían perfectamente celebrarse durante el estado de alarma”.

Así las cosas, el calendario electoral gallego está ahora más en manos de Pedro Sánchez que en las de Alberto Núñez Feijóo. De mantenerse la pretensión inicial de prorrogar la alarma hasta finales de junio, las elecciones gallegas no podrían celebrarse antes del domingo 15 de agosto, lo que en términos políticos se considera una llamada segura a la desmovilización del electorado. Si los planes de Moncloa se mantienen y el presidente de la Xunta atiende a sus propios decretos, el mes de septiembre se perfila como la fecha más probable para la celebración de los comicios gallegos. La peor de las opciones, tal y como señalan a eldiario.es, fuentes de la dirección del Partido Popular. 

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