El presidente del Parlamento gallego insta a los partidos a “no articular alternativas” fuera de la Cámara
La X Legislatura gallega comienza definitivamente. Tras la constitución del Parlamento y las tomas de posesión del Gobierno la sesión solemne de apertura de la legislatura ha dado paso este martes al inicio de los trabajos ordinarios de la Cámara conformada en las elecciones del 25S. Lo ha hecho, como es costumbre, con un discurso del titular de la presidencia del legislativo, Miguel Santalices, que ha aprovechado esta intervención institucional para, junto con las tradicionales llamadas al “respeto” y a la concordia, introducir valoraciones sobre, sin mencionarlas, una de las declaraciones de intenciones de parte de las fuerzas de la oposición en el nuevo período: ejercer su labor en el Parlamento, pero también en la calle.
Esa apuesta por combinar el trabajo político institucional con la presencia a pie de calle no es, ni de lejos, la primera vez que es escuchada en la política gallega. En esta ocasión los grupos que más están poniendo el acento en ella son En Marea y BNG, y ambos acabande recibir una respuesta implícita por parte de la segunda autoridad de Galicia. “La democracia sólo es viable en la medida en que practiquemos la democracia parlamentaria”, ha proclamado el jefe del legislativo, instando a los diputados y diputadas a no ir más allá “de los límites fijados por las normas jurídicas emanadas de la propia institución parlamentaria”. “Porque, señorías, en una democracia, en un estado de derecho, no hay ni puede haber atajos”, ha dicho.
Es en este contexto en el que ha llegado, sin apelacion explícita, lo que parece un recado para la parte izquierda del hemiciclo. “Tengamos claro que articular alternativas sin contar con el Parlamento constituye una deriva peligrosa que no podemos ni debemos permitirnos”, ha apelado. Los “problemas de las personas”, asegura, “nunca han estado fuera de los debates de este Parlamento”, por lo que ahora lo que toca es seguir “acertando” para que “todas las cuestiones de interés se continúen abordando entre estas cuatro paredes”. “Al igual que las discusiones se suceden en las redes sociales con absoluta legitimidad -ha profundizado-, debemos esforzarnos para que ningún asunto sea hurtado del debate, serio y ordenado, en la sede de la representación popular”.
Santalices realiza este llamamiento en un contexto en el que, no obstante, el popular aplaude el “clima de sana confrontación dialéctica” de la sesión de investidura, una “normalidad institucional” que insta “solemnemente” a mantener. “Llenemos el Parlamento de ideas, en lugar de llenarlo de tensión”, ha reclamado en un discurso en el que ha dadopor “materializado, en buena parte”, el “galeguismo difuso” que “defendía” Ramón Piñeiro en la primera legislatura, en un contexto en el que, cree, “una enorme mayoría de gallegas y gallegos” ya “no concebirían ni permitirían que servicios públicos esenciales como la sanidad o la educación” se “gestionaran desde fuera de Galicia”.
Regresa así, en el inicio de la legislatura, un debate sobre la actividad política dentro y fuera del Parlamento que es recurrente y que ha venido resurgiendo con más intensidad en períodos de mayor conflictividad social. No obstante, miembros de prácticamente todos los grupos que han pasado por la Cámara han participado, especialmente mientras estuvieron en la oposición, en numerosas movilizaciones de todo tipo y alentaron e incluso promovieron colectivos y organizaciones de tipo reivindicativo, además de partidario, entre ellos el propio Santalices.