El PP urbano sólo tendría mayoría absoluta en dos de las siete ciudades gallegas con los resultados del 21-O
La marea del PP no llena tanto las ciudades. Menos de veinticuatro horas después de que los conservadores gallegos lograran ensanchar su mayoría absoluta en el Parlamento a pesar de perder 150.000 votos y mientras las fuerzas de la hasta ahora oposición parlamentaria analizan sus respectivas sangrías de sufragios, un análisis más detallado del escrutinio permite llegar a conclusiones diferentes. Este es, por ejemplo, el caso de la Galicia urbana. Con las evidentes diferencias existentes entre una convocatoria autonómica y otra local y habida cuenta además de la variación que le imprime al mapa político gallego la irrupción de Alternativa Galega de Esquerda, una extrapolación directa de los resultados del 21-O a unas elecciones municipales permite concluir que el PP sólo tendría aseguradas dos de las siete ciudades, las únicas en las que conseguiría mayoría absoluta: Lugo y Santiago.
Una traslación de los resultados de este domingo a las siete ciudades gallegas revolucionaría notablemente el mapa político urbano de Galicia. No en vano, de las dos absolutas populares una estaría en el que viene siendo feudo socialista desde 1999, Lugo, donde el PSdeG -que actualmente gobierna en coalición con el BNG- perdería la mitad de sus 12 escaños. El PP sumaría uno a sus 13 ediles, que le permitirían gobernar, y el BNG se quedaría con sus actuales dos actas. Donde mantendrían resultado los conservadores es en Compostela, donde los únicos cambios estarían en la oposición. Allí continuaría un gobierno del PP con 13 concejales, el PSdeG se desplomaría de 9 a 3, cediéndole el puesto de segunda fuerza política a AGE, con 6 ediles. El Bloque, por su parte, cedería un edil y se quedaría en 2.
Este virtual mapa político de las ciudades provocaría además que uno de los pesos pesados del PP, Carlos Negreira, perdiera una de las joyas de la corona de Alberto Núñez Feijóo. La mayoría absoluta del PP de A Coruña desaparecería y, en su lugar, podría llegar una coalición encabezada por AGE, con 6 ediles. Seis concejales, aunque menos votos, tiene también el PSdeG -8 en la actualidad- y el BNG, que cuenta con 4, se quedaría en 2 -en la corporación coruñesa Izquierda Unida tiene un único representante desde 2011-. La otra alcaldía que cedería el PP sería la de Ferrol, Ayuntamiento que gobiernan con 13 concejales. Esa presencia popular en el consistorio ferrolano pasaría a ser de 12 actas y la alternativa estaría en este caso liderada por 6 representantes del PSdeG -uno menos que en la actualidad-, seguidos por 5 de AGE -IU tiene ahora 2 ediles- y dos del BNG.
Las restantes ciudades gallegas podrían, como en la actualidad, seguir teniendo gobiernos apoyados por la izquierda y el nacionalismo, aunque con notables variaciones en su composición. Así, por ejemplo, en Ourense habría lugar a una unión de fuerzas con alcaldía del PSdeG -8 ediles, 11 en la actualidad- apoyada por 4 concejales de AGE y dos del BNG. El PP, que ahora tiene 11 concejales, ganaría uno y Democracia Ourensana, que sienta dos ediles en el pleno municipal, se quedaría con un sólo representante. También podría seguir habiendo alcalde socialista en Vigo, si bien Abel Caballero se dejaría por el camino cuatro de sus actuales 11 concejales y tendría que pactar con AGE (6) y el BNG (3). El PP, por su parte, pasaría de 13 a 11. El otro gran titular de ese eventual mapa local estaría en Pontevedra, donde el BNG empataría a cinco ediles con el PSdeG, pero tendría menos votos. En este caso, la alcaldía sería del PSdeG siempre que fuera apoyada por el propio Bloque y por AGE (4), mientras que el PP conservaría sus actuales 11 concejales.
Pérdidas de apoyo del PP
Estas extrapolaciónes son producto de pérdidas de apoyo para el PP en algunas de las ciudades con respecto a las anteriores elecciones autonómicas, donde precisamente el voto urbano fue una de las grandes fortalezas de Feijóo. Así, en A Coruña y en Santiago los conservadores tienen cuatro puntos menos que en 2009. En Compostela, aunque conservarían la mayoría absoluta en el consistorio, el porcentaje de votos del PP pasa del 46,7% al 43,4%. Destaca también la caída en Vigo, donde sería de siete puntos. En Pontevedra, por su parte, la caída fue del 44,9% al 38,9%.
En la banda contraria se sitúa Ferrol. Allí, aunque no podrían conservar la alcaldía en el caso de reproducirse los resultados de las autonómicas, se registra un incremento de tres puntos en el resultado de los populares a respecto a 2009. En el caso de Ourense, el PP mejora algo menos de un punto el porcentaje de apoyo obtenido en 2009. Mientras, en Lugo el PP mantuvo un porcentaje muy parecido a la de la anterior convocatoria autonómica.