PP y PSOE meditan ya volver a cambiar la ley electoral para impulsar el voto emigrante

Hace poco más de un año, PP y PSOE impulsaron una nueva ley electoral que modificaba también la normativa del voto emigrante. Los dos grandes partidos estatales acordaron la implantación del voto rogado en el exterior, lo que implica el deber de solicitar expresamente la participación en los comicios, y con la que se buscaba añadir garantías y credibilidad al cuestionado voto de la emigración, especialmente en Galicia.
Ahora, PP y PSOE en Galicia apuestan por volver a cambiar la ley poco más de un año después. El motivo: la escasa participación de la emigración en los últimos comicios autonómicos, donde la abstención en la diáspora superó el 96%, votando unos 13.000 electores de un total de casi 400.000 que conforman el Censo de Residentes Ausentes (CERA). El deber de solicitud del voto hizo que tan sólo algo más del 3% de la diáspora participara en los comicios, frente a la media de entre el 30 y el 40% que solía hacerlo con el anterior sistema y que recibió críticas y denuncias que incluso demostraron que hasta personas fallecidas habían llegado a ejercer el derecho a voto.
Santiago Camba, secretario general de Emigración -que dejará su cargo de inmediato para incorporarse a la Embajada en Argentina-, lo tiene claro. “Los partidos estaban avisados desde Galicia y sabían que las consecuencias podían ser estas”, asegura, tras intentar justificar el voto favorable del PP a una Ley Electoral que ahora se quiere volver a modificar. “El PP a nivel estatal era reacio a aprobar esta norma, pero en la búsqueda de un consenso cedió en el tema del voto exterior y estas son las consecuencias”, añade el que fue principal cargo de la Xunta en la emigración durante los últimos años.
Marisol Soneira, portavoz de Emigración del PSdeG, aclara también que desde la federación gallega del partido siempre hubo voces críticas a la implantación del voto rogado. “Los que cuestionamos esta modificación siempre fuimos los mismos y al final se demostró que teníamos razón; las garantías no se consiguen instaurando el voto rogado porque lo único que hace esto es restringir el derecho de los emigrantes; lo que hubo fueron dificultades para votar”, explica. “Lo que hay que facilitar en una democracia consolidada como la española es que la gente vote y que su voto tenga garantías, por eso siempre fui crítica con la parte de la Ley Electoral referida al voto exterior; para cambiar una ley hay que pensar antes las graves consecuencias que puede tener ese cambio”, insiste Santiago Camba, que recuerda que a pesar de que más de 30.000 personas pidieron el voto, algo menos de 13.000 lo ejercieron. “Los correos funcionan mal, la información es escasa y los plazos son cortos”, justifica.
Por lo tanto, PSdeG y PPdeG se muestran claramente en contra de la decisión tomada por consenso hace poco más de un año por sus partidos desde Madrid y apuestan por llegar a acuerdos para volver a modificar la ley y facilitar así el voto emigrante. “Si el PSOE está concienciado de que se cometió un error, y toda vez que la ley se aprobó teniendo ellos mayoría en el Congreso, imagino que no será difícil llegar a un consenso para modificar la norma”, dice Santiago Camba. Por el contrario, Marisol Soneira coincide también en la necesidad de cambios, pero lo ve “más complicado”. “Ya se consiguió que el voto emigrante fuera irrelevante y a lo mejor el PP tiene miedo a un castigo electoral”, manifiesta la diputada socialista, que afirma que “mucha gente del PP estaba en contra de la Ley Electoral”, pero “no Feijóo, que la aceptó convencido de que el PSOE sería el ganador de los comicios en el exterior”.
Las bases para un nuevo cambio están puestas. El PSOE ya ha presentado en el Congreso de los Diputados una proposición para modificar la ley electoral y eliminar el voto rogado, aunque esto requeriría un gran pacto entre los dos partidos. Además, a principios de año el PP aprobó una proposición de los socialistas gallegos en el Parlamento para abrir un debate sobre la modificación de la norma. El propio Feijóo acaba de reconocer en Argentina su intención de variar la ley para acabar con los problemas del voto rogado.
Ahora, ambos partidos están dispuestos a afrontarla, pero las diferencias están en el sistema de voto que habría que instaurar. El PSdeG insta a crear una circunscripción electoral en el exterior, un modelo semejante al italiano, para que los emigrantes tengan sus propios candidatos y representantes electos. “Sería de justicia histórica, una forma de reconocer la quinta provincia gallega”, asegura Marisol Soneira, que se pregunta si “de verdad el PP quiere ir a la raíz del problema”.
“Que los residentes ausentes voten el mismo día que nosotros, que el recuento se haga allí en el exterior con garantías y que elijan sus representantes”, insiste Soneira, que cree que “no se puede confiar el derecho a voto a servicios de Correos de otros países que, además, en muchos casos ni tan siquiera son estatales”. En el PP están dispuestos también a facilitar el voto en la emigración, bien sea a través de los consulados u otras instituciones, pero con seguridad e incluso instaurando opciones telemáticas. No son tan favorables a la creación de una circunscripción electoral propia para los emigrantes.
Si así lo desean, y si llegan a un acuerdo, a PP y PSOE no les será difícil cambiar de nuevo la Ley Electoral, aunque tendrán que aguantar las críticas de quien considera inapropiado modificar una norma que fue aprobada hace poco más de un año y que, precisamente, buscaba mayores garantías para el ejercicio del voto en el exterior. Desde AGE y BNG ya han dejado claro que estos nuevos intentos en el cambio de la legislación responden al intento de favorecer los intereses de los dos grandes partidos, mientras otros aspectos de la normativa electoral permanecen inalterables desde hace tiempo a pesar de las continuas críticas.