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Comerciantes de Palma, ante las medidas de ahorro energético: “Cumplo con Hacienda, ¿qué más tengo que hacer?”

Imagen de archivo de la calle Sindicat.

Esther Ballesteros

Mallorca —

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Este miércoles han entrado en vigor las principales medidas del plan de ahorro de energía que hace una semana aprobó el Gobierno central. Las empresas, los comercios y las oficinas deben mantener el aire acondicionado a un mínimo de 27 grados y, en el caso de las tiendas, están obligadas a apagar los escaparates a partir de las 22.00 horas. Esta iniciativa del Gobierno para ahorrar energía ha despertado las críticas de la oposición y de varias comunidades autónomas gobernadas por el PP -entre ellas, Madrid, quien ha anunciado que recurrirá el decreto del Gobierno ante el Tribunal Constitucional-.

Desde Balears, algunos comerciantes ven con buenos ojos las nuevas medidas, mientras otros se alzan sin contemplaciones contra las mismas. El propietario de una tienda de moda y calzado de la céntrica y concurrida calle Sindicat, en Palma, aseguraba esta mañana que no las aplicará “por rebeldía”: “Tengo ya una edad en la que no quiero que me traten como a un crío, tengo mi negocio y cumplo con Hacienda. ¿Qué más tengo que hacer?”, se pregunta.

Preguntado por las limitaciones respecto al aire acondicionado, asevera que en la mayoría de locales significa efectuar un gasto en puertas eléctricas, cortinas de aire, etc., y en Mallorca, “por mucho que te des prisa, no lo puedes implantar ni en uno ni en tres meses y menos en verano”. “Que nos pongan a 27 grados a todos, pero también en su casa. Que se apliquen el cuento los políticos. De lo contrario, son unos farsantes”, sentencia.

En la misma línea se pronuncia Esteban, dueño de una tienda de artículos para el hogar ubicada en la misma vía, que recrimina que el ahorro energético por apagar el escaparate será ínfimo. “Es un maquillaje, y más en plena ola de calor”. Al mismo tiempo, se pregunta “por qué se impulsa una norma contra un sector en particular”, cuando “hay grandes empresas que derrochan materias primas y electricidad y no se las toca porque son un 'lobby”. 

Precisamente, los responsables de las asociaciones de comerciantes de Balears se muestran prudentes ante las nuevas medidas. “Estamos hablando de que el comercio es uno de los sectores más tocados por la pandemia. Y ahora nos viene esto”, lamenta el presidente de la Federación de Empresarios de Comercio de Balears (Afedeco), Toni Gayà, quien recuerda que prácticamente un 30 por ciento de los establecimientos del archipiélago echaron el cerrojo durante la crisis sanitaria y “los que lograron sobrevivir lo hicieron a base de préstamos y pólizas de crédito”.

Por su parte, el presidente del área de Comercio de la Federación de la Pequeña y Mediana Empresa de Mallorca (Pimem), Miquel Àngel Mateu Amengual, alude a los problemas que generará la instalación de puertas automáticas “en tan poco tiempo”. Una medida con la que, además, se muestra crítico ya que “la gran mayoría de ventas se producen por impulso. El olor atrae a los clientes: cuando un cliente ve las puertas abiertas, inconscientemente entrará por el olor u otros aspectos. En cambio, si ya tienen que realizar la acción de cruzar el cristal, aunque se abran las puertas, esto automáticamente frenará de alguna manera esa venta. Hay perfumes olfativos que en el caso de algunas marcas te invitan a entrar”.

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