La nueva base de la Guardia Civil luchará contra las ilegalidades en el mar de Ibiza: adiós a la venta ambulante y party boats
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Las aguas de Eivissa y Formentera concentran cada verano una actividad marítima que amenaza sus ecosistemas más frágiles, como la posidonia oceánica, especie protegida en todo Balears y que ya muestra graves signos de deterioro. La vigilancia de la pesca -recreativa y profesional-, las inspecciones de los chárter y el control de las miles de embarcaciones de recreo que fondean cada temporada turística son necesarias en el mar de las Pitiusas, uno de los más concurridos del litoral español. El destacamento permanente del Servicio Marítimo de la Guardia Civil en el antiguo cuartel de sa Coma, un proyecto largamente reivindicado por la sociedad ibicenca y el propio instituto armado, será una realidad el año que viene y permitirá llevar un control más exhaustivo sobre estas actuaciones perjudiciales para el medio marino.
La base, que acogerá entre veinte y treinta agentes -al principio se preveía que tendría cabida para doce-, permitirá reforzar la vigilancia del litoral, controlar el fondeo ilegal de embarcaciones, inspeccionar charters y proteger la posidonia, que sufre daños constantes en zonas como Porroig o s’Estany des Peix. El destacamento también será un recurso clave ante la llegada irregular de embarcaciones desde Argelia, sobre todo en la época de buenas temperaturas, cuando las arribadas son constantes. Este año, según datos de la Delegación del Gobierno, casi 6.000 personas han llegado por vía marítima a las Pitiusas.
La presidenta del Govern, Marga Prohens, y el presidente del Consell de Eivissa, Vicent Marí, visitaron en septiembre las obras de rehabilitación acabadas de empezar del pabellón 202 del complejo de sa Coma, ubicado junto a la carretera Vila-Sant Antoni. La nueva base permitirá incrementar la capacidad de respuesta frente a emergencias y mejorar el control en el litoral pitiuso, también de los polémicos party boats, con veinte y treinta agentes que se trasladarán a las nuevas instalaciones donde contarán también con una residencia.
Para la rehabilitación de este espacio destinado al Servicio Marítimo -y que cuenta con un presupuesto total de 4,5 millones de euros-, el Govern balear ha invertido casi cuatro millones provenientes del impuesto del turismo sostenible. Una inversión que, según explicó Prohens durante la visita institucional a sa Coma, se preveía dentro del plan global y transversal ‘Illes en transformació’, que pretende destinar más de 3.800 millones de euros a infraestructuras públicas de todos los ámbitos en todo el archipiélago.
Aunque la competencia del pabellón corresponde al Estado, ha sido el Consell quien ha impulsado el proyecto -ideado en 2019- cumpliendo con un protocolo del año 2022 firmado con la Dirección General de la Guardia Civil, que establecía la colaboración institucional para hacer posible la creación de este destacamento. El documento se ha aprobado después de pasar por exposición pública y tras su revisión y aprobación por parte del Colegio de Arquitectos de Eivissa.
Doce viviendas para unos 30 agentes
El edificio que albergará a los guardias, quienes han de contar con un curso especial para ejercer el servicio, es una construcción rectangular y simétrica de tres plantas que en su momento había albergado alojamientos militares y aulas de formación. El proyecto de rehabilitación lo transformará para contar con doce viviendas, así como espacios de oficinas, salas de reuniones y un armero. La actuación incluirá, además, mejoras de accesibilidad, con la incorporación de un ascensor e itinerarios adaptados, ha detallado a elDiario.es el Consell Insular.
También se añadirá al inmueble aislamiento térmico para mejorar la eficiencia energética, se sustituirá la cubierta de fibrocemento, se incorporarán nuevos balcones, así como un ascensor para garantizar la accesibilidad universal y un sistema de climatización con recuperación de calor. En total, la intervención abarca unos 365 metros cuadrados de demolición parcial y aproximadamente 1.500 metros de superficie por rehabilitar.
Para combatir las ilegalidades, incidencias y emergencias por vía marítima, la Guardia Civil tan solo ha contado hasta ahora con una barca semirrígida de menos de diez metros de eslora tripulada por tres guardias civiles. Por lo que, la Comandancia de Balears se ha visto obligada, ante la falta de medios en Eivissa y Formentera, a desplazar embarcaciones desde Mallorca (la isla cuenta con cuatro patrulleras en la base de Porto Pi) cuando se produce una incidencia grave, según informaciones de Diario de Mallorca.
La Guardia Civil tan solo ha contado hasta ahora con una barca semirrígida de menos de diez metros de eslora tripulada por tres guardias civiles
Llegada de pateras
Aumentar los medios es crucial para socorrer a las personas que llegan desde Argelia a las Pitiusas por una ruta migratoria marítima considerada ya más que consolidada. En el último fin de semana han llegado, en apenas tres días, un total de siete embarcaciones con casi 185 personas a bordo, según datos aportados por la Delegación del Gobierno en Balears. De estos migrantes, 118 llegaron a Formentera en menos de 24 horas.
En lo que va de año han llegado 308 pateras de forma irregular a las costas de las islas, con un total de 5.701 migrantes, según el recuento de EFE basado en datos de la Delegación. Durante 2024, llegaron al archipiélago por vía marítima 5.882 migrantes, de acuerdo con el Informe Anual de Seguridad Nacional del Ministerio del Interior.
Al hecho de que Eivissa no cuente con suficientes embarcaciones para atender emergencias de este tipo por vía marítima, se suma que Formentera no cuenta con una estación del SIVE (Servicio Integral de Vigilancia Exterior), el sistema de radares que permite detectar las embarcaciones. Las Pitiüses cuentan con una única estación, al norte de Eivissa, que no es operativa para detectar las rutas de inmigración. A pesar de que las instituciones llevan años presupuestando su traslado a Formentera, todavía no hay fecha para llevarlo a cabo.
Al hecho de que Eivissa no cuente con suficientes embarcaciones para atender emergencias de por vía marítima, como la llegada de migrantes, se suma que Formentera no cuenta con una estación del SIVE (Servicio Integral de Vigilancia Exterior), el sistema de radares que permite detectar las embarcaciones
La protección de la posidonia
El nuevo servicio implica la incorporación de tres nuevas patrulleras: una de tipo medio y otras dos ligeras, necesarias para afrontar la llegada de pateras, entre otras cosas, como combatir los fondeos ilegales en posidonia. En Porroig, la playa de Sant Josep que ha sufrido las actividades ilegales del pirata Evaristo Soler, el 40% de la especie protegida ya está muerta, como publicó elDiario.es. El alquiler de boyas ilegales por parte de este pirata lleva tiempo siendo perseguido por las autoridades, que no han conseguido cesar por ahora sus irregularidades.
No es la única perversión ni caso de intrusismo que se produce en las costas pitiusas. Este verano, en s'Estany des Peix de Formentera, perteneciente al Parque Natural de ses Salines, la actividad náutica ha sido excesiva si se tiene en cuenta su categoría de espacio protegido y la necesidad de preservar su fauna y flora restringiendo el tráfico marítimo y el fondeo. Y no solo eso, sino que también se ha llevado a cabo la venta ilegal de bebidas sin tener en cuenta la salud ambiental de la laguna. Esto provocó que tanto Consell como Guardia Civil reforzaran las inspecciones y abrieran expedientes, casi cien en total, que podrían terminar en sanción.
En Eivissa, los ‘bares flotantes’ ilegales también se han apoderado de la costa, sobre todo en Cala Comte (Sant Josep), donde un vendedor ambulante circula con una lancha motora ofreciendo una amplia carta de coctelería. El Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS), parte del Servicio Marítimo del cuerpo de seguridad, aseguró a elDiario.es que tiene constancia de esta actividad, sin embargo, no ha podido pillar al hombre in fraganti para así denunciarlo por la elevada demanda del verano, cuando reciben gran cantidad de avisos que tensionan los recursos del instituto armado. Una situación que se espera que mejore, de aquí a un año, cuando el nuevo destacamento este por fin en funcionamiento y pueda brindar al espacio marino pitiuso la protección que merece.
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