Fondeos ilegales y patrones 'pirata' destrozan las praderas submarinas de una laguna de Formentera

La actividad en s'Estany des Peix, uno de los parajes naturales cuya conservación genera más polémica en Formentera, es incesante si se tiene en cuenta su categoría de espacio protegido y la necesidad de que no haya en él ningún tipo de actividad perjudicial para el medio ambiente. La venta ilegal de bebidas y las actividades náuticas sin licencia son las némesis de la salud ambiental de la laguna, que pertenece al Parque Natural de Ses Salines, incluido desde 2006 en la Xarxa Natura 2000 como Lugar de Interés Comunitario (LIC) y Zona Especial de Protección de Aves (ZEPA).

El Consell Insular ha realizado en las últimas semanas 75 inspecciones a embarcaciones fondeadas que, en el caso de las barcas no autorizadas, podrían acabar en expedientes sancionadores. Durante el control, la institución ha levantado seis actas y abierto los correspondientes expedientes sancionadores a barcos que usaban una boya o un punto del pantalán sin estar autorizadas. A estos controles en la zona de alto valor ecológico se han sumado además, en la última semana, una inspección de la Guardia Civil —que se saldó con otros ocho expedientes sancionadores— y otra del Govern.

Las multas, sin embargo, no se podrán aplicar hasta que el Reglament de s’Estany des Peix aprobado en 2022 —que establece que sólo un máximo de 285 embarcaciones tienen permitido amarrar en el espacio natural— se apruebe definitivamente, según ha explicado la consellera insular y vicepresidenta primera del Consell de Formentera, Verónica Castelló. La representante ha criticado que, desde que se aprobó la normativa (se aprobó inicialmente, pero aún no es definitiva), no ha habido “acciones contundentes” contra los infractores y ha detallado, en declaraciones a Ràdio Illa, que a partir de ahora se va a intentar sancionar aplicando otras normativas del Consell. Castelló, con quien ha intentado ponerse en contacto sin éxito elDiario.es, también ha recordado que el uso de muertos ilegales en la laguna no sólo supone una infracción, sino también un “peligro para la biodiversidad marina”.

S'Estany des Peix ha sido durante años el epicentro de un pulso continuo entre administraciones, empresas y usuarios por el control del fondeo y las actividades náuticas. Dos años más tarde de que se aprobara el reglamento, en agosto de 2024, el fondeo en este ámbito natural pasó de “libre condicionado” a “regulado”, después de un acuerdo entre el Consell de Formentera y la conselleria de Agricultura, Pesca i Medi Natural para modificar el Plan Rector de Uso y Gestión (PRUG). Un cambio que, sin embargo, todavía no se ha concretado.

Antes, en el año 2020, se había creado la Comisión de Seguimiento del estanque para ordenar y regular el fondeo en el espacio natural. A raíz de este convenio, el Consell pasó a ser el encargado de la regulación de fondeos y elaboró, en colaboración con los usuarios recreativos de la laguna, el actual reglamento de uso, que entre otras cosas establece los requisitos mínimos para acceder a un amarre.

Por su parte, la Conselleria de Medi Ambient asumió el seguimiento y el control de los efectos de las instalaciones en la flora y la fauna y el entorno medioambiental en general de la zona. Así como, en el caso de que fuera necesario, la ejecución de proyectos de recuperación y conservación de los hábitats vinculados a s’Estany, informó en su momento el Govern.

Foco de actividades náuticas ilegales

Estas medidas por parte de la administración han perseguido, desde su puesta en marcha, la eliminación de cualquier posibilidad de llevar a cabo servicios no regulados en s’Estany. Algo que hasta ahora no se ha conseguido. Los agentes de Medio Ambiente levantaron el pasado julio nueve actas de denuncia contra operadores de chárter náutico que llevan a cabo sus servicios sin la autorización de Costas necesaria para operar en el espacio natural, como publicó Ràdio Illa.

No era la primera vez que algunos de ellos eran sancionados, sino que a principios de verano ya se habían enfrentado a otras multas por sus actuaciones ilegales, con las que han continuado a lo largo de la temporada turística. Al parecer, su modus operandi es citar los clientes en la rampa de acceso al mar, donde una embarcación recoge a las personas que tienen la reserva y las traslada a otro barco fondeado un poco más lejos y que es el que realmente ha alquilado el usuario. De este modo, continúan con las actividades económicas en el entorno del parque natural, que en teoría está estrictamente protegido.

Los infractores citan a los clientes en la rampa de acceso al mar, donde una embarcación les recoge y les traslada a otro banco fondeado más lejos, que es el que realmente han alquilado. Esto está prohibido porque es un parque natural

Por otro lado, la excusa de los encargados de alquilar estos charters frente a las inspecciones de las autoridades es que los clientes son amigos o conocidos suyos. Utilizan, además, algunas de las rampas de la laguna —actualmente hay dos y está prevista una tercera— para cargar y descargar equipación náutica destinada a practicar deportes acuáticos, como jet ski o paddle surf, a bordo de las embarcaciones que se alquilan, fondeadas a unas cuantas millas de la costa. Es decir, que las infraestructuras, ubicadas en el Dominio Público Marítimo-Terrestre, se usan con ánimo de lucro sin contar con la autorización correspondiente, según han asegurado los agentes de Medi Ambient del Govern en varias ocasiones.

También hay vendedores ambulantes en alta mar, cuya actividad ha proliferado durante esta temporada turística en las Pitiusas, que utilizan s’Estany como punto de amarre, según han denunciado públicamente algunos empresarios que sí pagan el servicio cumpliendo con la permanencia mínima anual de nueve meses establecida en la regulación.

También hay vendedores ambulantes en alta mar, cuya actividad ha proliferado durante esta temporada turística en las Pitiusas, que utilizan s’Estany como punto de amarre

Hacer cumplir el reglamento

Los usuarios de s’Estany des Peix han lamentado que decenas de embarcaciones sin autorización naveguen a sus anchas por la laguna y han reclamado a las instituciones que hagan cumplir el reglamento aprobado por el Consell. También han criticado que haya amarres desaprovechados y que aún no se haya efectuado la asignación definitiva de las 285 plazas en las 207 boyas de bajo impacto y en los 78 pantalanes, como ha publicado estos días Ràdio Illa.

Los usuarios recreativos del espacio natural, que se unificaban antes en el Club de Pescadores de s’Estany (fundado en el año 1996), decidieron el pasado marzo reemprender su actividad tras años de paralización. Una de las decisiones que tomaron fue cambiar el nombre del colectivo a Associació d’Usuaris Recreatius de s’Estany des Peix para representar mejor su ámbito de actuación, que se extiende también a las causas que involucran al Port de la Savina.

Por otra parte, en el pasado pleno de abril, el partido en la oposición Gent x Formentera ya instó al Govern balear y al Consell de Formentera a hacer cumplir el reglamento y a impedir la impunidad de los que sacan rédito a actividades económicas ilegales. Además, la oposición solicitó al Consell que pidiera un informe técnico a la Conselleria del Mar y del Ciclo del Agua del Govern con relación a la capacidad de carga de la laguna.

El mismo partido político mostró hace un año su “total rechazo” a licitar la gestión de los amarres en el espacio natural, una propuesta hecha por el entonces presidente Llorenç Córdoba. Contradiciendo la iniciativa de Córdoba, GxF defendió que la mejor opción para la conservación de s’Estany y garantizar el acceso al mar a los 285 autorizados, era “mantener la gestión pública”.

Reforzar la vigilancia

Xisco Sobrado, representante del área marina del GEN-GOB, ha recordado que la regulación en s’Estany se hizo para proteger a las plantas marinas sobre las que, tanto el ancla como las cadenas de las embarcaciones, tienen un impacto muy “evidente”, ha recalcado el portavoz medioambiental. Aunque no hay una gran presencia de Posidonia oceanica, la especie más protegida de Balears y la más sensible a los fondeos, sí hay otras, como la seba (Cymodocea nodosa), que a pesar de tener una capacidad de regeneración mucho más rápida que la Posidonia, se ve igualmente afectada.

Sobre esta especie, el Decreto 132/2005, del 23 de diciembre, mediante el que se aprueba el PRUG del Parque Natural de ses Salines d'Eivissa i Formentera, establece que las anclas y las cadenas “no deben fijarse nunca”. Tampoco sobre las comunidades de Caulerpa prolifera ni Zostera noltii. El mismo decreto contempla que, debido al grado de “singularidad, rareza y vulnerabilidad” de estas praderas submarinas, hace falta delimitar el sector sur de la laguna con el fin de evitar el fondeo. Además, la norma jurídica incluye la protección de las formaciones superficiales de Posidonia oceanica en la boca de s’Estany.

“Evidentemente, si existe una actividad sin control, las especies sufren y el fondo marino se estropea. Tendría que existir vigilancia para que estas prácticas no sucedieran”, determina el representante medioambiental. Desde el GEN-GOB han impulsado últimamente diferentes campañas para prevenir el daño a las plantas marinas y, por su parte, el Parque Natural está en contacto con otras organizaciones medioambientales para dar voz de alerta siempre que se lleven a cabo actuaciones irresponsables. Sobrado añade, por último, que el tema de la vigilancia “es muy importante” y reivindica la incorporación de más agentes medioambientales en las Pitiusas para poder hacerla efectiva y se puedan sancionar estas infracciones.