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Palma celebra este jueves su primera corrida de toros tras la pandemia gracias al blindaje del PP

José María Manzanares en una corrida de toros en Palma.

Angy Galvín

Mallorca —

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Los toros vuelven a Mallorca tras la pandemia: la plaza de toros de Palma, conocida popularmente como el Coliseo Balear, celebrará dos corridas, en las que participarán Morante de la Puebla, Julián López Escobar 'El Juli' y Cayetano Rivera Ordóñez (jueves 4) y David Fandila 'El Fandi', José María Manzanares y Andrés Roca Rey (viernes 5).

La ciudad acogió por última vez una corrida de toros el 9 de agosto de 2019. El Coliseo Balear, gestionado por la empresa Exclusivas Balañá, programó una corrida con algunos de los toreros anteriormente mencionados: Morante de la Puebla, El Juli, José María Manzanares y Roca Rey.

Asimismo, están convocadas dos manifestaciones antitaurinas el 4 de agosto a las 19.30 horas en la Plaza Alexander Fleming y a las 20.00 horas el 5 de agosto en la Plaza de Toros. El domingo 31 de julio se celebró otra protesta en Palma. Una veintena de manifestantes, según EFE, portaron carteles con imágenes de toros heridos y lemas como “Por una Mallorca sin sangre” y “La tortura no es cultura”.

Normativa tumbada por el Constitucional

La plaza de toros de Palma es la más importante del archipiélago y la compañía promotora, que también es la propietaria, la alquila para otro tipo de espectáculos como conciertos musicales. De hecho, durante 2018, las plazas de toros de Balears apostaron por la cultura y no celebraron ni una corrida de toros gracias a la normativa autonómica que aprobaron en 2017 PSOE, Més per Mallorca y Podemos, y que tumbó parcialmente el Constitucional.

El Govern reguló para hacer prácticamente inviable la celebración de los toros al prohibir la muerte del animal, pero un recurso del Gobierno de Mariano Rajoy (PP) ante el Tribunal Constitucional consiguió tumbar parcialmente la normativa autonómica. A finales de 2018, un Constitucional dividido, al darse cuatro votos particulares, determinó que cualquier elemento que desvirtúe las corridas de toros “tradicionales” desvirtúa su carácter cultural protegido por la ley.

La ley de “toros a la balear” -como se conoce popularmente- no prohibía directamente la tauromaquia, pero establecía unas fuertes restricciones, como la prohibición de herir a los animales de ningún modo, y por tanto, del uso de banderillas, rejones o espadas. Según la norma, solo se podía utilizar el capote y la muleta. Desde que la tumbase parcialmente el Constitucional, la normativa se ha mantenido intacta y el Govern no tiene intención de iniciar una nueva batalla legal al respecto, según informan fuentes gubernamentales a elDiario.es.

El PP blindó los toros

Fue el propio Partido Popular el que aprobó una norma en 2013 que clasificaba a la tauromaquia como “patrimonio cultural”. Este blindaje permitió al Ejecutivo intervenir en la ley autonómica, ya que el Estado está obligado a preservar y promover dicho patrimonio.

El texto establece legalmente qué se entiende por tauromaquia -“El conjunto de conocimientos y actividades artísticas, creativas y productivas, incluyendo la crianza y selección del toro de lidia, que confluyen en la corrida de toros moderna y el arte de lidiar”- , pero no incluye los términos “muerte, matar o matador”.

El concepto de “corrida de toros moderna” está regulado por el Reglamento de Espectáculos Taurinos, en el que se especifica cómo debe acabar la lidia: con la muerte del animal. Por lo tanto, la corrida moderna obliga legalmente a matar, según el reglamento que la rige.

Poca tradición taurina

Los datos del Ministerio de Cultura reflejan la poca tradición taurina de las islas: en los años 2019, 2020 y 2021 -hay que tener en cuenta que la pandemia supuso un parón total- se celebró solo una corrida de toros en el archipiélago, mientras que en Andalucía hubo 404 festejos taurinos -incluyendo, entre otros, corridas de toros, rejoneo, novilladas con y sin picadores, festivales...-, en Castilla y León 556, en Castilla-La Mancha 562 y en Madrid 378.



El archipiélago es, junto a Melilla, la comunidad autónoma con menos festejos taurinos -en Melilla también se celebró una única corrida de toros en 2019 y no ha vuelto a haber ni en 2020 ni en 2021-. Si nos fijamos en años anteriores, en 2016 se celebraron tan solo dos corridas en Balears, mientras que en 2017 fueron tres. En total, hubo otros cinco festejos entre rejoneo, festivales y novilladas en 2016 y otros dos en 2017.

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