Bruselas plantea una suspensión parcial de la participación de Israel en un programa de financiación científica por el genocidio en Gaza
La UE ha constatado que Israel está violando los derechos humanos con el genocidio en Gaza y, por tanto, vulnerando su Acuerdo de Asociación, pero la equidistancia de la mayoría de capitales con ese país ha impedido que mueva ficha. Es más, Bruselas llegó a un acuerdo para el reparto de ayuda humanitaria en la Franja que sirvió como excusa a los 27 para no adoptar ningún castigo. Pero el incumplimiento de esa promesa y el asesinato de personas indefensas que van en busca de esa ayuda existencial en un momento en el que el hambre hace estragos, especialmente en los niños, ha obligado a la Comisión Europea a endurecer el tono. No obstante, la sanción que se está planteando es mínima.
El Colegio de Comisarios, que está ya de vacaciones estivales, se ha reunido de forma extraordinaria y en formato híbrido para analizar la suspensión parcial de la participación de Israel en el programa Horizon Europe, que sirve para financiar programas científicos, según ha adelantado El País. La medida la tiene que proponer primero en gobierno comunitario y luego adoptarla formalmente el Consejo de la UE, es decir, los gobiernos de los 27 por mayoría cualificada (al menos 15 países que representen al 65% de la población europea. Si la decisión hubiera salido sacar completamente a Israel de la total de Horizon, se habría necesitado unanimidad y es prácticamente imposible alcanzarla en la UE por la equidistancia de muchos países con Tel Aviv.
Dentro de la propia Comisión Europea hay distintos puntos de vista. Mientras que el comisario húngaro es partidario de no hacer nada la vicepresidenta primera, Teresa Ribera, o la responsable de Gestión de Crisis, la belga Hadja Lahbib, son partidarias de una respuesta más firme desde Bruselas. Y el gabinete de Ursula von der Leyen también se mantiene en la equidistancia.
“La suspensión se refiere específicamente a la participación de entidades establecidas en Israel en actividades financiadas en el marco del Acelerador del Consejo Europeo de Innovación (CEI). (...). Esta decisión afectará a la participación de las entidades israelíes en el Acelerador del Consejo Europeo de Innovación, que se dirige a las empresas emergentes y las pequeñas empresas con innovaciones disruptivas y tecnologías emergentes que tienen posibles aplicaciones de doble uso, como la ciberseguridad, los drones y la inteligencia artificial”, señala la Comisión Europea en un comunicado.
La participación de Israel en el programa Horizon ha estado en entredicho por las sospechas de que algunos proyectos se han utilizado con fines militares. “La suspensión propuesta es una acción específica y reversible. No afecta a la participación de universidades e investigadores israelíes en proyectos de colaboración y actividades de investigación en el marco de Horizonte Europa”, precisa el gobierno comunitario.
“Si bien Israel ha anunciado una pausa humanitaria diaria en los combates en Gaza y ha cumplido algunos de sus compromisos en virtud del entendimiento común sobre la ayuda humanitaria y el acceso, la situación sigue siendo grave”, agrega la Comisión Europea. A pesar del incumplimiento del artículo 2 del Acuerdo de Asociación y, posteriormente, de saltarse el pacto para que la ayuda humanitaria llegue a la Franja de Gaza, el paso de la Comisión Europea está por debajo incluso de las medidas que había puesto sobre la mesa la alta representante, Kaja Kallas.
Su departamento elaboró una suerte de “inventario” con posibles medidas a adoptar en virtud del incumplimiento del acuerdo de asociación por parte de Netanyahu tras constatar los “indicios” de violaciones de derechos humanos en Gaza. Ese informe llegó después de que más de 55.000 personas fueran asesinadas por el ejército israelí. El documento recogía la posibilidad de suspender la participación de Israel en el programa Horizon.
El mayor castigo para Israel sería la suspensión total de ese Acuerdo de Asociación, pero nadie en la UE se plantea ese escenario. Como segunda opción, estaría la suspensión parcial del acuerdo, que podría incluir la parte comercial. Eso se podría llevar a cabo también a propuesta de la Comisión Europea y con mayoría cualificada de los estados miembros (15 países que representen al menos al 65% de la población europea), previo paso por el Consejo de Asociación en el que se sienta Israel. Pero tampoco entre los 27 hay apetito de llegar a ese punto. “Suspender el acuerdo comercial con Israel no detendrá la matanza en Gaza”, dijo la alta representante, Kaja Kallas, hace un mes y medio.
A partir de ahí, emergen medidas menores, como la suspensión de programas concretos como Horizon o Erasmus a los que tiene acceso desde la firma de un protocolo en 2008 en el marco del Acuerdo de Asociación. Otras posibilidades serían la suspensión de la colaboración a nivel técnico. En el marco de la política de seguridad, el abanico de medidas que contemplaba el documento elaborado por el equipo de Kallas es variado: desde sancionar a los ministros que torpedean la solución de los dos estados (que por ahora ha sido en balde en la UE, aunque lo han hecho países como Reino Unido) hasta impulsar un embargo de armas en el conjunto de la UE. El procedimiento pasaría por que un país europeo lo propusiera a los demás, pero todos tendrían que estar de acuerdo. España o Francia lo han planteado, pero no oficialmente.
El movimiento de la Comisión Europea, que supone una primera sanción de mínimos en el marco del acuerdo de asociación, se produce después de que Alemania, que es uno de los países que más resistencias pone a tomar medidas contra Israel haya elevado el tono. El canciller, Friedrich Merz, suscribió el viernes una declaración junto con Emmanuel Macron (Francia) y Keir Starmer (Reino Unido) en la que abogaban por avanzar hacia la solución de los dos estados en plenos ataques de Tel Aviv a Gaza.
“Ha llegado el momento de poner fin a la guerra en Gaza. Urgimos a todas las partes a poner fin al conflicto alcanzando un alto el fuego inmediato”, decía la declaración, que no establecía ningún tipo de plazo.
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