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Contadores manipulados y suministro a hogares con cortes de luz: así protestan los 'Robin Hood' en Francia

Una protesta para presionar contra el plan de reforma del sistema de jubilaciones del Gobierno.

Amado Herrero

París (Francia) —

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La oposición al proyecto del Gobierno francés para reformar el sistema de pensiones se expresa en dos frentes: por un lado, las grandes movilizaciones en las jornadas señaladas por los ocho principales sindicatos –la última este jueves–; por otro, en los debates parlamentarios.

Pero, además, han aparecido vías alternativas en diferentes puntos del país. En las últimas semanas, pequeños grupos de sindicalistas de la Confederación General del Trabajo (CGT) en el sector de la energía reivindican acciones Robin Hood en favor de establecimientos públicos, pequeñas empresas y hogares de bajos ingresos en un contexto de subida de los precios del gas y la electricidad, manipulando los contadores o restableciendo el suministro en hogares a los que se les ha cortado por impago.

El objetivo, dicen, es mostrar “de forma positiva” la oposición del sindicato al proyecto del Ejecutivo que incluye el retraso de la edad de jubilación hasta los 64 años. En un comunicado, la rama de minería y energía de la CGT ha explicado: “La electricidad o el gas de varios hospitales y clínicas, piscinas municipales, pistas de patinaje y otros centros deportivos públicos, asociaciones de interés público, bibliotecas, institutos de enseñanza secundaria, guarderías, sistemas de calefacción colectiva en universidades, viviendas de renta baja, alumbrado público en municipios pequeños y medianos y viviendas sociales han sido puestos en situación de gratuidad”.

Por ejemplo, durante la segunda jornada de movilización del 24 de enero, miembros de la CGT manipularon el contador de electricidad de algunas panaderías de Marsella para que se contabilizase la tarifa reducida, reduciendo el coste “en un 50% o 60%”, según explicó uno de sus líderes. Un gesto de solidaridad con un colectivo que se había manifestado el día anterior en la capital, especialmente afectado por la subida del precio de la energía –y que pide al Gobierno un bloqueo de las tarifas para el sector–.

“Tenemos la capacidad técnica para reducir la factura energética de los panaderos sin poner en peligro ni los bienes ni las personas”, dijo Renaud Henry, secretario general de la CGT-Energía de Marsella, a la cadena de televisión TF1. “Es completamente ilegal, pero para nosotros también es completamente moral”.

El gesto fue aplaudido por el líder de Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon, y por el líder del Partido Comunista francés (PCF), Fabien Roussel. “La CGT Energía es más eficaz que el Gobierno ayudando a los panaderos. Bravo a los Robin Hood de la electricidad”, escribía el secretario general del PCF en Twitter.

En paralelo a las movilizaciones señaladas por la intersindical, que está presentando un frente unido contra el Gobierno dirigido por Élisabeth Borne, trabajadores del sector energético multiplican estas iniciativas con el objetivo de, dicen, “intensificar la presión” en la lucha contra la reforma de las pensiones, como elemento adicional a las manifestaciones que se están celebrando en ciudades de todo el país. En las últimas jornadas de huelga han reivindicado acciones similares en la región de París, así como “en Lille, Nantes, Lyon, Niza, Marsella o Saint-Nazaire”.

Ayuda a hogares con dificultades

Estas incluyen también el restablecimiento del suministro eléctrico a los hogares que sufren cortes de luz por impagos. “Durante esta huelga, vamos a intentar restablecer la electricidad o el gas al mayor número posible de estos usuarios, que pueden estar pasando frío”, ha dicho Fabrice Cadour, secretario federal de la FNME-CGT.

Por ejemplo, en la ciudad Vienne y sus alrededores varios sindicatos de la energía –autodenominados ‘Robins des bois de l'énergie de la Vienne'– reivindicaron el lunes “el restablecimiento de numerosos hogares privados de electricidad o gas a causa de facturas impagadas o contratos rescindidos por proveedores de energía sin escrúpulos”, según ha informado La Nouvelle République, que apunta que más de 50 hogares estarían afectados por la acción.

Durante la movilización del martes 7 de febrero, los miembros de la CGT del gas y la electricidad de Béarn y Bigorre (en la región pirenaica) llevaron a cabo una operación para retirar los contadores de electricidad en tres hospitales y en una residencia de ancianos de la ciudad de Pau, una acción decidida la víspera en la asamblea general del sindicato.

“Acciones inaceptables” para el Gobierno

Es difícil conocer con precisión la extensión de las acciones o el número de personas afectadas. En parte, porque los sindicatos no pueden dar demasiada información para evitar posibles represalias legales. En realidad, este tipo de acciones se vienen produciendo, a menor intensidad, al menos desde 2004, cuando los sindicatos comenzaron a protestar por el cambio de los estatutos de la empresa pública EDF-GDF, que abrió entonces su capital a inversores privados.

“En el día a día, algunos agentes llevan a cabo este tipo de acciones 'Robin Hood', pero son muchos más durante las movilizaciones”, ha dicho Fabrice Cadour, secretario general de la CGT Minas-Energía a Mediapart. “Y seguiremos mostrándoles que controlamos la herramienta de producción, de un extremo a otro”.

Varios miembros del Gobierno han reaccionado en contra de estas acciones. El ministro de Economía, Bruno Le Maire, las ha calificado de “inaceptables”. “No es la CGT la que decide en Francia, ni sobre las tarifas, ni sobre quién debe pagar qué. Es el Estado, es el interés general, es el pueblo francés a través de sus representantes”, declaró durante una entrevista a la emisora Europe 1. 

Cortes de electricidad

En la misma línea, la ministra de la Transición Energética, Agnès Pannier-Runnacher, afirmó que se trata de una estrategia de “intimidación” ilegal y animó a las empresas eléctricas a denunciar ante los tribunales las amenazas de cortes de electricidad por parte de algunos miembros del sindicato.

Durante la primera movilización, el 19 de enero, se produjeron bajadas de tensión y cortes de electricidad controlados en varias regiones. La CGT había advertido en los días previos de cortes dirigidos específicamente a los municipios de los cargos electos favorables a la reforma. La diputada del partido de Emmanuel Macron (Renacimiento) del departamento de Lot, Huguette Tiegna, denunció un apagón de varias horas en su despacho. Y la semana pasada, sindicalistas cortaron la electricidad en el ayuntamiento de Pau.

En la región de Lot-et-Garonne, la CGT anunció haber desactivado cuatro radares de carretera y haber extraído las tarjetas SIM de más de un centenar de concentradores –equipos para la captura y almacenamiento de las lecturas de energía– incomunicando los contadores. El sindicato precisó que las tarjetas SIM fueron enviadas “por correo” a la primera ministra, Élisabeth Borne.

La CGT ha anunciado que pretende intensificar los cortes de electricidad y la reducción de tarifas en las próximas semanas. Ante los micrófonos de RTL, el secretario general de la CGT, Philippe Martinez, fue más allá y evocó la posibilidad de cortar la electricidad a ciertos grandes empresarios, señalando en particular a Vincent Bolloré, propietario de varios medios de comunicación conservadores. “Vamos a intentar que los multimillonarios vivan durante unas horas, unos días, la situación de los hogares en precariedad energética, que no tienen elección cuando se les corta la electricidad”.

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