Por qué tantos políticos en EEUU hablan (mal) español
Hay tantos demócratas que quieren reemplazar a Donald Trump que el primer debate de las primarias ha tenido que dividirse en dos noches, con 10 candidatos cada una. E incluso en medio de esa competición salvaje por colar una frase, varios de ellos se han asegurado de pronunciar unas pocas palabras en español. Hemos visto acentos terribles y una total falta de concordancia entre masculino y femenino, pero ahí queda el gesto hacia los 41 millones de estadounidenses que hablan español en casa y, más en concreto, a los 32 millones de hispanos con derecho a voto: “necesitamos incluir cada persona en nuestro democracia” y “la situación es 'inacceptable'”.
La estrategia no tiene nada de nuevo: en las elecciones de 1956, el presidente Eisenhower ya usó anuncios en español y en 1960, nuestro idioma debutó ante la cámara con un mensaje de la futura Primera Dama Jackie Kennedy apoyando a su marido. Sin embargo, hay una línea muy fina entre mostrar tu respeto hacia la importancia del voto latino y caer en lo que se ha bautizado como Hispandering, que podríamos traducir como 'Hispeloteo'. Se trata de soltar un par de palabras en español y recurrir a algunos tópicos para fingir interés en la comunidad latina durante la campaña electoral, y puede pasar factura.
Solo hay que recordar las burlas hacia aquella foto de Trump comiéndose un “Taco Bol” en su oficina al grito de “¡Amo a los hispanos!” o cuando a Hillary Clinton se le ocurrió una campaña en redes sociales declarándose una “abuela”, provocando el efecto contrario con el hashtag #NotMyAbuela que le recordaba lo diferente que había sido su vida de la de la mayoría de las abuelas latinas de EEUU. A veces es mejor hacer un poco el ridículo con tu acento.
Más allá de los candidatos con sombreros mexicanos y comiendo tamales, la pregunta clave es esta: ¿funciona el idioma español para captar el voto latino? Solamente el 2% de los votantes hispanos creen que hablar español es la cualidad más importante para ser presidente, pero más del 70% se informa también en medios en español. Hay estudios que dicen que la publicidad política en nuestro idioma funciona, no solo convenciendo a los hispanos, sino aumentando su participación.
Aun así, hay que tener cuidado con el formato: un estudio observó en 2011 que los folletos publicitarios 100% en español provocaban un efecto negativo. Muchos hispanos tenían la sensación de que, cuando se dirigían a ellos por escrito solamente en español, era una forma de menospreciarlos y decir que no sabían inglés. Funcionó mejor un contenido mixto con un titular en español y el resto en inglés.
La publicidad en español es un territorio complejo para aquellos candidatos que no solo no manejan el idioma, sino tampoco muchas referencias culturales. E incluso si tienen éxito a la hora de atraer al voto latino, anunciarse en español puede restarles apoyos por otro lado. Un estudio reciente analiza cómo a los votantes que solo hablan inglés les fastidia ver anuncios en otro idioma.
A los candidatos que deciden anunciarse en español les va algo mejor con los votantes bilingües, pero pierden casi 20 puntos porcentuales en la posibilidad de ser apoyados por aquellos que solo hablan inglés. Detrás de esta reacción se puede ver algo de racismo, con muchos votantes cabreados por el simple hecho de que un candidato hable en otro idioma, pero tal vez también rechazo a la impostación o Hispandering. Como decía esta semana uno de los principales humoristas del país, algunos candidatos presidenciales parece que se presentan al puesto de “tu padre dando vergüenza en un restaurante mexicano”.
Y mientras tanto, en el universo Trump parecen funcionar lógicas diferentes. De hecho, en su campaña a la presidencia criticó a algunos de sus rivales por el liderazgo del Partido Republicano por hablar en castellano. “Si te quieres integrar, tienes que hablar inglés. Necesitamos que haya integración para tener un país. Este es un país donde hablamos inglés, no español”. Tras ganar las elecciones, una de sus primeras medidas fue eliminar la versión en castellano de la página web de la Casa Blanca, así como las cuentas oficiales del Gobierno en este idioma en redes sociales.