Terremoto político en Francia: qué puede pasar tras la dimisión sorpresa del primer ministro de Macron
La dimisión sorpresa del primer ministro francés, Sébastien Lecornu, pocas horas después de presentar su Gobierno ha sumergido al país en una crisis política sin precedentes. “No se puede ser primer ministro cuando no se dan las condiciones”, ha reconocido Lecornu en una breve declaración a la prensa.
Lecornu, que no ha estado ni un mes en el cargo, ya es el primer ministro más breve de la Quinta República francesa, según France Info. El detonante parece haber sido el anuncio de un equipo de ministros que era prácticamente el mismo que el criticado gabinete de su predecesor y que desató la indignación de la oposición, así como el descontento de la derecha de Los Republicanos por la composición del Ejecutivo.
Lecornu llegó al cargo el 9 de septiembre, tras la caída de su predecesor como primer ministro, François Bayrou, un día antes en una moción de confianza a la que él mismo quiso someterse. Antes de Bayrou, a principios de diciembre de 2024, Michel Barnier había sido tumbado en una moción de censura tras solo tres meses en el puesto. El telón de fondo de esta inestabilidad política crónica es la fragmentación de la Asamblea Nacional tras las elecciones legislativas de 2024, en las que la coalición progresista Nuevo Frente Popular se impuso como primer grupo parlamentario –pese a esta victoria, Emmanuel Macron se negó a nombrar un primer ministro de izquierdas– y ninguno de los tres grandes bloques tiene la mayoría.
Tras haber desgastado a cuatro primeros ministros en menos de dos años, las opciones se reducen para el presidente Macron, incapaz de encontrar la fórmula para sacar al país del bloqueo político del que se le considera ampliamente responsable. Después de que el presidente aceptara la dimisión, se abren las puertas a diferentes escenarios: el nombramiento de un nuevo primer ministro, un adelanto electoral y la dimisión de Macron.
En la tarde del lunes se ha conocido que Macron ha encomendado a Lecornu la tarea de tantear a las fuerzas políticas para decidir qué hacer a continuación y dar una salida a la crisis. Según ha informado El Elíseo, el presidente frances le ha confiado “la responsabilidad de llevar a cabo, antes del miércoles por la noche, las negociaciones finales para definir una plataforma de acción y estabilidad para el país”. “He acordado (...) llevar a cabo las conversaciones finales con las fuerzas políticas para la estabilidad del país. Informaré al jefe de Estado el miércoles por la noche si esto es posible o no, para que pueda sacar todas las conclusiones necesarias”, ha reaccionado Lecornu en X. Macron ha declarado estar dispuesto a “asumir la responsabilidad” en caso de un nuevo fracaso del primer ministro saliente, un mensaje que parece amenazar con una nueva disolución de la Asamblea Nacional.
Nombrar otro primer ministro
En Francia le corresponde al presidente de la República nombrar un nuevo jefe de Gobierno, a menos que decida disolver la Asamblea Nacional. Es decir, la primera vía es la misma que Macron ha seguido hasta ahora: intentar nombrar a otro primer ministro y tratar de sacar adelante los presupuestos. Sin embargo, dados los fracasos previos, repetir la misma fórmula –hasta ahora ha nombrado primeros ministros de derecha (Barnier) y del bloque central (Bayrou y Lecornu)– corre el riesgo de acabar dando los mismos resultados, teniendo en cuenta que el equilibrio de fuerzas es el mismo que hizo caer a sus dos predecesores.
Del comunicado del Elíseo no queda claro cuál es la tarea de Lecornu con vistas a una “plataforma de acción y estabilidad para el país”. Macron podría reelegirlo como primer ministro si así lo desea, pero Lecornu lo ha descartado incluso si las negociaciones llegan a buen puerto, según informan Le Figaro y Le Parisien.
Hay quienes han planteado la posibilidad de que el presidente Macron busque una figura no política de alto nivel o un tecnócrata. Otra sería apostar por un candidato progresista. Jonathan Bouchet-Petersen, del diario Libération, aboga por que Macron cambie de estrategia y confíe el cargo a la izquierda, algo que han vuelto a pedir también los socialistas este lunes. “Cualquier otro resultado prolongaría la insoportable negación en la que se encuentra atrapado el jefe de Estado desde su fracaso en las elecciones legislativas anticipadas de 2024”, escribe Bouchet-Petersen. Hasta ahora, el jefe de Estado se ha negado sistemáticamente a hacerlo. Esta perspectiva quizás podría contar con el apoyo del ala izquierda del macronismo, pero la derecha ya ha avanzado su rechazo.
“Hasta ahora, Macron se ha negado a pedir a la izquierda que gobierne, ya que la considera estructuralmente incapaz de encontrar una mayoría. Ahora que su bando también se ha mostrado incapaz de encontrar una mayoría, es posible que no tenga más remedio que reconsiderar su postura”, dice Celia Belin, jefa de gabinete e investigadora sénior del think tank ECFR en París.
Más que nunca, recoge la web de France Info, Macron se encuentra bajo presión para encontrar una solución que evite una moción de censura inmediata. “Si bien tiene en cuenta el calendario parlamentario, se enfrenta a un objetivo que ahora parece muy difícil de alcanzar: proporcionar a Francia un presupuesto antes del 31 de diciembre”, indica.
Adelanto electoral
El segundo camino que puede tomar Macron es disolver la Asamblea Nacional y convocar nuevas elecciones legislativas anticipadas. Hasta ahora, se ha resistido a hacerlo. Esta es la opción que se ha apresurado a exigir la extrema derecha de Marine Le Pen, quien ha pedido un adelanto electoral porque en la actual configuración de la cámara de diputados “no hay solución y no la habrá mañana”. Agrupación Nacional (RN en francés) lidera los sondeos de intención de voto y puede salir fortalecido de las urnas, pero está por ver que salga una mayoría más clara que en las últimas elecciones legislativas y no acabe siendo una cámara aún más ingobernable.
En caso de disolución, se celebrarían elecciones legislativas anticipadas entre 20 y 40 días después, según lo previsto en la Constitución, informa France Info.
Para Belin, las opciones son ofrecer a otra persona la oportunidad de intentar encontrar una mayoría de gobierno —“que podría ser alguien de los socialistas, ya que no se ha intentado antes— o convocar de nuevo elecciones anticipadas.
“Marine Le Pen está pidiendo ahora elecciones anticipadas, en las que se espera que su partido obtenga buenos resultados. Sin embargo, no está claro si unas nuevas elecciones darían un resultado diferente al de julio pasado. En cualquier caso, los partidos pueden seguir bloqueando, pero nadie puede gobernar en solitario”, señala la experta. “Si las nuevas elecciones anticipadas no permiten obtener una mayoría de gobierno, la crisis política podría convertirse en una crisis de régimen. En ese caso, se podría cuestionar la capacidad del presidente Macron para mantenerse en el poder”.
Dimisión o destitución
La tercera opción para Macron es dimitir. En las últimas horas están aumentando los llamamientos para que lo haga, pero hasta ahora lo ha descartado repetidamente. Su salida daría lugar a elecciones presidenciales anticipadas.
En la izquierda, Francia Insumisa (LFI) ha vuelto a plantear la posibilidad de la destitución de Macron. El líder de la formación, Jean-Luc Mélenchon, ha reclamado “el examen inmediato” de la moción de destitución del presidente de la República presentada a iniciativa de su partido, con el apoyo de 104 diputados (de los 577 que tiene la Asamblea Nacional). LFI ha propuesto una reunión esta tarde de todos los partidos de izquierda que constituyeron el Nuevo Frente Nacional (NFP) para considerar todas las posibilidades que ofrece esta situación. La iniciativa, que necesita el voto favorable de dos tercios de la Asamblea Nacional y del Senado, tiene escasas opciones de prosperar.
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