Asad pretende “limpiar” Alepo en medio de las protestas internacionales por el bloqueo
El presidente de Siria, Bashar al Asad, ha hablado de “limpiar” la ciudad asediada de Alepo, donde unas 250.000 personas están atrapadas bajo los fuertes bombardeos de las fuerzas de su propio gobierno, y usarlo como un “trampolín” para ganar la guerra civil. Con Reino Unido liderando las protestas internacionales frente a la campaña del régimen contra los rebeldes en Alepo y con el apoyo de Rusia, Asad declaró que la victoria en la ciudad estratégica permitirá al Ejército sirio liberar otras áreas del país de manos de “los terroristas”.
En declaraciones para el diario ruso Komsomolskaya Pravda, Asad dijo que Alepo ya no es, efectivamente, la capital industrial de Siria pero recuperarla proporcionaría importantes ventajas políticas y estratégicas para su régimen. “Va a ser el trampolín, como una gran ciudad, para moverse hacia otras áreas, para liberar otras áreas de los terroristas. Esta es la importancia de Alepo ahora”, apuntó.
“Tienes que mantener limpia esta zona y empujar a los terroristas hacia Turquía para que regresen al lugar al que pertenecen o para matarlos. No hay otra opción. Pero Alepo va a ser un trampolín verdaderamente importante para llevar a cabo este movimiento”, explicó.
Personal de rescate ha dicho que el ejército de Siria apoyado por aviones de combate rusos mataron a más de 150 personas en el este de Alepo esta semana, como parte de su ofensiva contra la ciudad. Ataques aéreos mataron a 13 personas el jueves en los distritos controlados por los rebeldes de al-Kalaseh, Bustan al-Qar y al-Sakhour, según una autoridad de defensa civil.
El aumento de víctimas en Alepo, donde muchos edificios han sido reducidos a escombros o ni siquiera tienen tejados o paredes, han provocado indignación fuera de Siria y un nuevo impulso diplomático. Se espera que este sábado EEUU y Rusia mantengan conversaciones.
Las fuerzas del gobierno sirio han cercado la mitad oriental de Alepo, bloqueando a más de un cuarto de millón de personas que –aseguran el Gobierno– están siendo utilizadas como escudos humanos por los “terroristas”. El asedio ha causado protestas en varios países, que acusan a Siria y a Rusia de crímenes de guerra relacionados con los ataques sobre instalaciones médicas y vehículos de asistencia.
En medio de un acalorado debate sobre cómo podría intervenir una coalición internacional para detener el bombardeo del régimen de Asad sobre Alepo, pero sin entrar en conflicto directo con las fuerzas rusas, el ministro británico de Exteriores, Boris Johnson, dijo este jueves: “No podemos ver cómo Alepo queda pulverizada de esta manera, tenemos que hacer algo. Si esto significa que podemos conseguir una coalición para una acción más rápida, eso no lo puedo pronosticar. Pero lo que quiere ver la mayoría de la gente son nuevas propuestas”.
Los titulares de Exteriores de la UE redactaron una declaración acusando a Siria y a sus aliados de violencia que “puede llegar a considerarse crímenes de guerra”.
Mientras los ataques aéreos y los bombardeos en el este de Alepo se intensifican después de un breve periodo de relativa calma, el gobierno sirio aprobó un plan de la ONU para permitir la entrada de vehículos de asistencia dentro de la mayoría de zonas asediadas de Siria, excepto en Alepo.
Asad dijo durante la entrevista con el rotativo ruso que Arabia Saudí había ofrecido ayuda a su gobierno si aceptaba cortar sus vínculos con Irán, uno de los principales aliados de Siria. Asegura que los saudíes le dijeron: “Si te separas de Irán y anuncias que congelas todo tipo de relaciones con Irán, iremos a ayudarte. Fue muy simple y directo al grano”.
La guerra civil siria, ya en su sexto año, ha matado a 300.000 personas y dejado a millones sin hogar, atrayendo forzosamente a los poderes regionales y globales e inspirando ataques terroristas en el extranjero.
Asad cuenta con los apoyos de la fuerza aérea rusa, de la Guardia Revolucionaria iraní, un conjunto de milicias chiíes de sus vecinos árabes, mientras que los insurgentes suníes que buscan derrocarle están apoyados por Turquía, EEUU y las monarquías del Golfo.
Asad también asegura que la guerra civil de su país se ha convertido en un conflicto entre Rusa y Occidente. “Lo que hemos estado viendo últimamente durante las últimas semanas, quizá meses, es algo que se parece más a la Guerra Fría”, afirmó. “No sé cómo llamarlo, pero no es algo que se haya dado recientemente, porque no creo que Occidente –y especialmente EEUU– hayan terminado con su Guerra Fría, incluso después del colapso de la Unión Soviética”, concluyó.
Traducido por Cristina Armunia Berges