Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.

The Guardian en español

Los Oscar entran en terreno desconocido tras el escándalo de Weinstein

Detalle de estatuas de los Oscar dispuestas sobre la alfombra roja el pasado 22 de febrero de 2017.

Rory Carroll

Los Ángeles —

A Hollywood le suelen gustar las metáforas dramáticas, pero cuando los incendios forestales llegaron esta semana a la ciudad de Los Ángeles nadie dijo: 'Mira, igual que los Oscar'.

Es un poco pronto en el calendario de los premios para saber si los escándalos por las conductas sexuales inapropiadas quemarán o solo chamuscarán el ritual anual que la industria cinematográfica celebra con alfombras rojas, discursos y premios. Pero pocos dudan de que el aire tóxico que circula por Hollywood va a afectar y potencialmente perturbar la 90ª celebración de los Oscar, desde las nominaciones del próximo mes hasta la entrega de premios del 4 de marzo.

Según Richard Rushfield, responsable de The Ankler (un boletín informativo de la industria del entretenimiento), “ahora mismo están bloqueados”. “No tienen ni idea de cómo manejar el asunto. Deberían cerrar durante un año o dos hasta que pase”, añade.

Las últimas revelaciones de the New York Times sobre la “maquinaria de complicidades” tras los actos depredadores de Harvey Weinstein han puesto en cuestión la responsabilidad de directivos de estudios, abogados, publicistas, agentes, managers y otros que cumplen funciones en los premios.

El torrente de revelaciones, que muestra cómo parte de la industria conspiró o hizo la vista gorda con los abusos de Weinstein y otros, recuerda a la trama de la novela Asesinato en el Orient Express: todos lo hicieron.

Con los ánimos caldeados y el movimiento #MeToo (#YoTambién) en marcha, la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas busca respuestas a la desesperada: ¿podrá evitar la nominación de personas sospechosas de conducta sexual inapropiada? Si los presuntos infractores son preseleccionados, ¿podrá la Academia rescindir esas nominaciones? ¿Podrá el presentador Jimmy Kimmel evitar que caiga la audiencia cuando suba al escenario del teatro Dolby?

Como explica Michele Burke, miembro del comité ejecutivo de la Academia y dos veces ganadora del Oscar por maquillaje, “estamos en terreno desconocido”. Burke, que habla a título personal, se estremece ante la posibilidad de que las candidaturas desencadenen una nueva ronda de acusaciones. “Espero que no. Sería espantoso esperar hasta que alguien sea nominado”. También señala que la posibilidad de revocar las nominaciones es territorio desconocido. “La verdad, no lo sé”.

Burke coincide con la predicción de que a las mujeres les irá bien en estos premios. “Las mujeres destacarán, seguro, delante y detrás de las cámaras. Estamos experimentando un momento de cambio en la relación de trabajo entre hombres y mujeres”. Según ella, ayudará el hecho de que hay muchas películas potentes hechas por mujeres y en torno a mujeres.

Los expertos de Hollywood apuntan a que Greta Gerwig podría arrasar con Lady Bird, obra donde se estrena como directora y que está protagonizada por Saoirse Ronan. También se especula con que Wonder Woman de Patty Jenkins, protagonizada por Gal Gadot, podría convertirse en el primer blockbuster de superhéroes en llevarse los mejores premios.

En un clima girando en torno a las mujeres podrían quedar fuera del premio a la mejor película Dunquerque, de Christopher Nolan, y El instante más oscuro, de Joe Wright, aunque Gary Oldman siga siendo uno de los favoritos a mejor actor por su interpretación de Winston Churchill.

Según Richard Licata, veterano estratega de los Oscar y director de Licata & Co, “es probable que las declaraciones que sucedan a las nominaciones tengan a los expertos en un frenesí por el gran número de mujeres reconocidas, pero hay que recordar que este ha sido un año particularmente bueno para las mujeres”. Como ejemplo cita Lady Bird, La forma del agua, Molly's Game y Tres anuncios en las afueras.

Los Oscar también pueden ser golpeados por la polémica #OscarsSoWhite (#OscarsTanBlancos) si, como es de esperar, se nomina a pocos actores negros, o posiblemente ninguno.

Forman parte de la Academia más de 8.000 miembros. Junto con el comité ejecutivo, está dirigida por una junta directiva de 51 directores, tres por cada una de las 17 ramas de la Academia. Según Rushfield, se trata de un cuerpo eminentemente ceremonial, una cámara de comercio del negocio cinematográfico. “Nunca se pensó como un organismo de arbitraje en asuntos polémicos. Han sido empujados a este papel y darían lo que fuera por quitárselo de encima. No se trata de una empresa experta en crisis de relaciones públicas que está lista para actuar”.

Tras las revelaciones sobre Weinstein, Kevin Spacey, Louis CK y las acusaciones contra Brett Ratner, Jeffrey Tambor (que ambos han negado) y muchos más, crece la opinión de que la Academia no puede limitarse a poner a sus estrellas de cine en un escenario para presentar trofeos, algunas canciones y un poco de comedia.

Ya hay una polémica sobre Casey Affleck, seleccionado para entregar el Oscar a la mejor actriz. La estrella de Manchester by the Sea se ha enfrentado a acusaciones de acoso, que él ha negado. “Hay todo tipo de rumores sobre la gente. La Academia no tiene precedentes para saber cómo lidiar con algo así. Es interminable y ellos no tienen las herramientas necesarias”, dijo Rushfield.

Aunque la Academia pasó años ignorando las polémicas sobre Roman Polanski y Woody Allen, hay quien le atribuye una nueva capacidad de respuesta frente a los escándalos. Después de que las revelaciones sobre Weinstein se hicieran públicas en octubre, la Academia expulsó enseguida al productor y estableció un código de conducta con “una política para evaluar las supuestas violaciones y determinar si justifican una acción con respecto a la condición de miembro”.

Según el estratega Licata, “si una polémica por mala conducta despierta una fea controversia en torno a un favorito, los estudios y los activistas tendrán que tomar decisiones responsables, no sólo por el bien de la película o el actor en cuestión, sino por la reputación de su organización”.

Según Sasha Stone, directora del portal Awards Dailya, el código ha facultado a la Academia para poner fin a cualquier posible estallido. “Si las acusaciones son lo bastante serias, pueden sacar a esa persona de la lista de nominados”.

De acuerdo con Stone, Donald Trump y sus partidarios podrían plantear otro desafío difamando por Internet a los Oscar como un bastión de pervertidos y acosadores. Una oportunidad para atacar a los progresistas de Hollywood pese a las acusaciones de acoso y abuso que pesan sobre el propio Trump.

Traducido por Francisco de Zárate

Etiquetas
stats