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The Guardian en español

El ejército de Somalia asalta por error la casa del expresidente con la ayuda de Estados Unidos

Tropas de AMISON, la misión de la Unión Africana en Somalia, en octubre de 2012.

Jason Burke

Fuerzas estadounidenses y somalíes que asaltaron la casa del expresidente somalí Aden Abdullah Osman Daar y que detuvieron a tres adolescentes podrían haber actuado con información de inteligencia equivocada, según han informado autoridades en el inestable país de África Oriental.

Soldados somalíes, acompañados al menos por un extranjero, entraron el viernes a última hora en la casa de Osman Daar, un venerado líder nacionalista y expresidente fallecido en 2007. La casa está situada en el pueblo de Janale, a unos 100 kilómetros al suroeste de Mogadiscio.

Miembros de la familia de Daar han señalado a The Guardian que se quedaron muy sorprendidos por el ataque, que tenía por objetivo militantes islamistas de la organización Al Shabab, vinculada a Al Qaeda.

El incidente aumenta las dudas sobre el uso de tropas de fuerzas especiales para combatir el extremismo en África. El año pasado, la muerte de cuatro soldados estadounidenses en una emboscada en Níger generó malestar y llevó a cuestionar la efectividad de estos despliegues.

Según las informaciones, miembros destacados del Gobierno de EEUU están considerando reducir drásticamente el despliegue de operaciones especiales en el continente.

Tres chicos de la familia Daar de entre 15 y 20 años fueron detenidos en el asalto, han señalado los familiares. Los detenidos están actualmente en paradero desconocido.

Las tropas también asaltaron la finca adyacente, de propiedad de la familia de Daar. Osman Daar fue presidente de Somalia entre 1960 y 1967 y fue el primer presidente tras la independencia de Somalia. La oficina de Hassan Ali Khaire, el primer ministro somalí, ha pedido disculpas a la familia.

Un agente de inteligencia somalí con conocimiento directo de la operación –que tuvo lugar en una región conocida por ser un bastión de Al Shabab– afirma: “Hubo mala inteligencia durante y antes del asalto a la casa del expresidente”.

“Los estadounidenses no conocían el sitio y confiaban en inteligencia falsa recopilada por informantes locales que a veces no son imparciales debido a la influencia de los clanes”, explica la fuente.

Sin embargo, una fuente de la oficina del primer ministro dio una versión diferente de los hechos. “El objetivo del ataque no era la casa del expresidente Aden Abdullah. Esta fue una operación de las fuerzas especiales somalíes con sus asesores estadounidenses. Las fuerzas estaban persiguiendo a un miembro de un grupo terrorista que corrió hacia la casa del expresidente, pero las fuerzas asaltaron por error la casa donde vive la familia”.

La misma fuente señala que el primer ministro Khaire le transmitió a la familia que el incidente será investigado y que los tres jóvenes serán liberados pronto.

Un segundo agente de inteligencia que trabajó con las fuerzas especiales estadounidenses señala que los errores son a menudo culpa de informantes locales que no son de fiar.

El comandante Karl Weist, portavoz del mando militar de EEUU en África, ha señalado que las fuerzas estadounidenses, en calidad de asistencia y asesoramiento, participaron en una operación terrestre liderada por Somalia para dañar y deteriorar las operaciones de Al Shabab en las proximidades de Wagaante, Somalia, la noche del 4 de septiembre de 2018. “La operación tenía por objetivo la red de artefactos explosivos improvisados de Al Shabab y las fuerzas estadounidenses solo adoptaron un papel de apoyo”.

Las fuerzas somalíes han estado luchando contra combatientes islamistas de Al Shabab durante más de una década. En los últimos años, EEUU ha aumentado su apoyo a las tropas locales, enviando fuerzas especiales a formar a las tropas somalíes y acompañando en operaciones de combate. Estados Unidos también ha aumentado el número de ataques aéreos, incluido decenas de ellos con drones.

El incidente pone de manifiesto la dificultad de las operaciones militares en un ambiente político y social complejo. Asaltar la casa de una importante familia local y detener a personas inocentes corre el riesgo de fomentar el apoyo a los insurgentes, explican los expertos.

A menudo se ha afirmado que los ataques, en los que a veces participan fuerzas estadounidenses, han provocado muertes civiles.

“Un hombre blanco, alto y con acento”

Según Dhaqan Osman, un miembro de la familia, las fuerzas conjuntas estaban dirigidas por un hombre blanco alto que hablaba inglés con acento estadounidense.

“Entraron por la puerta delantera y posteriormente rompieron la puerta de casa con una gran barra de hierro. Llevaban linternas y armas pequeñas. Primero entraron en la habitación donde dormían los chicos. Arrestaron a dos chicos, mi hijo y su cuñado. Entonces entraron en la siguiente habitación y detuvieron a un tercer chico”. Señala.

Suad Abdullahi, hermana de los dos hermanos detenidos, afirma: “Estábamos hablando en casa cuando escuchamos cómo rompían la puerta delantera. De pronto, entraron los hombres. Llevaban linternas y nos ordenaron a todos tirarnos al suelo. Dijimos que somos mujeres y que teníamos que cubrirnos, pero dijeron que no. Atraparon y vendaron los ojos a nuestro abuelo, que es diabético”.

Los testigos sostienen que el occidental le dijo a los soldados somalíes que registraran la casa. “Registraron cada esquina de la casa y preguntaron dónde estaba el tío de Al Shabab, el emir de Al Shabab. Nos sorprendió mucho escuchar aquello. Esta es la casa y la finca del expresidente Aden Abdullah, muy respetado por el pueblo somalí”, cuenta Abdullahi. “Incluso durante la era de los señores de la guerra y del control de la zona de los grupos combatientes, nadie se atrevió a entrar en la casa del expresidente por respeto a la familia”, añade.

La fuerza mixta se fue con los tres chicos en un helicóptero que les estaba esperando, según han informado los testigos.

Los analistas afirman que la intensificación de las operaciones ha causado bajas entre los líderes de Al Shabab y ha evitado decenas de bombardeos, salvando posiblemente centenares de vidas. Sin embargo, las ofensivas no han logrado expulsar a Al Shabab de sus bastiones.

Documentos de inteligencia, transcripciones de interrogatorios con desertores y entrevistas con habitantes de las zonas de la franja de Somalia central y meridional controlada por Al Shabab han arrojado algo de luz sobre la gravedad de su férreo mandato, pero también han revelado un apoyo importante en determinadas zonas.

Traducido por Javier Biosca Azcoiti

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