El equipo de Clinton teme un exceso de confianza en su victoria
El equipo de campaña de Hillary Clinton, cada vez con más confianza, ha advertido del peligro de la autocomplacencia, ante las nuevas encuestas que señalan que Donald Trump podría hundir a los republicanos en una derrota en escasas dos semanas.
En los días finales tras los debates televisados, los candidatos han adoptado tácticas claramente distintas para llegar a los más de 200 millones de estadounidenses que se han registrado para votar en estas elecciones. Mientras Trump ha redoblado esfuerzos con mítines estridentes en los estados decisivos, comparados por algunos con una gira de rock, Clinton está haciendo grandes gastos en publicidad en televisión y en sus representantes locales, con un ojo puesto en estados que antes eran territorio seguro de los republicanos.
La estrategia podría llevar a la candidata a superar con creces los 270 votos del colegio electoral que hacen falta para hacerse con la Casa Blanca, y marca un giro para ayudar a otros demócratas a recuperar el control del Congreso.
En un mitin en Orlando (Florida) este domingo por la noche, el candidato demócrata a la vicepresidencia, Tim Kaine, dijo que los datos de los estados con voto anticipado sugieren que Clinton se dirige a una “enorme e histórica victoria” el 8 de noviembre. Sin embargo, algunos asistentes de campaña de Clinton insistieron en que no subestiman el riesgo de que Trump pueda beneficiarse del impredecible electorado de 2016, especialmente en estados decisivos como Ohio, donde los sondeos están bastante igualados.
“Estos battleground states (estados decisivos) se llaman así por una razón”, dijo su responsable de campaña, Robby Mook, este domingo en CNN. “Van a estar increíblemente igualados. No queremos pasarnos de confianza. Estamos tan centrados en Ohio, Iowa y Florida, como hemos estado siempre”.
Los asesores de Trump reconocen que están afrontando una batalla cuesta arriba, pero mantienen que el ambiente contrario al establishment en el país jugará a su favor en los últimos días. “Vamos por detrás”, admitió a la NBC su responsable de campaña, Kellyanne Conway. “Ella (por Clinton) tiene algunas ventajas, como los 66 millones de dólares que gastó en anuncios tan solo en septiembre. Tiene a un expresidente, que resulta ser su marido, haciendo campaña por ella, y es vista como si fuera candidata a la reelección”.
Conway argumentó que el mapa electoral, redibujado por Trump, beneficiará al magnate. “La ventaja que tenemos cuando vamos entre uno y cuatro puntos por detrás en algunos de esos estados decisivos que Mitt Romney perdió en favor del presidente Obama”, explicó, “es que Donald Trump va a seguir presentando su causa directamente a la gente”.
“No espera poder sortear el ruido y la forma en que algunos nos están tratando, así que está defendiendo su causa. Va a visitar todos estos estados decisivos muchas veces y creemos que, con Hillary Clinton por debajo del 50% en algunos de esos lugares, aunque ella ha desarrollado una campaña muy tradicional y cara, tenemos una oportunidad de hacernos con esos votantes indecisos”.
Eric Trump, hijo del candidato, se hizo eco de esas ideas pero rechazó la idea de que su padre esté limitándose a su base natural de apoyo. El presentador de la ABC George Stephanopoulos le presionó sobre el tema, preguntándole si el candidato podría estar “en una burbuja hecha de su propio apoyo”. Trump respondió: “No, no creo que sea así para nada”.
Los republicanos, con poca confianza
Algunos republicanos se muestran escépticos sobre la posibilidad de que Trump pueda encontrar la forma de ganar. Karl Rove, que estuvo detrás de las ajustadas victorias electorales de George W. Bush frente a Al Gore y John Kerry, manifestó este domingo su escepticismo de que quede tiempo suficiente (para la victoria de Trump).
“No veo que vaya a pasar”, dijo en Fox News. “Quizá podría, pero dudo con las escasas dos semanas que quedan y con el tipo de campaña que está haciendo, que vaya a ser capaz de decantar a uno de cada diez votantes”.
El equipo de campaña de Clinton permanece confiado en que puede reservar recursos para castigar al Partido Republicano por apoyar a Trump, que ha incumplido muchas veces las tradiciones de la política estadounidense y ha impulsado a líderes antes evitados, como el antiguo miembro del Ku Klux Klan David Duke.
“Creo que en general oiréis a Clinton hacer más de lo que ya hizo (en Pennsylvania), en cuanto a potenciar las posibilidades de los candidatos a otros cargos electos” (por los candidatos al Congreso), explicó a the Guardian Brian Fallon, portavoz del equipo de Clinton, después de que la exsecretaria de Estado pasara un día apoyando a la candidata demócrata al Senado, Kate McGinty.
Fallon señaló que el equipo de campaña de Clinton quiere “tender la mano” a votantes tradicionalmente republicanos, al tiempo que se dirige al “sector diferente” del partido que apoya a Trump, a pesar de sus declaraciones ofensivas sobre las mujeres, los inmigrantes y las minorías.
Aunque muchos veteranos del Senado, incluidos John McCain y Kelly Ayotte, han retirado su apoyo a Trump, el candidato ha mantenido su ruidosa base y el apoyo silencioso del presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, y del líder de la mayoría en el Senado, Mitch McConnell.
Fallon indicó que esos líderes “deberían rendir cuentas en dos semanas y media, por haber jugado un papel en el ascenso de Trump y por permanecer a su lado incluso después de que haya ido por ahí ofendiendo a gente y mostrando un temperamento totalmente inadecuado”. Añadió que la campaña de Clinton seguirá seduciendo a los “republicanos e independientes razonables” que puedan estar dispuestos a cambiar de partido en las urnas.
Trump hijo también dijo en la ABC que su padre aceptará “al 100%” los resultados de las elecciones si son justas. “Creo que lo que está diciendo mi padre es: 'Quiero unas elecciones justas'”, dijo Eric Trump en el programa This Week. “Si es un resultado justo, lo aceptará por completo. No hay duda de eso”.
Traducción de Jaime Sevilla Lorenzo