Filadelfia tiró una bomba sobre civiles cuando yo era alcalde, hace 35 años: es hora de pedir perdón
La fecha del 13 de mayo quedará grabada para siempre en mi memoria. Hace 35 años, un grupo de activistas de MOVE, un movimiento de liberación afroamericano y ecologista de EEUU, se atrincheró en una casa del oeste de Filadelfia provocando un enfrentamiento armado con la policía de la ciudad. El 13 de mayo de 1985 la policía sobrevoló el lugar con un helicóptero y lanzó un artefacto explosivo sobre la casa.
La decisión de arrojar explosivos sobre una casa llena de gente es indefendible. El incendio que provocó la explosión arrasó 61 casas y mató a 11 personas. Entre ellas, 5 niños. Lo sucedido aquel día seguirá en mi conciencia lo que me quede de vida.
Aunque no estuve involucrado personalmente en todas las decisiones que resultaron en esas 11 muertes, yo era el alcalde de la ciudad. Yo nunca habría herido a nadie de forma intencional, pero ocurrió durante mi mandato y mi responsabilidad se extiende a las personas nombradas por mí. Aunque no sabía nada de su plan de actuación, asumo mi responsabilidad y pido perdón por el horrible resultado que tuvo esa temeraria acción.
Esta es la cuarta vez que pido perdón públicamente. La primera fue durante un discurso televisado un día después, el 14 de mayo de 1985. En nombre de la ciudad pedí perdón entonces a los ciudadanos de Filadelfia, a los integrantes de la familia MOVE y a sus vecinos. Hoy quiero disculparme de nuevo y extender esa petición a todos los que sintieron dolor y angustia ese día por las acciones del Gobierno. Muchos de ellos siguen sintiéndolo hoy. Eso incluye a la familia MOVE, a sus vecinos, a los oficiales de policía, a los bomberos y a otros servidores públicos, así como a todos los ciudadanos de Filadelfia.
Pero en este aniversario quiero sugerir algo más. Después de 35 años, una disculpa formal de la ciudad de Filadelfia ayudaría a cerrar heridas de todos los involucrados, y especialmente las de las víctimas de este terrible suceso. Nos permitiría empezar a construir un puente que abarque desde los trágicos acontecimientos del pasado hasta nuestro futuro. A mucha gente de la ciudad todavía le duele lo que pasó ese día. Sé que a mí me dolerá siempre.
No hay manera de justificar el lanzamiento de un explosivo desde un helicóptero a una casa con hombres, mujeres y niños que luego se dejó arder. Ningún argumento me convencerá de lo contrario. Hay quien me pide que responsabilice a la familia MOVE o a sus vecinos, pero eso es un razonamiento absolutamente errado que nunca será el mío. Es imposible llegar a saber qué ocurrió exactamente el 13 de mayo de 1985 en la avenida Osage, pero hay cosas que no tienen justificación posible.
No puedo cambiar el pasado pidiendo perdón, pero sí puedo expresar mi arrepentimiento profundo y sincero y pedir a otros cargos electos, pasados y actuales, que también lo hagan. Creo en esto como en un pequeño paso hacia la sanación. Pido perdón y animo a otros a hacer lo mismo. Seremos una ciudad mejor si lo hacemos.
Traducido por Francisco de Zárate
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