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Médicos sin Fronteras: “Las guerras actuales nos devuelven a tiempos de barbarie”

Imágenes tras el bombardeo por parte de Estados Unidos de un hospital de Médicos Sin Fronteras. / @MSF_espana

The Guardian

La responsable de Médicos sin Fronteras ha lamentado el enfoque “miope” de las grandes potencias mundiales, que conlleva un auge de los ataques contra la población civil en el contexto de la lucha contra el terrorismo.

En una entrevista con The Guardian, Joanne Liu, la médico canadiense que preside MSF, denuncia las estrategias de las guerras modernas y señala que las grandes potencias mundiales han incumplido su obligación de respetar el derecho internacional humanitario en tiempos de guerra, con el consiguiente riesgo de regresar “a las invasiones bárbaras”.

“Vemos que se han inventado unas reglas completamente diferentes”, ha explicado durante un viaje a Beirut. Asimismo ha subrayado que “todavía tengo el profundo convencimiento de que el gran logro de las Convenciones de Ginebra y del derecho internacional humanitario es precisamente que reducen el impacto que la guerra tiene sobre la población civil, y cuando vulneramos estas normas retrocedemos un siglo. Regresamos a los tiempos de barbarie. Y creo que no deberíamos permitir que algo así suceda en el siglo XXI”. “Si van a cambiar las reglas, queremos que nos lo digan abiertamente”, ha indicado.

En los últimos meses muchas instalaciones médicas se han convertido en blanco de descarnados ataques, especialmente en Oriente Medio. El mes pasado, un hospital supervisado por MSF en una zona de Siria controlada por las fuerzas de la oposición fue bombardeado y once personas murieron en el ataque. Se trata del décimo cuarto ataque contra un centro médico desde el inicio de la guerra. Solo en Siria, en 2015 se registraron 94 bombardeos contra instalaciones supervisadas por esta organización.

En los últimos cinco meses, dos hospitales de MSF en Yemen fueron atacados así como una clínica móvil y una ambulancia de la organización, que intenta prestar asistencia médica en el contexto de una guerra entre una coalición liderada por Arabia Saudí y los rebeldes hutíes apoyados por Irán.

El pasado octubre, un hospital de MSF en la provincia de Kunduz en Afganistán quedó completamente devastado tras ser bombardeado durante una hora por Estados Unidos, pese a que la organización había informado a la colación liderada por este país de la naturaleza de las instalaciones y de la localización exacta de las mismas.

“Creo que lo que resulta alarmante del último ataque (en Siria) y lo que pasó en Kunduz es la precisión del ataque, la intensidad del ataque y la persistencia del ataque”, ha indicado.

MSF ha remarcado la necesidad de llevar a cabo una investigación independiente de los bombardeos de Kunduz. Liu indica que la precisión del ataque es evidente ya que los árboles que rodean el complejo médico quedaron intactos mientras que las instalaciones fueron completamente destruidas.

También ha subrayado que sospecha que el ataque está relacionado con el hecho de que el hospital se encuentra en una zona que recientemente ha quedado bajo control de los talibanes y presta atención médica a combatientes heridos, de ambas partes del conflicto, y a civiles.

El doctor de tu enemigo no es tu enemigo

“De lo que nadie habla, el elefante en la habitación, es la guerra contra el terrorismo, que lo está contaminando todo”, ha señalado. “Nadie se atreve a preguntarnos si estamos curando a talibanes en nuestro hospital de Kunduz. Lo cierto es que proporcionamos atención médica a cualquier persona que lo necesite, sea un combatiente de las fuerzas especiales afganas, sea un talibán. Sí, ayudamos a todo el mundo”.

También ha querido subrayar que “parece que a todos les cuesta aceptarlo pero lo cierto es que estamos hablando de la esencia de la profesión médica, nuestra responsabilidad ética como médicos, nuestro deber es curar. Si estamos en el campo de batalla y nos negamos a curar a un herido, eso constituye un crimen de guerra. Cuando terminé medicina hice un juramento y debo curar a cualquier persona, con independencia de quien sea”. La última campaña de relaciones públicas de la organización ha apostado por el lema “el doctor de tu enemigo no es tu enemigo”.

Liu indica que la vulneración de las normas en tiempos de guerra es una consecuencia de la participación de miembros del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas en conflictos alrededor del mundo, y del hecho de que estas guerras se ven bajo el prisma de la lucha contra el terrorismo.

“En la actualidad, cuatro o cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad forman parte de la coalición que lucha en Afganistán, Yemen o Siria” ha indicado. “Tienen el mandato de preservar la paz mundial. Lo que diré puede parecer un poco ingenuo pero se supone que deben velar por la paz mundial y lo cierto es que desempeñan un papel muy activo en estos conflictos”.

“En relación a Siria, hace cinco días aprobaron una resolución relativa al cese de la violencia y antes ya habían aprobado cuatro resoluciones parecidas y lo cierto es que nunca las han ejecutado”, ha lamentado. “¿Cómo las podrían implementar cuando ellos participan en el conflicto y son parte interesada?”.

Los ataques cada vez más aleatorios contra hospitales en Siria así como el hecho de que las fuerzas de Bashar al-Asad indicaron cuando comenzó el conflicto que las instalaciones médicas que se encuentran en el territorio controlado por las fuerzas de la oposición son ilegales y, por tanto, un blanco de ataque legítimo han hecho que los responsables de los hospitales no quieran compartir sus coordenadas de GPS. MSF informó de esta decisión el mes pasado.

“Hasta ahora, la tendencia siempre fue compartir nuestras coordenadas de GPS pero vamos a respetar la decisión de los directores de los hospitales que apoyamos”, ha explicado Liu. “Hasta ahora nuestro consejo fue que informaran sobre su localización exacta, y tal vez nos equivocamos porque compartir las coordenadas de GPS no consiguió evitar el bombardeo de Kunduz y todos los ataques que hemos sufrido en Yemen”.

“Cuando dimos nuestras coordenadas a los saudíes nos respondieron con un: ah, muy bien, eso no quiere decir que os vayamos a proteger”, ha explicado.

También ha dicho que los ataques contra civiles y las crisis mundiales se perpetuarán si la comunidad internacional sigue tomando decisiones desde el prisma de la seguridad nacional.

“Si nuestra respuesta a las crisis solo atiende a los intereses de seguridad nacional, los hospitales seguirán siendo blanco de ataque y el mar seguirá arrastrando cuerpos de refugiados hasta nuestras playas”, ha advertido.

También ha dicho que es urgente parar los ataques contra los hospitales. “Todo aquel que haya estado ingresado en un hospital o haya tenido un familiar en un hospital sabe que un paciente es extremadamente vulnerable y que lo último que necesita es que una bomba caiga sobre su cabeza”, ha indicado: “Cuando estás intentando recuperarte y salvar la vida o a tu abuela le están poniendo un triple bypass lo último que quieres es ser atacado por un misil”.

Y ha concluido con la siguiente afirmación: “Creo que cualquier persona, en Beirut, en Montreal, en Homs o en Madaya, piensa como yo. Esta es la humanidad que compartimos”.

Traducción de Emma Reverter

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