Ucrania plantea una zona desmilitarizada de cara a un acuerdo de posguerra mientras los drones alcanzan Moscú
Varias voces ucranianas están abogando por establecer una zona desmilitarizada de unos 100 kilómetros en territorio ruso a lo largo de la frontera como parte de un acuerdo de posguerra, con el objetivo de protegerse de futuros ataques de Moscú.
“El tema clave del acuerdo de posguerra debe ser el establecimiento de salvaguardias para evitar que se repita la agresión en el futuro”, dijo este lunes en un tuit Mijailo Podolyak, asesor del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski.
“Para garantizar la seguridad real de los residentes de las regiones de Járkov, Chernígov, Sumy, Zaporiyia, Lugansk y Donetsk y protegerlos de los bombardeos, será necesario introducir una zona de desmilitarización de 100-120 kilómetros en el territorio de las repúblicas de Belgorod, Briansk, Kursk y Rostov”, señaló.
Sin dar más detalles sobre los aspectos prácticos, Podolyak señaló que “probablemente” tal zona tenga que contar “con un contingente de control internacional obligatorio en la primera etapa”.
El asesor presidencial ya se había pronunciado previamente sobre el establecimiento de una zona desmilitarizada. “No podremos tener un tratado de paz con Rusia después de la guerra, que perderá. Será un acuerdo sobre pagos, sobre crímenes de guerra, sobre la zona de desmilitarización, habrá documentos legales separados, pero no un tratado de paz con Rusia”, dijo hace unos días en televisión.
La idea no es nueva y ya ha sido expresada en público anteriormente por otros cargos como el jefe de la inteligencia militar del país, Kyrylo Budanov, quien también ha defendido que el fin de la guerra pasa por la creación de una zona desmilitarizada entre Rusia y Ucrania.
“Esta es, en mi opinión, la distancia correcta, y podemos debatir mucho sobre cuánto debe ser. Una zona de 100 kilómetros es una zona desde la que es imposible atacar con medios convencionales”, dijo a mediados de mayo el jefe de la Dirección Principal de Inteligencia del Ministerio de Defensa ucraniano a un canal de televisión, según recogieron los medios ucranianos. “Este es el objetivo, por ejemplo, si el nuevo Gobierno ruso dice: no queremos atacar. Bueno, retrocede las tropas 100 kilómetros, no es tan difícil”.
La semana pasada, la llamada Legión Libertad de Rusia, una de las milicias que se atribuyeron el ataque en la región rusa de Belgorod, declararon que su objetivo era crear una “zona desmilitarizada” para que [las fuerzas regulares rusas] no puedan atacar a Ucrania desde ese territorio.
En general, con base en el derecho internacional humanitario, según explica el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), se entiende por zona desmilitarizada aquella que, por acuerdo entre las partes en conflicto, “no puede ser ocupada o utilizada con fines militares por ninguna de ellas” y puede establecerse en tiempo de paz o en tiempo de guerra.
La protección de la zona desmilitarizada cesa “si una de las partes comete una violación grave del acuerdo por el que se establece la zona” y, siempre según el CICR, la práctica indica que la supervisión internacional “es un buen método para verificar el respeto de las condiciones pactadas”. El acuerdo, explica la entidad, puede autorizar “la presencia de fuerzas policiales o de mantenimiento de la paz con el único fin de mantener la ley y el orden en la zona sin que esta pierda su carácter desmilitarizado”.
Según recalca la organización humanitaria, está prohibido lanzar un ataque contra estas áreas. “En numerosos manuales militares se prevé el establecimiento de zonas desmilitarizadas y se prohíbe su ataque. La legislación de muchos países tipifica como delito los ataques a las zonas desmilitarizadas”.
Las zonas desmilitarizadas se han establecido previamente en otros conflictos, como los casos de India y Pakistán, Corea del Norte y Corea del Sur, Israel y Siria, Israel y Egipto e Irak y Kuwait, así como en Bosnia y Herzegovina, Colombia y Nicaragua, ejemplifica el CICR, que concluye: “En general, se han condenado las presuntas violaciones del estatuto de zona desmilitarizada”.
La organización Rand Corporation, con sede en EEUU, explica que las zonas desmilitarizadas son mecanismos para evitar la reanudación de la violencia creados en los acuerdos de armisticio, “como los que pusieron fin a la Guerra de Corea en 1953 y al conflicto de Transnistria en Moldavia en 1992”, en los que las dos partes se comprometen a dejar de luchar.
Por el momento, en la guerra de Ucrania no hay solución diplomática a la vista y ambos bandos han expresado su voluntad de seguir luchando.
Debate entre los expertos
La creación de una zona desmilitarizada en el marco de la invasión rusa de Ucrania ya está siendo debatida por algunos expertos occidentales como Richard Haas y Charles Kupchan, del think tank estadounidense Consejo de Relaciones Exteriores, un área que, no obstante, plantean en este caso “en torno a una nueva línea de contacto”. En un artículo publicado en Foreign Affairs el pasado abril, abogaron por que Estados Unidos y sus socios empiecen a formular ya un final diplomático de cara a una iniciativa que se pondría en marcha a finales de año.
Según este planteamiento, “los partidarios occidentales de Ucrania propondrían un alto el fuego a medida que la próxima ofensiva ucraniana alcance sus límites”. “Lo ideal sería que tanto Ucrania como Rusia retiraran sus tropas y armamento pesado de la nueva línea de contacto, creando así una zona desmilitarizada”, escriben. Indican que una “organización neutral como la ONU o la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa enviaría observadores para supervisar y hacer cumplir el alto el fuego y la retirada”. Y Occidente “debería dirigirse a otros países influyentes, como China e India, para que apoyen la propuesta de alto el fuego”. Asumiendo que el alto el fuego se mantenga, dicen, deberían seguir las conversaciones de paz.
“Siempre que Ucrania consiga avances en el campo de batalla este verano, es al menos plausible que Putin considere un alto el fuego y un plan de paz como una salida para salvar la cara. Para hacer aún más atractivo este planteamiento, Occidente podría ofrecer también un alivio limitado de las sanciones a cambio de la voluntad de Rusia de acatar un alto el fuego, aceptar una zona desmilitarizada y participar de forma significativa en las conversaciones de paz”, sostienen los expertos, que señalan que es imaginable “que Putin rechace un alto el fuego, o que lo acepte solo con el propósito de reconstruir su Ejército y volver a conquistar Ucrania”. “Pero poco se perdería poniendo a prueba la disposición de Moscú al compromiso”.
Investigadores de la Rand Corporation también sugirieron en un informe que, para abordar los impedimentos para las negociaciones, los propios combatientes podrían adoptar medidas bilaterales como zonas desmilitarizadas “para hacer frente a los temores de una vuelta al conflicto”.
El pasado febrero, Anthony H. Cordesman, catedrático emérito de Estrategia del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS), planteó en un artículo que una alternativa a una guerra en la que ambos bandos luchen hasta la extenuación es un alto el fuego “a lo largo de alguna línea basada en el progreso de los combates hasta la fecha, en la que ambos bandos acordaran dejar de luchar pero permanecieran desplegados”.
Cordesman señalaba que dado “el nivel probable de tensión mutua, podría ser necesaria una zona desmilitarizada (DMZ) y una fuerza de mantenimiento de la paz de la ONU o independiente”. “Aunque se creara una zona de este tipo, ambas partes seguirían aumentando sus capacidades militares y sus posiciones en los límites de cualquier línea de alto el fuego o zona desmilitarizada”. Matizaba que este tipo de “solución inestable” ha funcionado “con las dos Coreas, pero solo a costa de estar constantemente al borde de otra guerra”.
A mediados de mayo, el medio Politico reveló que las autoridades estadounidenses están planeando la posibilidad de que la guerra entre Rusia y Ucrania se convierta en un conflicto congelado que dure muchos años. Las opciones debatidas en el Gobierno de Joe Biden para una “congelación” a largo plazo incluyen dónde establecer posibles líneas que Moscú y Kiev acordarían no cruzar, pero que no tendrían por qué ser fronteras oficiales, y algunos dicen que un modelo aproximado podría ser la Guerra de Corea, recogía el medio citando varias fuentes estadounidenses.
Ataque con drones en Moscú
Este martes, las autoridades rusas han acusado a Ucrania de perpetrar un ataque con drones en Moscú que han calificado de “terrorista”. Se produjo por la mañana, mientras el Ejército ruso proseguía sus incesantes bombardeos sobre Kiev.
El Ministerio de Defensa ruso ha dicho que se han empleado ocho drones, de los cuales cinco fueron derribados en la región de Moscú y los sistemas de otros tres fueron bloqueados, lo que les hizo desviarse de su curso. El alcalde de Moscú, Sergei Sobyanin, ha dicho que el ataque solo causó “daños menores” en varios edificios.
El presidente ruso, Vladímir Putin, ha acusado a Ucrania de “intentar intimidar a los ciudadanos rusos con ataques a edificios residenciales”, pero ha asegurado que “el sistema de defensa antiaérea de Moscú respondió adecuadamente”.
La analista política rusa Tatiana Stanovaya, del Carnegie Russia Eurasia Center, ha dicho que la política del Kremlin es minimizar los ataques.
Ucrania ha negado su implicación “directa” en el ataque con drones en Moscú. “Por supuesto, disfrutamos observando y prediciendo un aumento de los ataques. Pero, por supuesto, no tenemos nada que ver directamente con ello”, ha dicho Podolyak al canal de YouTube Breakfast Show, según recoge Reuters.
“Por supuesto, este último ataque con drones contra Moscú tampoco es una falsa bandera rusa. Algunos de los drones utilizados son claramente UJ-22 ucranianos. Budanov, jefe de la HUR ucraniana, dijo anoche literalmente que tomaría represalias por los ataques rusos contra Kiev”, ha tuiteado Dmitri Alperovitch, presidente del think tank estadounidense Silverado Policy Accelerator.
“Es un gran misterio si los ataques contra Rusia los organiza Budanov o... Budanov”, ha respondido el experto en el Ejército ruso Michael Kofman.
EEUU, que brinda apoyo militar a Ucrania, ha dicho que “como cuestión general”, “no” apoya “ataques dentro de Rusia”.
Cinco muertos en un bombardeo ucraniano en Lugansk, según los líderes prorrusos
Las autoridades impuestas por Rusia en la región ucraniana de Lugansk, en el este del país y anexionada el año pasado por Moscú, han denunciado la muerte de al menos cinco personas en un bombardeo de las Fuerzas Armadas de Ucrania con misiles HIMARS.
De acuerdo con el centro conjunto para el control y la coordinación de temas relacionados con crímenes de guerra de Ucrania, en el ataque registrado el miércoles por la noche han resultado heridas, además, heridas al menos 19 personas.
“El bombardeo de la aldea de Karpaty por parte de formaciones armadas de Ucrania, según información preliminar, cuyas víctimas fueron 24 personas (5 personas murieron y 19 resultaron heridas), se llevó a cabo utilizando HIMARS”, señala el centro en su canal de Telegram. En el ataque resultó dañado un edificio de una granja avícola.
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