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Análisis Sonic Boom: El Cristal Roto, el erizo azul pierde fuelle

Sonic Boom 2014036

Álvaro Alonso

La industria del videojuego ha cambiado tanto desde sus inicios que está casi irreconocible. Los grandes títulos cinematográficos, con tramas profundas y sistemas de juego de infarto han sustituido casi por completo a las tradicionales plataformas, los puzles y, en definitiva, todo aquello que destacó en los inicios del videojuego.

Aún así, muchas compañías se aferran a esos viejos tiempos, tal vez por morriña, o puede que por falta de buenas ideas, y trae de vuelta una y otra vez entregas de sus grandes sagas. Algunos de estos juegos llegan a ser un éxito, como los del imparable Super Mario de Nintendo, que bate récords con cada nuevo título. Sin embargo, otros se quedan en el camino.

Sonic, el icónico erizo de Sega que nació para competir con el ya mencionado Super Mario, es uno de los que resucita cada cierto tiempo. Acaba de regresar con dos juegos para las consolas de Nintendo y las malas críticas recibidas por Sonic Boom: El Ascenso de Lyric (Wii U) han hecho preguntarse a muchos fans si no debía seguir enterrado. ¿Pero puede Sonic Boom: El Cristal Roto (3DS) hacerles cambiar de idea? Analizamos esta entrega de Sonic para la consola portátil de Nintendo y hacemos pie en sus aciertos y errores.

A salvar el mundo, una vez más

A salvar el mundo, una vez másEn Sonic Boom: El Cristal Roto, el gracioso erizo azul vuelve a la carga, esta vez para rescatar a su amiga Amy de las garras del malvado Lyric, el único superviviente de una antigua civilización. ¿El motivo? Amy conoce la ubicación de un objeto místico, que Lyric necesita para recuperar su antiguo poder y esclavizar el mundo. Para rescatar a su amiga, Sonic contará con la ayuda de algunas compañeros, que le acompañarán en su viaje y le permitirán avanzar por la aventura.

Sonic Boom para 3DS es un juego de plataformas de toda la vida. Tenemos que controlar a Sonic (o según avanza el juego, a algunos de sus compañeros) mientras avanza por los distintos niveles. Sonic cuenta con sus habilidades de toda la vida: puede correr a la velocidad del sonido, lo que le permite esprintar hasta subirse por las paredes, así como lanzar un láser con el que destruir los escudos de los enemigos (para posteriormente lanzarse contra ellos a gran velocidad y apalizarlos). Otras de las cosas que puede hacer es saltar (y realizar un doble salto en el aire, si hubiera necesidad) y balancearse de cuerdas para alcanzar plataformas alejadas. Es decir, en este sentido el juego no presenta novedades respecto a los clásicos, algo que podría haber resultado muy beneficioso para el juego, que carece de falta de frescura.

Lo original de Sonic Boom: El Cristal Roto es la introducción de otros personajes a parte de Sonic, con los que habrá que ir alternando para superar los obstáculos para los que el erizo azul no está preparado. Cada uno de estos personajes tiene una habilidad especial de la que los otros carecen. Sonic, por ejemplo, puede romper bloques gracias a su supervelocidad. Knuckles, el erizo rojo que ya es un veterano de los juegos, puede escavar en ciertos puntos gracias a sus afiladas púas. Tails, el zorro de dos colas amigo de Sonic, puede planear por el aire y lanzar bombas. Por último, Sticks, un nuevo personaje que se estrena en esta entrega, tiene un boomerang letal para los enemigos que, además, puede alcanzar interruptores de difícil acceso.

El cambio entre personajes para superar obstáculos, algo que podría dar mucho juego si siguiera la tendencia de otros títulos, podría dar un juego desmesurado. Sin embargo, en Sonic Boom estos obstáculos son tan sencillos que los verás venir a la legua, convirtiendo el juego en un espectáculo para nada desafiante.

Los mismos niveles, una y otra vez

Los mismos niveles, una y otra vezComo hemos mencionado anteriormente, al comenzar la partida sólo podemos controlar a Sonic, por lo que no podemos acceder a algunas de las zonas “secretas” de los niveles. Tendremos que regresar más adelante, con otro personaje, para poder conseguir los premios ocultos en estas áreas.

Para pasar de nivel tenemos que conseguir insignias, las cuáles se consiguen superando las distintas fases del nivel. Cuando consigamos las insignias requeridas, el nuevo nivel se desbloquea. Otra forma de avanzar es recoger todos los objetos coleccionables que nos piden durante la aventura. Una vez hayamos completado una colección, recibiremos insignias como recompensa.

Los niveles son bastante grandes, con varias direcciones en las que podemos ir. Al iniciar el juego esto se agradece, pero a medida que avanzas entiendes el por qué de estos niveles tan generosos: hay que volver a ellos una y otra vez con los distintos personajes para desbloquear zonas y recoger las insignias que han quedado atrás. Esta característica estaría bien si fuera opcional (una forma de completar al 100% el juego, tal vez), pero en Sonic Boom nos fuerzan a hacerlo. Esto provoca que el juego se haga muy repetitivo y, en ocasiones, desesperante.

El diseño de los niveles, por desgracia, potencia esa sensación de repetición, ya que apenas varían unos de otros. Son todos muy parecidos, con un diseño laberíntico en el que podemos perdernos. Si apareciéramos en un nivel al azar sería imposible saber de cuál se trata en función de su estilo.

La excepción que rompe la regla son dos fases puntuales que se alejan del resto. La primera consiste en carreras contra otro de los personajes, en las que el objetivo es llegar a la meta sin habernos parado. En la segunda debemos enfrentarnos a los diferentes minijefes, siendo los únicos momentos de la aventura en que la perspectiva cambia a la de tercera persona. Ambas fases sirven para paliar esa repetitividad de los demás niveles, pero no es suficiente para convertir el juego en una aventura amena y divertida.

Un apartado técnico sencillo, sin grandes pretensiones

Un apartado técnico sencillo, sin grandes pretensionesGráficamente el juego cumple lo que promete. Se trata de una aventura de plataformas de aspecto sencillo, en las que los personajes y los escenarios están detallados (al menos, lo más detallados que se pueden estar en una consola portátil). El juego está completamente en 3D, un punto positivo si tenemos en cuenta que algunos de los grandes títulos para Nintendo, como Pokémon, no lo han implementado en su totalidad.

El acabado técnico del juego es uno de sus puntos estrella. La aventura no presenta glitchs o bugs que estropeen la experiencia, algo que muchos grandes títulos no pueden decir hoy día.

Los controles, aunque sencillos, son eficaces. Podemos controlar a nuestro personaje sin temor a caernos por un precipicio por no haber frenado a tiempo gracias a la precisión de los mandos. En este punto, Sonic Boom supera a muchos otros juegos de plataformas, en los que la tosquedad de los controles pueden jugarnos más de una mala pasada.

La ausencia de doblaje en la mayoría de los diálogos consigue que el juego se haga más lento si cabe. En las conversaciones Sonic y compañía se limitan a gruñir y a hacer sonidos extraños que, sin duda, buscan sacar una sonrisa de los jugadores más pequeños. Lo mismo ocurre con los “chistes” que hacen los personajes, tan flojos que muchas veces ni se entienden.

Conclusiones

ConclusionesSonic Boom es, ante todo, un juego muy sencillo para jugadores poco exigentes. Su escasa dificultad, el desafío casi inexistente y el tratamiento que se da a la historia hacen suponer que se trata de un juego para niños.

Para los fans férreos de las plataformas, o los que le gusta peinar cada escenario para descubrir todos los secretos, Sonic Boom es el juego perfecto, ya que centra toda la jugabilidad en esos aspectos.

La nueva entrega del erizo azul para Wii U fue duramente criticada desde su salida. Sonic Boom para 3DS es ligeramente superior a su compañera de lanzamiento, pero sigue teniendo un nivel muy inferior al esperado en un videojuego hoy día.

En definitiva, Sonic podría haber sido un gran juego de plataformas si los escenarios hubieran sido más variados y los obstáculos menos simplones. Con un poco más de trabajo en estos puntos una futura entrega del erizo azul podría tener muy buenos resultados, pero si continúan sacando juegos así el momento en que Sonic se jubile será cada vez más inevitable.

Los mejor:

  • Tener que alternar entre distintos personajes para superar obstáculos. Cada uno tiene unas habilidades especiales que puedes necesitar para superar el nivel o desbloquear una zona secreta. Le da al título una frescura de la que carecen algunos predecesores.
  • Los controles son muy sensibles a nuestras acciones. Cuando queremos correr corremos, y cuando queremos saltar saltamos. En este aspecto supera a muchos juegos de plataformas con controles más bruscos que nos juegan malas pasadas.

Lo peor:

  • El desafío casi inexistente. Los obstáculos son muy sencillos y se resuelven a la mínima.
  • La obligación de repetir una y otra vez las mismas fases, ya que necesitamos recolectar todas las insignias para pasar al siguiente nivel. Aunque estas fases hay que rejugarlas con distintos personajes, siguen haciéndose muy repetitivas.
  • Los niveles en sí mismos, que apenas presentan variación unos de otros. El diseño de todos los niveles es casi idéntico, incrementando aún más esa sensación de repetición que inunda todo el juego.
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