Un juego de caza supera los 5 millones de usuarios
A día de hoy, pocas son las actividades que no tienen una adaptación al mundo virtual de los videojuegos, y la caza mayor no iba a ser una excepción.
Pero quizás más interesante que la mera existencia de multitud de juegos y aplicaciones basadas en una actividad calificada como deporte por unos y barbarie por otros, sea el grado de éxito que alcanzan entre la comunidad.
El mejor ejemplo lo encontramos en The Hunter, un juego en formato free-to-play lanzado a finales de 2013 para PC por el estudio australiano Avalanche Studios, que ha conseguido la escalofriante cifra de 5 millones de usuarios registrados.
En The Hunter, los jugadores se pondrán en la piel de un cazador en busca de ese preciado trofeo en forma de alce, ciervo, ganso, oso, o incluso canguro, recreando la actividad de la forma más realista posible. No sólo tendrán que posicionarse y moverse de forma discreta para no llamar la atención de su presa, también deberán ejecutar un tiro preciso con el que derribar al animal impactando en algún lugar de su anatomía que le incapacite, detallándose incluso qué órgano vital ha recibido el impacto.
Desde luego se trata de una temática que a pesar del interés que despierta entre algunos usuarios, sigue levantando polémica entre buena parte de la comunidad gamer, donde muchos consideran que hay actividades más constructivas que ejecutar fauna salvaje por diversión.
Siempre habrá argumentos para defender la caza controlada, como también los hay para defender tradiciones como las corridas de toros o los lanzamientos de cabras desde campanarios, pero lo cierto es que a medida que pasa el tiempo y la sociedad evoluciona, cada vez hay más voces críticas que rechazan de forma contundente cualquier tipo de actividad que implique maltrato animal en cualquiera de sus variantes, incluyendo las recreaciones que ofrecen los propios videojuegos.
Por suerte, en esta ocasión hablamos sólo de una forma de entretenimiento digital, y de la misma forma que arrancamos cabezas en juegos de lucha, o atropellamos peatones inocentes en juegos de mundo abierto, siempre será mejor desatar nuestros peores instintos asesinos contra un puñado de polígonos, vectores y texturas, que contra personas o animales de carne y hueso.
