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Lo que esperamos de Dark Souls 3

Daniel Moreno

No son pocos los videojuegos que, desde hace ya muchos años, vienen apostando por ofrecer una experiencia ideada para atraer al mayor número posible de jugadores. Es decir, tratando de llevar la accesibilidad por bandera a fin de que ningún usuario potencial descarte comprarlos por ser demasiado complejos, profundos o difíciles. Esto es un hecho como una catedral, y trae consigo que cada vez existan menos títulos orientados al público hardcore.

¿Qué es esto de público hardcore? Bien, antes que nada aclarar que no nos referimos a aquellos que se pasan el finde yendo de rave en rave dejándose los cuartos, la energía y hasta la salud en ello. Nos referimos a aquellos jugones que prefieren dejarse la vida dándolo todo frente al monitor o el televisor, tratando de sacarle todo el jugo posible al videojuego más exigente del momento.

Es decir, que propuestas en plan juegos para móviles no suelen ir con ellos. Hablamos de una especie que gusta de sufrir con el mando entre las manos, teniendo que superar a toda costa un desafío aparentemente imposible lleve las horas que lleve. Sin trucos ni artimañas que valgan. Hablamos de un tipo de jugador que no quiere que le den todo mascadito, que pasa de la famosa ‘dificultad progresiva’, y que quiere empezar a sudar desde el minuto uno con la única recompensa de haber logrado aquello que no muchos han conseguido.

Y teniendo en cuenta todo esto, no nos extraña un pelo el éxito cosechado por el estudio nipón From Software con la saga Souls, sin lugar a dudas una de las más aclamadas del momento. El motivo es simple, se trata de una serie de videojuegos que exigen de un esfuerzo constante por parte del jugador para seguir avanzando; exigen de una implicación poco vista en la gran mayoría de los juegos actuales, de forma que el menor error puede ser fatal. ¡Que levanten la mano aquellos que tengáis en casa una copia de Demon’s Souls o los dos Dark Souls! Bien, ahora que la levanten aquellos que finalmente hayan conseguido acabar con éxito cualquiera de estos tres juegos… ¿Cuántos? Ya suponíamos.

El caso es que Sony quería sorprendernos con la confirmación oficial de Dark Souls 3 en su conferencia en el E3 2015. Sin embargo les ha salido el tiro por la culata, puesto que algún gracioso ha filtrado este bombazo antes de tiempo reventando la sorpresa, aunque en fin, de no ser así no estaríamos aquí nosotros escribiendo este reportaje.

Reportaje que queremos dedicar a analizar lo que esperamos de Dark Souls 3. Porque vamos a ver, las expectativas están por las nubes teniendo en cuenta que sus predecesores, incluyendo su primo hermano Bloodborne, son títulos realmente sobresalientes, auténticas joyas a nivel jugable que también han sabido ganarse nuestro corazoncito gracias a su sobrecogedora ambientación en un mundo de fantasía bellamente plasmado en la pantalla.

Ahora bien, teniendo en cuenta que Dark Souls II salió a la venta el año pasado y que Bloodborne y la reedición Dark Souls II: Scholar of the First Sin han hecho lo propio este mismo año, ¿no es demasiado pronto para lanzar una tercera entrega? ¿No se están precipitando desde From Software? ¿No corren el riesgo de agotar una de las franquicias más queridas hoy en día por los jugadores? ¡Ay amigos! Son muchos los temores que nos acechan ahora mismo.

Pero como todo buen aventurero que se adentra en la oscuridad con las ropas sucias y la espada mellada, debemos ser valientes y pensar que nos encontramos ante uno de los videojuegos más potentes de principios de 2016. Lo primero que hay que decir es que From Software parece ser un estudio incapaz de decepcionar, lanzando recientemente un Bloodborne que nos ha sabido a gloria, por lo que no debería haber motivos para ser agoreros.

Superados los miedos iniciales, ¿qué es lo que esperamos de Dark Souls 3? Pues aunque pueda sonar un tanto complaciente, queremos más y mejor de lo mismo, de todo lo visto en las anteriores entregas. Claro que hay detalles por pulir y cosillas por modificar, pero siempre son temas menores que pocas veces son percibidos por aquellos que no llegan al nivel de experto en la franquicia.

Uno de los puntos más evidentes en los que pedimos una evolución notable es en el apartado gráfico. Antes que nada nos toca aclarar que, pese a no ofrecer un espectáculo puntero a nivel técnico, lo cierto es que todos los Souls han sido capaces de dejarnos boquiabiertos, pero casi siempre se ha debido a la genialidad de su diseño artístico y al bueno uso de los recursos con los que contaban sus responsables, gracias a lo cual han podido maquillar casi todas sus deficiencias.

Pero oye, ahí están. Por eso mismo, aprovechando el salto definitivo de la franquicia a la nueva generación de consolas, esperamos que Dark Souls 3 sea capaz de aprovechar la potencia de su hardware para dejarnos boquiabiertos con estampas idílicas tanto en lo artístico como en lo técnico. Queremos decir adiós a las texturas planas para dar la bienvenida a un mundo mucho más vivo y detallado.

Por supuesto queremos volver a enfrentarnos a jefazos antológicos, de eso que crean un antes y un después en tu vida como jugador al abatirlos. Esto es algo básico puesto que la franquicia siempre ha destacado por contar con unos final bosses memorables, de esos que dan respeto e incluso pánico con solo verlos y contra los que nos toca morir cinco, diez o quince veces para superarlos. Para ello es vital que cuenten con mecánicas de combate ricas, variadas y desafiantes, y eso sin citar el correspondiente diseño artístico de esos que quitan el hipo. Por ahora sabemos que podremos tantear a los jefes llegando a alterar su comportamiento, así que la cosa promete.

También esperamos una evolución dentro de unas mecánicas multijugador revolucionarias. Dark Souls es famoso por ese multiplayer que nos permite invadir partidas ajenas para echar una mano o para ‘fastidiar’ a otros jugadores, siguiendo un esquema que está siendo copiado hasta la saciedad por otros tantos títulos actuales. Ahora bien, no tenemos ni idea de cómo podrían darle una nueva vuelta de tuerca a este punto; eso es algo que dejamos en manos de los diseñadores. Supuestamente los tiros irán por poder sacrificar enemigos para invadir partidas, así que ya veremos cómo queda la cosa.

Por último esperamos encontrarnos con la misma experiencia desafiante de siempre. Es cierto que con Dark Souls II y Bloodborne ciertos jugadores se han quejado de un incremento considerable de los ‘botiquines’ (para que todos nos entendamos) en un movimiento que ha sido visto como una forma de facilitar en cierta medida la experiencia de juego. Sin embargo y pese a ello ambos títulos han demostrado ser realmente chungos de superar, por lo que esperamos que esta tercera entrega no se salga de la norma.

En definitiva, son pocos los cambios que le podemos pedir a una franquicia que muchos consideran casi perfecta, por lo que casi todo lo que le pedimos a Dark Souls 3 tiene que ver con que no se salga de la linde marcada por sus predecesores. Con él la expresión de ‘más y mejor’ tan sólo tiene tintes positivos, y eso es algo que pocos videojuegos, muy pocos, pueden decir a día de hoy.

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