El derrumbe del techo termina con la paciencia de los estudiantes de enfermería
El incidente del pasado jueves fue la gota que colmó el vaso y terminó con la paciencia de los alumnos de la Escuela de Enfermería de La Rioja. Por esta razón, los estudiantes decidieron ayer acudir al centro pero no entrar en clase en señal de protesta porque consideran que las condiciones de la Escuela no son las mejores.
No solo es que se haya caído el techo, aseguraban los alumnos. “La escuela de Enfermería de La Rioja tiene más problemas. Hay goteras, solo hay dos clases para cuatro cursos que somos y pagamos la matrícula más cara, 1.500 euros”. A la hora de realizar las prácticas, prosiguen, las cosas no mejoran porque “tenemos que suturar con tela y a la hora de practicar con inyecciones solo tenemos un culo para pinchar”.
Lejos de sentirse escuchados, los alumnos ven cómo la dirección del centro mira hacia otro lado. El año pasado ya había goteras y así se lo trasmitieron a la directora de la Escuela, Rosario Aréjula. Su respuesta fue clara, “alegraos de que por lo menos haya un techo” y “este año ya ni eso después de lo que pasó el jueves”, ironizan.
En su lucha de hacer saber a los dirigentes riojanos cuál es la situación del centro en el que estudian, varios alumnos acudieron el pasado viernes a un acto en la Universidad de La Rioja en el que estuvieron presentes miembros del Gobierno regional y del Ayuntamiento de Logroño. El Consejero de Educación, Gonzalo Capellán, relatan “dijo que conocía la situación pero que no podía hacer nada”, el presidente del Gobierno regional, Pedro Sanz, decidió escurrir el bulto asegurando a los estudiantes que “él no era ingeniero” y la alcaldesa de la ciudad, Cuca Gamarra, confesó “no haberse enterado” de que, un día antes, parte del techo de una escuela universitaria de la ciudad de la que es alcaldesa se había caído.
Los alumnos recuerdan la promesa del Ejecutivo regional de 2006 de invertir 2,3 millones de euros en la reforma de este centro universitario “pero no han hecho nada y no sabemos dónde está ese dinero porque aquí no se ha invertido nada”.
De momento, el único apoyo de los alumnos de Enfermería está en el Consejo de Estudiantes de la Universidad de La Rioja. Su presidente, Alberto Espiga y varios delegados se reunieron ayer con la vicerrectora de la UR, Mariola Urrea, quien a pesar de no tener competencia alguna, “ha tomado nota de las reivindicaciones de los alumnos para remitirlas a la Consejería de Salud”.
De igual forma, cuenta Espiga, también nos hemos reunido con la directora del centro universitario quien además de “enseñarnos las instalaciones nos ha dicho que hay un informe de los técnicos que asegura que no hay peligro por lo que confesó no entender la preocupación de los alumnos”.
A pesar de todo, los estudiantes de este centro universitario seguirán peleando y reivindincando una Escuela en óptimas condiciones. Para ello, están elaborando un informe con todas sus quejas y reclamaciones, escrito que remitirán a la Consejería de Salud.
Rioja2.com ha tratado de hablar con la directora de la Escuela de Enfermería de La Rioja. Rosario Aréjula se remite a la Consejería de Salud y, de esta última, no se ha obtenido respuesta alguna.
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